El drama de los hu¨¦rfanos que todav¨ªa no saben que lo son
Familiares y profesionales tratan de ayudar a miles de ni?os, hijos de las v¨ªctimas de los atentados de EE UU
Los atentados del 11 de septiembre han dejado hu¨¦rfanos a miles de ni?os. No hay recuento oficial sobre el n¨²mero de ni?os que perdieron a su padre o a su madre como consecuencia de las acciones terroristas, pero muchos de los 6.000 desaparecidos eran j¨®venes con m¨¢s de un hijo. Las familias afrontan ahora un reto sin precedentes para EE UU: c¨®mo apoyar y acoger a todos los ni?os que, en un s¨®lo d¨ªa, quedaron hu¨¦rfanos. Nadie duda de que el n¨²mero de ni?os que han perdido al padre o a la madre como consecuencia de los atentados ser¨¢ incluso superior al de desaparecidos. La agencia de Bolsa Cantor Fitzgerald, por ejemplo, calcula que sus 700 ejecutivos desaparecidos han dejado 1.500 ni?os hu¨¦rfanos. Muchos de los 350 bomberos fallecidos durante el rescate ten¨ªan m¨¢s de cuatro hijos y uno incluso 10.
'Nunca antes hab¨ªamos tenido que hacer frente a un problema de esta magnitud', afirma Ruth Kreitzman, una trabajadora social del Consejo Jud¨ªo de Servicios para la Familia y los Ni?os, una de las principales organizaciones de EE UU que trabajan con ni?os desamparados. 'Incluso los profesionales m¨¢s experimentados est¨¢n todav¨ªa tratando de comprender c¨®mo van a reaccionar los ni?os ante una tragedia as¨ª', a?ade.
Muchas familias deben hacer frente a una nueva situaci¨®n, que en ocasiones conlleva delicadas negociaciones para decidir qui¨¦n se har¨¢ cargo del ni?o. Yamel Marino, una mujer de 24 a?os, hab¨ªa mostrado su deseo de que su madre se ocupara de su hijo si le suced¨ªa cualquier cosa, pero ahora el padre del ni?o trata de recuperar la custodia. 'S¨®lo espero que se respete el deseo de la madre', afirma Maureen Niciu, amiga de ¨¦sta.
Los familiares se plantean c¨®mo y cu¨¢ndo deben decir a los ni?os que los padres no est¨¢n desaparecidos, sino que est¨¢n muertos. En ocasiones, deber¨¢n explicar incluso qu¨¦ significa morir.
El reverendo cat¨®lico Jim Cunningham acompa?¨® a Tara Stackpole cuando ¨¦sta cont¨® a sus cinco hijos que se hab¨ªa recuperado el cuerpo de su padre. 'Recibieron la informaci¨®n como un regalo. La mayor¨ªa de familias no podr¨¢ recuperar los cuerpos', explica.
La situaci¨®n no tiene precedentes en EE UU. Ni siquiera sirve como tal la expansi¨®n del sida, que ha provocado la muerte prematura de miles de padres, aunque a lo largo de muchos a?os. En esta ocasi¨®n, miles de ni?os perdieron a sus padres en s¨®lo una hora y la mayor¨ªa de cuerpos probablemente no ser¨¢n nunca recuperados.
En consecuencia, explica Luis Espinoza -cuya mujer, de 29 a?os, es una de los desapa-recidos-, los ni?os siguen manteniendo la esperanza. Su hijo, Christian, le dice que le es imposible concentrarse en la escuela y le hace preguntas como ¨¦sta: '?Por qu¨¦ no la avisaste para que saliera antes del edificio?'.
En el atentado murieron m¨¢s hombres que mujeres. Minerva Mentor-Portillo es una de las nuevas viudas que est¨¢n empezando a afrontar c¨®mo hacer crecer sola a sus dos hijos, de 5 y 7 a?os, con la ayuda de un equipo de psic¨®logos. Tendr¨¢ que hacerse cargo de todo, desde la econom¨ªa familiar hasta la atenci¨®n de los peque?os.
Tambi¨¦n perdieron la vida madres solteras, como Rosa Julia Gonz¨¢lez, de 32 a?os, quien justo antes de que la torre se desplomara llam¨® a su hermana rog¨¢ndole que se hiciera cargo de su hija, de 12 a?os.
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