Estupor
Hab¨ªa empezado a escribir la columna con el prop¨®sito de analizar que la AVL ya ha pasado en los ¨²ltimos d¨ªas una de las pruebas del nueve a que ser¨¢ sometida la instituci¨®n por focos residuales del empecinamiento autista en materia identitaria, pol¨ªticos de poco seso y ning¨²n porvenir y profesionales al servicio de la nada; dudaba sobre si volver una vez m¨¢s a la AVL o entrometerme en el debate que empieza ma?ana en las Cortes Valencianas cuando he asistido a un espectacular derrumbe de un edificio descomunal en la ciudad de Nueva York.
Primero pens¨¦ que se trataba de un reportaje sobre alguna superproducci¨®n cinematogr¨¢fica a punto de ser lanzada al mercado, pero despu¨¦s compruebo que he asistido en directo y en tiempo real al desplome de las dos Torres Gemelas de aquella ciudad, edificios emblem¨¢ticos que durante los ¨²ltimos treinta a?os han eclipsado en altura y espectacularidad el tradicional perfil a¨¦reo de Manhattan.
Pegado al conjunto de cadenas de noticias de toda Europa que me ofrece Canal Sat¨¦lite Digital escucho a Bush, a Saron, a Arafat, a Blair, a Aznar y a un sinf¨ªn de analistas de pol¨ªtica internacional y llego a la conclusi¨®n de que quienes en su d¨ªa se burlaron aqu¨ª y fuera de aqu¨ª de las previsiones anunciadas por Francis Fukuyama en su ya viejo The end of history (y en sus apuntes posteriores al texto original) deber¨ªan ahora enmendarse y volver hacia aquel postulado del antiguo funcionario de la Secretar¨ªa de Estado del Gobierno norteamericano seg¨²n el cual el integrismo religioso se iba a constituir en uno de los enemigos m¨¢s ac¨¦rrimos de la democracia liberal, forma ¨²ltima -dec¨ªa Fukuyama-, pero perfeccionable de cuantos modos de organizaci¨®n pol¨ªtica han existido o puedan ensayarse en el futuro.
Pocos minutos despu¨¦s de asistir a las terribles im¨¢genes del derrumbe de las torres, los analistas de medio mundo ubican directamente la autor¨ªa moral y material de estos descabellados ataques a edificios simb¨®licos o reales del poder americano mediante aviones secuestrados (el Pent¨¢gono tambi¨¦n fue atacado) en alguna organizaci¨®n relacionada de manera directa con el integrismo isl¨¢mico, poniendo as¨ª de manifiesto que aquel combate anunciado por Fukuyama, y quiz¨¢s ya intuido por Henri Kissinger (aunque sus detractores le niegan siempre que hubiese previsto incluso el derrumbe de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, como ¨¦l asegura en sus recientes memorias) era algo m¨¢s que una profec¨ªa pues fue corroborado en la ¨²ltima d¨¦cada por hechos tan espectaculares como atentados del mismo estilo contra intereses norteamericanos en el exterior o el desencadenamiento de guerras y conflictos donde el integrismo isl¨¢mico, algunos capitalistas ¨¢rabes enriquecidos con el petr¨®leo y movimientos terroristas al servicio de unos y de otros han quedado perfectamente identificados por la opini¨®n internacional (Guerras de Ir¨¢n-Irak, Afganist¨¢n, del Golfo, conflicto palestino-israel¨ª...).
Lamentablemente acostumbrado al estupor del terrorismo etarra, esta superlativa muestra de apuesta por el caos (?centenares de muertos civiles?) que presencio en la TV augura tiempos propicios para un frente com¨²n del mundo civilizado y democr¨¢tico para asumir un compromiso sin fisuras contra la barbarie y da luz verde a pol¨ªticas de asfixiante control ciudadano, porque, despu¨¦s de esto, el n¨²mero de sospechosos de terrorismo crecer¨¢ espectacularmente.
Vicent.Franch@eresmas.net
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