Coronel Atl¨¦tico
Triunfo autoritario del equipo de Luis Aragon¨¦s en Legan¨¦s
El Atl¨¦tico no quiere bromas. Otro a?o, no. Y donde se supone que debe ganar gana y punto. Como en Legan¨¦s. Andan los rojiblancos de un profesional exagerado, gust¨¢ndose en el rol superior dentro de la categor¨ªa al que le obliga su historia y su entrenador, Luis Aragon¨¦s, que ha puesto a cada uno en su sitio y llenado de coherencia, orden y seriedad un club acostumbrado al caos y los desprop¨®sitos.
La autoritaria victoria de ayer, en Butarque, dej¨® un regusto inconfundible a Luis. Porque el Atl¨¦tico lleg¨® al triunfo a partir de una saludable idea de equipo; del reparto proporcional de las tareas; de la m¨¢xima concentraci¨®n incluso en los momentos en los que el marcador, ya resuelto, invitaba a la siesta. En el Atl¨¦tico todos empujaron hacia el mismo lado, incluso el Mono Burgos, que aparc¨® sus extravagancias y se dedic¨® a parar. Y eso bast¨®, por la superioridad de su plantel, para quitarse del medio a un Legan¨¦s que se acab¨® en cuanto Correa, en el minuto 24, abri¨® la cuenta.
Hasta entonces, en los compases iniciales, el conjunto local contragolpe¨® con intenci¨®n y lleg¨® con claridad un par de veces. Pero toda la frescura que ense?¨® S¨ªvori para meter en problemas a la zaga rival se qued¨® en nada dentro del ¨¢rea, donde las piernas s¨ª le temblaron. El Atl¨¦tico es mejor que el Legan¨¦s y se limit¨® a demostrarlo. Parece de perogrullo, pero no es el idioma habitual del f¨²tbol. Y el Atl¨¦tico es, o era, el paradigma de los equipos que se empe?an en desmentir la l¨®gica de este deporte. Pero no con Luis.
El t¨¦cnico ha sabido armar un equipo compacto y equilibrado, muy consciente del tipo de categor¨ªa que pisa, y que funciona. El Atl¨¦tico se sabe el jefe de la tabla y quiere demostrarlo desde el primer d¨ªa. Ayer volvi¨® a echar de menos a Fernando Torres, cuya movilidad le concede al ataque un acento imprevisible cuando las defensas est¨¢n m¨¢s cerradas, pero, una vez agarrado el primer tanto, no dej¨® que el Legan¨¦s le discutiera nada.
El infatigable Diego Alonso prolong¨® su racha con un nuevo gol y Correa antepuso por una vez su calidad a su indolencia y anot¨® dos. Y el resto de jugadores, excepto un gris Colsa -probablemente el punto m¨¢s d¨¦bil de este equipo- y un apagad¨ªsimo Stankovic, salieron de Legan¨¦s con buena nota. Y por encima de todos, una vez m¨¢s, Movilla, el alma del Atl¨¦tico.
El calvo es uno de esos contados casos de futbolista total, de jugador capaz de sobresalir en las dos direcciones del juego. Para mover el equipo, para ofrecerse, para repartir juego con clarividencia y velocidad -imagina la jugada un segundo antes que los dem¨¢s-. Y para presionar la posesi¨®n del contrario, para recuperar la pelota, para ocupar la zona vac¨ªa en el repliegue, para no dejar de correr ni un s¨®lo instante. Tiene el campo metido en la cabeza y, como si fuera un futbolista de v¨ªdeoconsola, aparece autom¨¢ticamente en la zona del bal¨®n. Dentro de este Atl¨¦tico sensato y fuerte, Movilla dar¨¢ que hablar.
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