Annan lucha para que la ONU no quede relegada
C¨®mo negociar una resoluci¨®n del Consejo de Seguridad de la ONU, que establezca alg¨²n tipo de obligaci¨®n internacional de cooperaci¨®n con las operaciones antiterroristas, y una nueva fecha para la reuni¨®n de la Asamblea General, suspendida a causa del atentado de Nueva York, y que no debe coincidir con el inicio del ramad¨¢n, a mediados de noviembre, son ahora las dos principales tareas de su secretario general.
Kofi Annan, que visit¨® el martes la zona siniestrada y record¨® que 62 de los 189 pa¨ªses de la ONU tienen ciudadanos entre las v¨ªctimas de las Torres Gemelas, intenta desplegar una intensa actividad para que la ONU no quede relegada del proceso de negociaciones que est¨¢ desplegando Washington de forma bilateral. Bush ha hablado con los dirigentes de 20 pa¨ªses.
La Administraci¨®n Bush no se hab¨ªa distinguido hasta ahora por su inter¨¦s en el papel de la ONU. M¨¢s bien al contrario, hab¨ªa protagonizado algunos incidentes, como la decisi¨®n de condicionar el pago de su cuota a ser elegida miembro de la Comisi¨®n de Derechos Humanos o sus pol¨¦micas decisiones de no ratificar acuerdos internacionales.
Su l¨ªnea dura respecto a la ONU se pudo apreciar, incluso, en la persona elegida como nuevo embajador, John Negroponte, un diplom¨¢tico acusado por diversas ONG de haber promovido la guerra sucia en Honduras en los ochenta. La crisis estall¨® antes de que Negroponte tomara posesi¨®n y un segunda fila represent¨® a EE UU en la inmediata reuni¨®n del Consejo de Seguridad. Negroponte logr¨® presentar ayer sus cartas credenciales.
La presi¨®n de los pa¨ªses aliados intenta conseguir que la Administraci¨®n Bush empiece a mostrarse algo m¨¢s sensible a la idea de que cualquier acci¨®n militar conjunta debe tener la suficiente cobertura legal internacional, no s¨®lo de la OTAN, sino tambi¨¦n de la la ONU. Hasta ahora, el Consejo de Seguridad s¨®lo ha aprobado una resoluci¨®n en la que se condenan los ataques y se considera que 'constituyen una amenaza para la paz y la seguridad internacionales'. Este texto entrecomillado hubiera justificado legalmente una acci¨®n militar de respuesta, seg¨²n el art¨ªculo 51 del Tratado, que permite a cualquier estado defenderse de un ataque armado mientras que el Consejo de Seguridad no tome las medidas adecuadas. Pero seg¨²n van pasando los d¨ªas y se complican las posibles operaciones, resulta m¨¢s evidente que se necesitar¨¢ un desarrollo posterior del texto aprobado y nuevas resoluciones, como sucedi¨® durante la guerra del Golfo.
Fuentes diplom¨¢ticas se?alaron que se intenta organizar esa v¨ªa y que lo primero ser¨¢ reunir de nuevo al Consejo y preparar una nueva resoluci¨®n en la que se establezca alg¨²n tipo de obligaci¨®n de cooperaci¨®n internacional. La mayor dificultad no la representa Rusia, sino China. Pek¨ªn, que tiene derecho de veto, insiste en que cualquier acci¨®n debe contar con la autorizaci¨®n y la direcci¨®n del Consejo de Seguridad, algo que Washington no est¨¢ dispuesto a aceptar.
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