Disputa de campanario
Una refriega entre el Ayuntamiento de A¨ªn y el Obispado mantiene estropeado el reloj municipal situado en la iglesia
La arquitectura de la situaci¨®n es simple, pero los materiales que la sustentan son muy complejos. El reloj de la iglesia de A¨ªn, un pueblo de la sierra de Espad¨¢n de 155 habitantes, no funciona desde el 31 de diciembre de 2000, y el Ayuntamiento no puede repararlo porque el p¨¢rroco quiere que se le pida permiso para entrar en la iglesia. Sobre esta estructura se articula una honda pol¨¦mica que enfrenta al Ayuntamiento y al Obispado de Segorbe-Castell¨®n, que salpica al vecindario y alimenta el argumentario pol¨ªtico local. Hasta el punto que A¨ªn vive hoy su d¨ªa de m¨¢xima crispaci¨®n pol¨ªtica con la celebraci¨®n de un pleno extraordinario, solicitado por los dos concejales del partido de la oposici¨®n, el PP, para tratar la situaci¨®n.
Pero este incidente con apariencia huera tiene un trasfondo suculento. La primera fricci¨®n entre el Ayuntamiento (gobernado por el Bloc Nacionalista Valenci¨¤ con el apoyo del del PSPV) y el Obispado se produjo en la primavera de 2000, cuando la Mancomunitat Espad¨¤-Millars, como hab¨ªa hecho en el resto de poblaciones, instal¨® unos altavoces en la torre campanario tras ponerse en contacto con el Ayuntamiento. El alcalde, Vicent Franch, en base a la convicci¨®n compartida por los vecinos de que la torre campanario era de propiedad municipal, autoriz¨® su colocaci¨®n, lo que motiv¨® una seca carta del vicario general del Obispado para pedir al Ayuntamiento que solicitara autorizaci¨®n 'por escrito' para 'regularizar dicha situaci¨®n'.
Sin embargo, el Ayuntamiento, desde el convencimiento de que los campanarios eran torres forales cedidas por el rey y que compart¨ªan usos civiles y de culto (toques a fuego, a rebato, a somat¨¦n, a invasi¨®n,...), no la pidi¨®. Tan s¨®lo unos meses despu¨¦s, a prop¨®sito de una obra de reparaci¨®n del calvario y la ermita, gestionada por el Ayuntamiento y realizada por la Consejer¨ªa de Cultura, surgir¨ªa otro roce entre ambas administraciones. A instancias de la consejer¨ªa, el Ayuntamiento pidi¨® al Obispado la referencia catastral del calvario y la ermita, cumpliendo con el procedimiento establecido para un proyecto que en realidad estaba aprobado desde 1995, y la respuesta no se hizo esperar. De nuevo el vicario general manifest¨® su sorpresa por no tener conocimiento oficial de la reparaci¨®n, aunque facilit¨® los datos requeridos y aprovech¨® para recordar al Ayuntamiento que todav¨ªa ten¨ªa pendiente la solicitud de permiso para los altavoces.
Llegados a este punto, el Ayuntamiento mand¨® una extensa carta al Obispado a principios de este a?o con las explicaciones oportunas, en un acentuado tono de correcci¨®n. Respecto al campanario, el alcade argument¨® que hab¨ªa actuado 'en base a que es creencia y convicci¨®n de com¨²n de los vecinos de A¨ªn y de cuantas personas han ostentado la alcald¨ªa en los ¨²ltimos 60 o 70 a?os que la torre campanario es municipal y que sus usos son compartidos ancestralmente y pac¨ªficamente por el municipio y la parroquia'. Asimismo, en el escrito se pon¨ªa en conocimiento del Obispado que el reloj situado en el frontis de la iglesia estaba averiado y que el prop¨®sito del Ayuntamiento era proceder a repararlo, apelando a ese uso compartido.
En la r¨¦plica del Obispado, en tono ¨¢cido, se?alaba que el alcalde pon¨ªa en duda la propiedad del campanario y conminaba al Ayuntamiento a reconocer de modo 'claro, expl¨ªcito y fehaciente' que ¨¦sta era de la Parroquia de Sant Miquel. Pero el reloj, que es de propiedad municipal, es s¨®lo la met¨¢fora. La Iglesia registr¨® a su nombre todas las propiedades que ocupaba en 1985 sin ninguna publicidad en base a la Ley Hipotecaria de 1956, en el contexto del enfrentamiento con el PSOE por la LOGSE y con los ecos del 23-F en el ambiente. Hasta entonces, esos espacios no le pertenec¨ªan. Como consecuencia, al menos 178 municipios valencianos mantienen litigios o situaciones de esta ¨ªndole con la Iglesia, superados en muchos casos por los talantes personales del alcalde y el cura. No es el caso de A¨ªn, donde agotada la v¨ªa de la diplomacia, hoy el caso ya pertenece a la pol¨ªtica.
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