El Deportivo se salva de un desastre

Una debacle se cern¨ªa sobre Riazor cuando, ya en el tiempo suplementario, apareci¨® Valer¨®n y evit¨® que el Deportivo quedara seriamente da?ado para el resto de la Liga de Campeones. El Deportivo jug¨® a la ruleta rusa y a punto estuvo de quedarse sin cabeza. Marc¨® pronto, fue durmi¨¦ndose seg¨²n pasaba la noche y cuando ya hab¨ªa dado el choque por concluido, con s¨®lo diez minutos para el final, el Olympiakos se sac¨® dos goles de la manga. El mazazo pudo ser enorme, pero en la agon¨ªa del ¨²ltimo momento apareci¨® Valer¨®n como providencial socorrista.

Ya en los primeros minutos, el Deportivo tuvo que salir a flote gracias a un gol de Fran. El cuadro de Irureta hab¨ªa vivido la mitad inicial de la primera parte rodeado de penurias. El Olympiakos sali¨® presionando a toda pastilla y desde el principio meti¨® en problemas al equipo local. Los griegos pusieron en su asedio m¨¢s dedicaci¨®n que orden, pero su laboriosidad les sobr¨® para cortar todas las l¨ªneas del Deportivo, incapaz de hacerse con la pelota y combinar con un m¨ªnimo de propiedad. En seis minutos, Molina vio silbar el bal¨®n dos veces por delante de sus narices: en un centro de Djordjevic al que no lleg¨® Giovanni por medio palmo y en un cabezazo de Berm¨²dez.

La presi¨®n de los griegos se fue apaciguando poco a poco, pero el Deportivo ya hab¨ªa perdido los papeles y le costaba encontrar un gui¨®n nuevo. Hasta el gol de Fran, s¨®lo los intentos en solitario de Diego Trist¨¢n aliviaron los achaques del equipo de Irureta. Pero el gol fue un regalo del cielo. La jugada empez¨® con una buena arrancada y un buen centro de Sergio, pareci¨® estropearse con una gigantesca pifia de Pandiani, incapaz de golpear un bal¨®n franco, y se arregl¨® finalmente con un inesperado y solvente remate de Fran, que ha empezado la temporada descubriendo una ins¨®lita faceta goleadora.

El Olympiakos se desplom¨® repentinamente, y el Deportivo vivi¨® sus mejores momentos. Volvi¨® a encontrar la pelota y el hilo para manejarla, y, aun sin grandes brillos, ofreci¨® algunas buenas noticias. Una la de Sergio, que ha ca¨ªdo en gracia en Riazor. En todas sus apariciones ha dejado alg¨²n detalle bueno. En una ¨¦poca en que lo primero que se mira en un medio centro es su capacidad para recuperar balones, Sergio es un futbolista que luce sobre todo con la pelota: toca muy bien y tiene inteligencia para distribuirla. La otra buena noticia la trajo Fran que, goles aparte, ha regresado tras su lesi¨®n y su irregular campa?a pasada exhibiendo grandes prop¨®sitos.

Entre las cosas de Fran, de Sergio o de Diego Trist¨¢n, el Deportivo parec¨ªa a punto para cerrar el partido de un momento a otro. El gol no llegaba, pero nadie parec¨ªa preocuparse porque el Olympiakos se hab¨ªa borrado del partido. Poco a poco, el Deportivo empez¨® a dormirse y se refugi¨® cada vez m¨¢s en las comodidades del medio del campo. M¨¢s por obligaci¨®n que por fe, los griegos asomaron un poco la cabeza, lo que acab¨® siendo una trampa mortal para el Deportivo, confiado en que en cualquier momento disfrutar¨ªa del contragolpe definitivo para emitir la sentencia final.

No es la primera vez que el Deportivo juega con fuego de ese modo en Riazor. Anoche lo pag¨® muy caro. El Olympiakos hab¨ªa ganado rapidez y calidad con la entrada del ghan¨¦s Oforiquaye, que se erigi¨® en el futbolista decisivo del partido. Primero le rompi¨® la cintura a Donato y facilit¨® el gol. Luego culmin¨® ¨¦l mismo un pase de Giovanni. Dos acciones r¨¢pidas, favorecidas por el desconcierto local y con s¨®lo diez minutos por delante. Aunque el Olympiakos no merec¨ªa la victoria, el Deportivo se hab¨ªa ganado a pulso el castigo. Pero el recurso a la heroica volvi¨® a librarle de la cat¨¢strofe.