La nueva financiaci¨®n auton¨®mica
El autor considera que el actual modelo no va a servir para mejorar la posici¨®n de la Comunidad Valenciana respecto del resto de autonom¨ªas
Siempre que se abre un debate sobre la financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas, se termina pensando en cu¨¢nto dinero le corresponde a cada una y no en la forma de obtenerlo. Esto es normal, porque el sistema de financiacion ha aparecido ante los ciudadanos con una cierta aureola de complejidad t¨¦cnica que hac¨ªa dif¨ªcil y hasta tedioso preocuparse por los detalles y se iba directamente al resultado de la propia y a compararla con las dem¨¢s. La verdad es que el procedimiento era acertado, porque el primer sistema de financiaci¨®n auton¨®mica, conocido como del 'coste efectivo', se limitaba a poner a disposici¨®n de las comunidades aut¨®nomas por parte del Gobierno central los recursos que antes gastaba en las competencias transferidas, bien fuera a trav¨¦s de los tributos cedidos (una peque?a parte del coste total) y el resto como participaci¨®n en los ingresos del Estado. Exist¨ªa un fondo de solidaridad, el Fondo de Compensaci¨®n Interterritorial, y un Fondo de Nivelaci¨®n, para compensar las diferencias de dotaci¨®n de servicios p¨²blicos entre territorios (que eran bastantes) en el momento de las transferencias, y que nunca entr¨® en funcionamiento.
De estas diferencias iniciales -menos colegios o menos camas hospitalarias por ejemplo en una comunidad aut¨®noma que en otra- los sucesivos sistemas de financiaci¨®n nunca se han hecho cargo y as¨ª, aunque se han ido mejorando las dotaciones y hay un mayor grado de autonom¨ªa financiera, primero con la cesi¨®n del 15% del IRPF y despu¨¦s con el 30% con una peque?a capacidad normativa, nunca se ha modificado la posici¨®n relativa de origen en la financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas, de manera que al final, aun aumentando los recursos a disposici¨®n de las mismas, la Comunidad Valenciana siempre ha estado por debajo de la media de la financiaci¨®n por habitante y adem¨¢s, en la ¨²ltima posici¨®n.
No es que estar en la ¨²ltima posici¨®n sea malo. Existiendo un Fondo de Solidaridad, si estar en la ¨²ltima posici¨®n significara que estamos por encima de la media de la renta espa?ola; que somos los m¨¢s ricos y con las mejores dotaciones, entonces tendr¨ªa una buena justificaci¨®n. El problema es que esto no es cierto. De acuerdo con los datos del Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera la Comunidad Valenciana ocupa el d¨¦cimo lugar de quince en cuanto a 'riqueza relativa' o lo que es lo mismo, est¨¢ entre las siete regiones m¨¢s pobres de Espa?a, con lo cual no tiene l¨®gica que ocupemos la ¨²ltima posici¨®n en financiaci¨®n por habitante de entre las autonom¨ªas con competencias plenas.
El nuevo modelo de financiaci¨®n ahora aprobado ?ha solucionado esta situaci¨®n? Sin duda es la pregunta que debemos hacernos. Si nos atenemos a lo que dice nuestro Gobierno aut¨®nomo, efectivamente la ha solucionado. Y no s¨®lo eso, sino que reivindica la paternidad del modelo para nuestro presidente.
Cierto es que nuestro Gobierno en esta cuesti¨®n no deber¨ªa tener mucho cr¨¦dito, puesto que tambi¨¦n fue el primer avalista del modelo anterior que, como se ha evidenciado en sus cinco a?os de vigencia, no ha mejorado nuestra financiaci¨®n.
Me gustar¨ªa decir que el modelo supone un avance para quienes creemos en la autonom¨ªa. Y de hecho as¨ª es, porque de recibir la mayor parte de la financiaci¨®n con cargo a la participacion en los ingresos del Estado, ahora, te¨®ricamente, esa financiaci¨®n vendr¨¢ mayoritariamente con cargo a los ingresos del Estado que se 'recauden aqu¨ª', a trav¨¦s del 33% del IRPF, m¨¢s el 35% del IVA, el 40% del impuesto especial sobre la cerveza, el 40% del impuesto especial sobre productos intermedios y alcoholes y bebidas derivadas; el 40% sobre el impuesto sobre labores del tabaco; el 40% del impuesto especial sobre hidrocarburos; el 100% de los impuestos sobre la electricidad y sobre determinados medios del transporte. El resto de la financiaci¨®n necesaria ha cambiado de nombre. Ahora se llama Fondo de Suficiencia. Sin embargo, el cambio no supone que se puedan modificar los impuestos, ni tampoco que vaya a cambiar la recaudaci¨®n que seguir¨¢ realiz¨¢ndose a trav¨¦s de Agencia Tributaria.
Tantas novedades no cambiar¨¢n nuestra posici¨®n relativa. Seguiremos sin llegar a la media de financiaci¨®n por habitante de las comunidades aut¨®nomas espa?olas y seguiremos en el mismo lugar en que nos encontr¨¢bamos.
Ahora bien, algo ha cambiado y no precisamente en beneficio de los valencianos. Con el anterior sistema, cuya vigencia se limitaba a cinco a?os, siempre cab¨ªa la esperanza de una revisi¨®n tras comprobar las virtudes y defectos de su implantaci¨®n. Pero el actual, de acuerdo con las declaraciones del Gobierno, tiene vocaci¨®n de permanencia, lo cual nos orienta hacia la necesidad del cambio pol¨ªtico si queremos cambiar la situaci¨®n. No obstante, la pregonada estabilidad del sistema tiene factores de inestabilidad bastante claros.
En primer lugar, la discusi¨®n del modelo de financiaci¨®n auton¨®mico la ha llevado adelante el Gobierno en una relaci¨®n bilateral con cada comunidad aut¨®noma, sin que la visi¨®n de conjunto que la Constituci¨®n otorga al Senado como C¨¢mara de Representaci¨®n Territorial haya tenido ninguna participaci¨®n previa a su aprobaci¨®n.
En segundo lugar, a mi entender, los reg¨ªmenes forales siguen teniendo una financiaci¨®n por habitante mucho mayor que las quince comunidades aut¨®nomas de r¨¦gimen com¨²n, sin que se haya previsto en el tiempo una cierta perspectiva de equiparaci¨®n (de recursos, no de r¨¦gimen).
En tercer lugar, la autonom¨ªa financiera como se ha visto, ha quedado muy limitada y por lo tanto, tambi¨¦n la corresponsabilidad real y no formal.
Quedan por ¨²ltimo los agravios comparativos entre comunidades que, como hemos visto, teniendo menos renta por habitante, reciben menor financiaci¨®n.
Como se puede ver, el sistema de financiaci¨®n no es tan complicado y despu¨¦s de arduas negociaciones e imaginativas propuestas, al final hemos vuelto a la misma posici¨®n. S¨®lo deseo que de verdad sea un punto de partida y el actual istema, con el transcurso de los a?os, ayude a la Comunidad Valenciana a mejorar su no merecida posici¨®n.Siempre que se abre un debate sobre la financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas, se termina pensando en cu¨¢nto dinero le corresponde a cada una y no en la forma de obtenerlo. Esto es normal, porque el sistema de financiacion ha aparecido ante los ciudadanos con una cierta aureola de complejidad t¨¦cnica que hac¨ªa dif¨ªcil y hasta tedioso preocuparse por los detalles y se iba directamente al resultado de la propia y a compararla con las dem¨¢s. La verdad es que el procedimiento era acertado, porque el primer sistema de financiaci¨®n auton¨®mica, conocido como del 'coste efectivo', se limitaba a poner a disposici¨®n de las comunidades aut¨®nomas por parte del Gobierno central los recursos que antes gastaba en las competencias transferidas, bien fuera a trav¨¦s de los tributos cedidos (una peque?a parte del coste total) y el resto como participaci¨®n en los ingresos del Estado. Exist¨ªa un fondo de solidaridad, el Fondo de Compensaci¨®n Interterritorial, y un Fondo de Nivelaci¨®n, para compensar las diferencias de dotaci¨®n de servicios p¨²blicos entre territorios (que eran bastantes) en el momento de las transferencias, y que nunca entr¨® en funcionamiento.
De estas diferencias iniciales -menos colegios o menos camas hospitalarias por ejemplo en una comunidad aut¨®noma que en otra- los sucesivos sistemas de financiaci¨®n nunca se han hecho cargo y as¨ª, aunque se han ido mejorando las dotaciones y hay un mayor grado de autonom¨ªa financiera, primero con la cesi¨®n del 15% del IRPF y despu¨¦s con el 30% con una peque?a capacidad normativa, nunca se ha modificado la posici¨®n relativa de origen en la financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas, de manera que al final, aun aumentando los recursos a disposici¨®n de las mismas, la Comunidad Valenciana siempre ha estado por debajo de la media de la financiaci¨®n por habitante y adem¨¢s, en la ¨²ltima posici¨®n.
No es que estar en la ¨²ltima posici¨®n sea malo. Existiendo un Fondo de Solidaridad, si estar en la ¨²ltima posici¨®n significara que estamos por encima de la media de la renta espa?ola; que somos los m¨¢s ricos y con las mejores dotaciones, entonces tendr¨ªa una buena justificaci¨®n. El problema es que esto no es cierto. De acuerdo con los datos del Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera la Comunidad Valenciana ocupa el d¨¦cimo lugar de quince en cuanto a 'riqueza relativa' o lo que es lo mismo, est¨¢ entre las siete regiones m¨¢s pobres de Espa?a, con lo cual no tiene l¨®gica que ocupemos la ¨²ltima posici¨®n en financiaci¨®n por habitante de entre las autonom¨ªas con competencias plenas.
El nuevo modelo de financiaci¨®n ahora aprobado ?ha solucionado esta situaci¨®n? Sin duda es la pregunta que debemos hacernos. Si nos atenemos a lo que dice nuestro Gobierno aut¨®nomo, efectivamente la ha solucionado. Y no s¨®lo eso, sino que reivindica la paternidad del modelo para nuestro presidente.
Cierto es que nuestro Gobierno en esta cuesti¨®n no deber¨ªa tener mucho cr¨¦dito, puesto que tambi¨¦n fue el primer avalista del modelo anterior que, como se ha evidenciado en sus cinco a?os de vigencia, no ha mejorado nuestra financiaci¨®n.
Me gustar¨ªa decir que el modelo supone un avance para quienes creemos en la autonom¨ªa. Y de hecho as¨ª es, porque de recibir la mayor parte de la financiaci¨®n con cargo a la participacion en los ingresos del Estado, ahora, te¨®ricamente, esa financiaci¨®n vendr¨¢ mayoritariamente con cargo a los ingresos del Estado que se 'recauden aqu¨ª', a trav¨¦s del 33% del IRPF, m¨¢s el 35% del IVA, el 40% del impuesto especial sobre la cerveza, el 40% del impuesto especial sobre productos intermedios y alcoholes y bebidas derivadas; el 40% sobre el impuesto sobre labores del tabaco; el 40% del impuesto especial sobre hidrocarburos; el 100% de los impuestos sobre la electricidad y sobre determinados medios del transporte. El resto de la financiaci¨®n necesaria ha cambiado de nombre. Ahora se llama Fondo de Suficiencia. Sin embargo, el cambio no supone que se puedan modificar los impuestos, ni tampoco que vaya a cambiar la recaudaci¨®n que seguir¨¢ realiz¨¢ndose a trav¨¦s de Agencia Tributaria.
Tantas novedades no cambiar¨¢n nuestra posici¨®n relativa. Seguiremos sin llegar a la media de financiaci¨®n por habitante de las comunidades aut¨®nomas espa?olas y seguiremos en el mismo lugar en que nos encontr¨¢bamos.
Ahora bien, algo ha cambiado y no precisamente en beneficio de los valencianos. Con el anterior sistema, cuya vigencia se limitaba a cinco a?os, siempre cab¨ªa la esperanza de una revisi¨®n tras comprobar las virtudes y defectos de su implantaci¨®n. Pero el actual, de acuerdo con las declaraciones del Gobierno, tiene vocaci¨®n de permanencia, lo cual nos orienta hacia la necesidad del cambio pol¨ªtico si queremos cambiar la situaci¨®n. No obstante, la pregonada estabilidad del sistema tiene factores de inestabilidad bastante claros.
En primer lugar, la discusi¨®n del modelo de financiaci¨®n auton¨®mico la ha llevado adelante el Gobierno en una relaci¨®n bilateral con cada comunidad aut¨®noma, sin que la visi¨®n de conjunto que la Constituci¨®n otorga al Senado como C¨¢mara de Representaci¨®n Territorial haya tenido ninguna participaci¨®n previa a su aprobaci¨®n.
En segundo lugar, a mi entender, los reg¨ªmenes forales siguen teniendo una financiaci¨®n por habitante mucho mayor que las quince comunidades aut¨®nomas de r¨¦gimen com¨²n, sin que se haya previsto en el tiempo una cierta perspectiva de equiparaci¨®n (de recursos, no de r¨¦gimen).
En tercer lugar, la autonom¨ªa financiera como se ha visto, ha quedado muy limitada y por lo tanto, tambi¨¦n la corresponsabilidad real y no formal.
Quedan por ¨²ltimo los agravios comparativos entre comunidades que, como hemos visto, teniendo menos renta por habitante, reciben menor financiaci¨®n.
Como se puede ver, el sistema de financiaci¨®n no es tan complicado y despu¨¦s de arduas negociaciones e imaginativas propuestas, al final hemos vuelto a la misma posici¨®n. S¨®lo deseo que de verdad sea un punto de partida y el actual istema, con el transcurso de los a?os, ayude a la Comunidad Valenciana a mejorar su no merecida posici¨®n.
Joan Lerma es ex presidente de la Generalitat.
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