La tele de los simios
Los chimpac¨¦s de Valencia se distraen viendo documentales en un monitor colocado en su jaula
Los simios, y m¨¢s concretamente los chimpanc¨¦s, suelen repetir muchas actitudes y comportamientos si se les ense?a con un poco de paciencia y constancia. Al menos, ¨¦sa era una de las intenciones del zoo de Valencia cuando decidi¨® poner una televisi¨®n en la jaula de la familia de Pascual¨ªn.
Realmente son la atracci¨®n del parque. A pesar de que grandes carteles reclamen la atenci¨®n de los ni?os con el lema, Los parisinos Nevado y Chaka quieren conocerte, vis¨ªtalos, y muestren una gran fotograf¨ªa de un precioso tigre albino, no hay m¨¢s que darse una vuelta para observar que los chavales donde m¨¢s se divierten es viendo a la familia de simios.
S¨ª, los tigres est¨¢n ah¨ª. Son preciosos, pero tranquilos. Hace calor y sestean sobre una rama haciendo caso omiso a los gritos y movimientos de los visitantes.
Repartidos por el centro del parque tambi¨¦n hay llamativas aves. Gansos, ocas, loros y dos parejas de papagayos que no paran de hablar en un lenguaje ininteligible. Est¨¢n concentrados en la discusi¨®n mientras una elegante garza les observa como si entendiera de qu¨¦ va la cosa.
Desde el centro del jard¨ªn, llaman la atenci¨®n unos gritos mucho m¨¢s agudos. Unas enormes mamparas ocultan lo que hay detr¨¢s. Los ni?os se agolpan alrededor de una gran cristalera. En su interior se encuentra toda una familia de chimpanc¨¦s.
Los padres se llaman Miranda y Coco, y viven con sus tres hijos, Chispita, Kate y el peque?o Pascual¨ªn. Coco es el m¨¢s tranquilo. Se dedica a comer del nido de termitas que tienen instalado. Utiliza un fino palo para introducirlo por los peque?os agujeros y sacarlo repleto de insectos que chupa con fruici¨®n.
La madre, Miranda, ya ha comido y Pascual¨ªn se le acerca para limpiarle los restos de comida que le quedan en los labios. Los hermanos mayores se pasean y se cuelgan por la jaula, pero no se mueven tanto como el peque?o.
Los ni?os se los comen con la mirada. Est¨¢n entusiasmados contemplando los graciosos movimientos y la destreza con que el m¨¢s joven recorre la jaula. Parece un autentico saltimbanqui.
Uno de los chavales, que va de listillo con gafitas incluidas, explica levantando la voz: 'Mira mam¨¢, la tele. Nos lo dijo nuestro profesor, Don Alejandro. Nos cont¨® que les hab¨ªan comprado una y que les pon¨ªan El Rey Le¨®n. Pero no son dibujos animados lo que suelen ver los animales.
Miran documentales de naturaleza. 'En cuanto se pone en marcha', explica una de las j¨®venes que est¨¢ al cuidado del zoo, 'el peque?o se entusiasma. Se acerca a mirarla. Esta encantado. Suelen ver un documental por la ma?ana y otro por la tarde. Pero eso depende', sigue diciendo la chica, 'porque si vemos que est¨¢n haciendo la siesta, o est¨¢n entretenidos, los dejamos tranquilos'.
Pero ?es cierto que puede ser ¨²til para que aprendan algunos comportamientos? Ella sonr¨ªe y responde: 'Bueno, es posible que a¨²n sea pronto para saberlo porque s¨®lo hace unos meses que tienen la tele. Creo que la forma de comer las termitas no lo han aprendido con los videos, sino que es algo innato. Pero tambi¨¦n intentamos que los animales no se aburran. Ya que tienen que estar aqu¨ª debemos hacerles la vida agradable. Les vamos dando juguetes nuevos para entretenerlos. Tienen pelotas, otras veces les dejamos unos peluches...'.
Quiz¨¢ en el zoo de Valencia a¨²n no ha tenido efecto, pero aunque parezca incre¨ªble, no es ning¨²n experimento balad¨ª. En un documental de televisi¨®n, unos cient¨ªficos trabajaban la capacidad de mimetismo de los simios. Durante mucho tiempo estuvieron grabando las reacciones de una pareja de chimpanc¨¦s y observaron como hab¨ªan llegado a aprender a expresarse con las manos al observar por la peque?a pantalla el lenguaje de los signos.
Y m¨¢s todav¨ªa. Como los dos simios no se entend¨ªan como pareja, los expertos decidieron buscarle un novio a la hembra. Grabaron a algunos chimpanc¨¦s en edad de merecer y se los mostraron para que escogiera. La mona reaccionaba gritando y tap¨¢ndose los ojos cuando no le gustaban, pero se amorr¨® a la pantalla y comenz¨® a darle besos en cuanto vio al simio de su vida. Es posible que Pacual¨ªn acabe encontrando novia por Internet. Nunca se sabe.
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