?Qu¨¦ hacer en el lugar de la tragedia?
Nueva York debate si construye nuevos rascacielos o levanta un mausoleo
Las Torres Gemelas han sido faro, br¨²jula y s¨ªmbolo para los neoyorquinos. 'Nos sentimos perdidos sin ellas en el horizonte', afirma una madre todav¨ªa conmocionada, 'el mi¨¦rcoles mi hijo peque?o me coment¨®: 'Siempre me dijiste que, si me perd¨ªa, encontrar¨ªa el camino a casa si miraba al cielo y me dirig¨ªa hacia las Torres Gemelas. Ahora, ?c¨®mo voy a encontrar el camino de vuelta?'.
Justo una semana despu¨¦s de la destrucci¨®n del centro financiero m¨¢s importante del planeta, Nueva York est¨¢ comenzando a debatir t¨ªmidamente sobre la posibilidad de reconstruir el World Trade Center. Sin embargo, el asunto plantea grandes dificultades emocionales y econ¨®micas.
Tras una reuni¨®n extraordinaria del Consejo de la Propiedad de Nueva York, el lunes se inform¨® de que Larry Silverstein, un prominente constructor y operador de centros comerciales, se ha comprometido a reconstruir la gloria del World Trade Center.
Un destacado empresario pide colaboraci¨®n para reconstruir las Torres Gemelas
Silverstein firm¨® en abril un contrato de arriendo de aproximadamente 575.000 millones de pesetas, por un plazo de 99 a?os, en las Torres Gemelas y en otros dos edificios del complejo, un r¨¦cord hist¨®rico.
Ahora el empresario pide la colaboraci¨®n de bancos, aseguradoras, el Gobierno y la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey, propietaria de las Torres Gemelas, para facilitar la reconstrucci¨®n. Se ignora, sin embargo, si sus planes incluyen la reconstrucci¨®n de las Torres Gemelas tal y como se crearon, algo que algunos tachan de mal gusto o una invitaci¨®n a otro ataque terrorista.
Las Torres Gemelas, de 417 metros de altura, fueron inauguradas en 1975. Seg¨²n la revista New Scientist, su especial dise?o permiti¨® que estuvieran en pie durante m¨¢s de una hora despu¨¦s de los impactos y que miles de personas se pusieran a salvo. El exterior de ambos edificios consist¨ªa en columnas de acero, situadas a menos de un metro de distancia, que tej¨ªan una enorme red tubular alrededor de cada una de ellas. Asimismo, los expertos han notado que el derrumbe se produjo de forma vertical, como si fuera una demolici¨®n controlada.
Therese Fitzgerald, periodista de la revista especializada Commercial Property News Resource, opina que los neoyorquinos quieren que se construya en el lugar. 'Pero pienso en un mausoleo m¨¢s que en un edificio comercial. De todos modos, no tengo dudas de que Silverstein har¨¢ algo de buen gusto, porque es un tema muy delicado'.
Silverstein Properties construy¨® el n¨²mero 7 del World Trade Center, uno de los edificios que se vinieron abajo el pasado d¨ªa 11 por la noche, as¨ª como m¨¢s de 92 hect¨¢reas de oficinas, ubicadas en su mayor¨ªa en el distrito financiero de Nueva York y la Quinta Avenida. En los ataques terroristas del d¨ªa 11 se perdieron entre 111 y 140 hect¨¢reas de espacio comercial, y otro tanto ha sido inutilizado temporalmente. En consecuencia, American Express acaba de firmar un contrato para mudarse a Connecticut, y otras empresas han encontrado acomodo en la vecina Nueva Jersey, al otro lado del r¨ªo Hudson.
Para las firmas peque?as ha sido m¨¢s dif¨ªcil. 'Es como un juego de sillas musicales. Ahora estamos instalados en unas oficinas prestadas por una firma quebrada de Silicon Valley que no necesita el espacio', dice un empresario de una consultora.
A la larga, el Consejo de la Propiedad est¨¢ preocupado por que, sin apoyo del Gobierno y el sector privado, se produzca un ¨¦xodo de compa?¨ªas hacia el extrarradio de la isla de Manhattan. S¨ªntoma de c¨®mo est¨¢ la situaci¨®n, BOMA-NY, una agrupaci¨®n que re¨²ne a empresarios del sector inmobiliario, ha creado un fondo (The Torch Foundation) para ayudar a las personas de la industria que pierdan sus puestos de trabajo.
Tanto si los 3.600 millones de pesetas que ha ofrecido el Gobierno federal incluyen exenciones fiscales u otras ayudas para las empresas afectadas, el Consejo de la Propiedad ha dicho que solicitar¨¢ m¨¢s asistencia federal, porque los recursos de la ciudad se quedan cortos para la recuperaci¨®n del ¨¢rea.
Otros son m¨¢s optimistas. 'No tengo duda del futuro de la ciudad de Nueva York', asegura su alcalde, el infatigable Rudolph Giuliani, jefe tambi¨¦n de la Comisi¨®n de Reconstrucci¨®n.
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