Sorpresas, marginalidad y curiosidades en Zabaltegi
Se acerca el final del Festival de San Sebasti¨¢n, y con ¨¦l tambi¨¦n la competici¨®n de la m¨¢s importante de sus secciones paralelas, Zabaltegi. En los ¨²ltimos d¨ªas se han ido acumulando pel¨ªculas cuya visi¨®n ha servido, entre otras cosas, para ver que el sesgo tem¨¢tico elegido por los organizadores no puede ser m¨¢s inquietante: de ¨¦l se desprende una sensaci¨®n de intranquilidad por el futuro del cine joven, y muy especialmente del europeo, excesivamente preocupado por trufar sus ficciones de elementos escatol¨®gicos, comportamientos en los l¨ªmites y, consecuentemente, con un protagonismo inquietante de seres en las ant¨ªpodas de una cierta noci¨®n de normalidad democr¨¢tica.
V¨¦ase alg¨²n ejemplo: en una pel¨ªcula holandesa, Drift, de Michiel van Jaarsveld, bien rodada e interpretada, una joven, hermana de un traficante de carne en mal estado e hija de un padre alcoh¨®lico recluido en un asilo, se hace amante del progenitor de su mejor amiga... antes de convertirse en la pareja de su propio hermano.
En otra, la italiana Asuddelsole, de Pasquale Marrazzo, el protagonista sufre porque su padre ha recluido a su hermano, con s¨ªndrome de Down, en otro asilo, mientras su novia le birla el amante a su madre y el propio joven es pretendido por un travestido. En otra, en fin, la mexicana De la calle, de Gerardo Tort, el protagonismo recae en una pareja de adolescentes que viven literalmente en cloacas, ella anhelando una nueva vida, ¨¦l empe?ado en encontrar a su padre en medio de la miseria m¨¢s absoluta. Por eso han sorprendido tanto pel¨ªculas como la espa?ola Salvajes, de Carlos Molinero, o, sobre todo, Autr¨¦ment, de Christophe Otzenberge. Lo mejor de su trabajo es que, sin trucos ni aspavientos, con una espartana falta de recursos pero con una mirada serena y limpia, desmonta cualquier intenci¨®n de dramatismo en una peripecia que podr¨ªa abundar en ¨¦l.
Buceo on¨ªrico
En el cap¨ªtulo de las curiosidades, hay que apuntar otras dos pel¨ªculas espa?olas. Una, Un perro llamado Dolor, lo es por partida doble, puesto que se trata de la ¨®pera prima de un cantante como Luis Eduardo Aute, por un lado, y por otro, es nada menos que un filme de animaci¨®n, mudo y en blanco y negro. A partir de siete retratos que reflejan momentos de la vida de diferentes pintores, de Dal¨ª a Picasso, de Frida Kahlo a Goya, Sorolla o Vel¨¢zquez, Aute propone un buceo on¨ªrico, a ratos imaginativo y apasionante, en otros s¨®lo tedioso, y siempre de animaci¨®n discreta. La otra, N¨¢ufragos, de una joven que firma Luna, aunque su trabajo como actriz lo hace con su nombre, Mar¨ªa Lind¨®n, es una marcianada, y nunca mejor dicho: muestra un viaje a Marte, cuenta con un potente elenco internacional, utiliza el utillaje de Space cowboys, el filme de Clint Eastwod, y ostenta el ritmo m¨¢s ortop¨¦dico y la mayor acumulaci¨®n de di¨¢logos absurdos que se han visto en el festival.
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