El Trambaix, una soluci¨®n (respuesta a Oriol Bohigas)
El buen amigo y prestigioso arquitecto Oriol Bohigas se manifestaba hace pocos d¨ªas, desde esta tribuna, contrario a la implantaci¨®n del tranv¨ªa en nuestras ciudades. A partir del an¨¢lisis del rol del ferrocarril urbano o metropolitano -que comparto plenamente-, formulaba la siguiente argumentaci¨®n antitranv¨ªa que considero poco acertada.
Oriol basa sus cr¨ªticas al tranv¨ªa en dos razonamientos. El primero es que la especializaci¨®n de funciones de nuestras calles (?vuelve el racionalismo!) debe comportar la reserva del nivel 0, la superficie, para los peatones (el tr¨¢fico privado y el transporte p¨²blico, opina, es preciso enterrarlo, esconderlo).
Estoy en desacuerdo con esta afirmaci¨®n. La recuperaci¨®n del espacio urbano requiere, en primer lugar, la restricci¨®n del uso del veh¨ªculo privado. En tantos ¨¢mbitos como sea posible se debe limitar el uso del coche. Se necesitan medidas de pacificaci¨®n de la circulaci¨®n y de recuperaci¨®n de espacios urbanos para el viandante. Y, si es posible, que esta recuperaci¨®n sea compartida por el transporte p¨²blico.
No hay recetas universales. El nivel 0 de las ¨¢reas de m¨¢xima centralidad ni siquiera admite veh¨ªculos de transporte colectivo
Pero la complejidad se impone. No hay recetas universales. El nivel 0 de las ¨¢reas de m¨¢xima centralidad ni siquiera admite veh¨ªculos de transporte colectivo. No me imagino el Portal de l'?ngel (espacio felizmente recuperado para el peat¨®n) cruzado por un tranv¨ªa. Hace unos d¨ªas, con unos cuantos periodistas, t¨¦cnicos y regidores metropolitanos, visit¨¢bamos el tranv¨ªa de la ciudad de Estrasburgo, puesto como ejemplo de la reintroducci¨®n feliz de este modo de transporte en toda Europa. Pero casi todos coincid¨ªamos en que justo en medio de la ciudad vieja -la plaza de l'Homme de Fer- la experiencia no era positiva. All¨ª el tranv¨ªa era demasiado aparatoso, quitaba demasiado espacio a los viandantes. En cambio, en las avenidas de acceso, las antiguas carreteras que hoy constituyen los nuevos bulevares de la metr¨®polis, el tranv¨ªa se convierte en un instrumento id¨®neo tanto para el transporte como para la mejora cualitativa de la urbanizaci¨®n y del entorno urbano que comporta su implantaci¨®n.
La complejidad de los sistemas urbanos requiere una respuesta en t¨¦rminos paralelos. El nivel 0 del Portal de l'?ngel no es el mismo que el de la Diagonal, ni las antiguas carreteras N-340 o C-245 a Sant Just o Cornell¨¤. Y la resoluci¨®n de este nivel en cada caso requiere un proyecto adecuado y espec¨ªfico que d¨¦ respuesta a cada problem¨¢tica.
El segundo argumento de Bohigas me preocup¨® m¨¢s. Sosten¨ªa que el Trambaix es intr¨ªnsecamente malo porque no lo han dise?ado los t¨¦cnicos municipales, sino una comisi¨®n dependiente de la Generalitat. Me provoc¨® una doble preocupaci¨®n. En primer lugar, por la desinformaci¨®n: el proyecto de tranv¨ªa no es de la Generalitat ni de los municipios, es de todos, es de la ATM, consorcio paritario formado por el Gobierno catal¨¢n y los municipios; es m¨¢s, la redacci¨®n del proyecto de inserci¨®n urbana del tranv¨ªa fue encargado a la agencia Barcelona Regional, dirigida por el fact¨®tum del urbanismo local, el arquitecto Josep Anton Acebillo.
Si la desinformaci¨®n es grave, lo es todav¨ªa m¨¢s la pretensi¨®n de excluir al Gobierno del pa¨ªs de las decisiones de intercambios en parte de su territorio. Barcelona es Catalu?a, la regi¨®n metropolitana de Barcelona es Catalu?a y el Gobierno de Catalu?a debe dedicarse a ellas. Tiene que invertir esfuerzos, dinero y acci¨®n pol¨ªtica. Y debe hacerlo en estrecha colaboraci¨®n -en discusi¨®n si es necesario- con los municipios. Pero no nos podemos permitir el lujo de tener un Gobierno del pa¨ªs que s¨®lo lo sea para la ruralidad, y no para la urbanidad. Desde el parque de la Ciutadella y desde el lado monta?a de la plaza de Sant Jaume se gobierna para todo el pa¨ªs sin olvidar el lugar donde m¨¢s gente vive: ?la metr¨®polis y las ciudades!
Oriol Bohigas termina su art¨ªculo con un tercer argumento contra el tranv¨ªa: si se construye es por supeditaci¨®n a las multinacionales que construyen los tranv¨ªas. Son ellas las que han impulsado el proyecto. Sin aceptar la mayor, s¨ª quiero manifestarme muy satisfecho de que haya ganado el concurso una agrupaci¨®n de empresas entre las que se encuentra Alstom. Esta multinacional francesa, que permiti¨® salvar tantos puestos de trabajo de la hist¨®rica Maquinista, y a la que como Gobierno queremos ayudar para que mantenga la factor¨ªa de Santa Perp¨¨tua, construir¨¢ nuestros tranv¨ªas. A m¨ª esto me hace feliz. Y me parece que a mucha otra gente que tanto ha luchado para defender estos puestos de trabajo. Hay muchos argumentos para defender que el tranv¨ªa es la mejor soluci¨®n de transporte y de ciudad en determinados ¨¢mbitos. Ser¨ªa largo y superfluo reiterarlos aqu¨ª.
En todo caso, deseo que el debate en torno a este tema sea tan apasionado y valiente como lo es mi admirado amigo Bohigas, a quien me gustar¨ªa ver convencido de que el Trambaix es positivo para la Barcelona compleja, la Barcelona de la Diagonal, la Barcelona metropolitana de L'Hospitalet, de Sant Just, de Esplugues, de Cornell¨¤ y de Sant Feliu, que muy pronto gozar¨¢ de m¨¢s y mejor accesibilidad gracias al tranv¨ªa.
Pere Macias i Arau, consejero de Pol¨ªtica Territorial y Obras P¨²blicas.
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