Bush visita Nueva York para infundir ¨¢nimos en la reconstrucci¨®n

El presidente norteamericano, George W. Bush, viaj¨® ayer Nueva York por segunda vez desde los atentados. En su anterior visita anim¨® a los bomberos del nivel cero, pero en esta ocasi¨®n habl¨® de reconstrucci¨®n con los principales empresarios del pa¨ªs, confirmando la prioridad que ha puesto Washington en la recuperaci¨®n econ¨®mica.

El primer objetivo ser¨¢ compensar a los familiares de las v¨ªctimas, una tarea que ya se enfrenta a penalidades burocr¨¢ticas y rivalidades pol¨ªticas. El prop¨®sito del viaje era tambi¨¦n infundir ¨¢nimos a una ciudad que apenas ha empezado a valorar el enorme esfuerzo econ¨®mico que supondr¨¢ volver a un semblante de normalidad, un mensaje que tambi¨¦n vale para el resto de Estados Unidos.

Bush eligi¨® el coraz¨®n econ¨®mico del pa¨ªs para pedir al Congreso que apruebe un paquete de incentivos que incluir¨¢ importantes recortes fiscales para reactivar el consumo y evitar una recesi¨®n. 'Queremos que la gente vuelva a tener confianza', dijo Bush. El presidente dej¨® que su secretario de Estado del Tesoro, Paul O'Neill, explicara a los congresistas de Washington los detalles del plan.

'Todos estamos de acuerdo en que los acontecimientos del 11 de septiembre han afectado mucho a nuestra econom¨ªa', dijo Bush despu¨¦s de su desayuno con empresarios, 'pero tambi¨¦n creemos que hay bases suficientes para una recuperaci¨®n'. Estaban presentes, entre otros, los presidentes de American Express, AT T y J. P. Morgan.

Despu¨¦s de visitar un parvulario de Chinatown que permaneci¨® cerrado tras los atentados por medidas de seguridad, Bush sigui¨® hablando de dinero con el alcalde de la ciudad, Rudolph Giuliani. Nueva York se enfrenta a un serio problema de bancarrota si no consigue financiar los 40.0000 millones de d¨®lares (7,2 billones de pesetas) que se estima costar¨¢n los esfuerzos de reconstrucci¨®n. La ciudad teme que la ayuda federal sea insuficiente, y el pasado martes emiti¨® bonos especiales por valor de 1.000 millones de d¨®lares para empezar a recaudar fondos.

Ir¨®nicamente, con todos estos incentivos, el Gobierno republicano se est¨¢ convirtiendo en el m¨¢s intervencionista de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Pero las enormes cantidades que se manejan y la rapidez con la que est¨¢n fluyendo ya ha creado serios problemas burocr¨¢ticos y pol¨ªticos. El mejor ejemplo es el de las compensaciones a los familiares de las m¨¢s de 6.000 v¨ªctimas.

Washington ha creado un fondo especial de 15.000 millones de d¨®lares para sacar de apuros a las compa?¨ªas a¨¦reas del pa¨ªs e indemnizar a las familias. Pero recurrir a esta ayuda supone abandonar cualquier posibilidad de demandar a las empresas como American Airlines o United, cuyos aviones sirvieron en los atentados, y conseguir una mayor compensaci¨®n, por lo que muchas han protestado.

La gesti¨®n del fondo tambi¨¦n ha sido muy cuestionada. Estar¨¢ en manos de un 'maestro especial' que todav¨ªa no ha sido nombrado por el fiscal general de Estados Unidos, John Ashcroft, y que tendr¨¢ amplia discreci¨®n para distribuir el dinero.

En Nueva York, el propio Giuliani ha sembrado la discordia al anunciar su intenci¨®n de organizar la distribuci¨®n de los 675 millones de d¨®lares recaudados por m¨¢s de cien organizaciones caritativas privadas.