A favor del semen
A nadie se le ocurre presentar un supuesto nuevo para el aborto ante un Parlamento de ec¨®nomos (?han visto la cara que pone el del Obispado de Valladolid ante la comisi¨®n del Parlamento por Gescartera?), que ya se ha cargado el ¨²ltimo intento de legalizar parejas homosexuales. Todo lo que tenga que ver con el disparo del semen les pone los pelos de punta (algo tienen que tener de punta). S¨®lo una bendici¨®n de cura o de juez, c¨®nsul o alcalde, puede autorizar la eyaculaci¨®n, siempre que el que une sepa hacia qu¨¦ ovarios ha de ir dirigido: ¨®vulos cristianos o legales. Siempre ha sido as¨ª, pobre Espa?a, pobres espa?oles... Siempre gobiernan ellos; y los otros tienen miedo cuando est¨¢n en el poder; y cuando en la oposici¨®n, se ablandan y dulcifican. Sin contar con que entre quienes se sientan a la izquierda en el Parlamento hay muchos religiosos o creyentes, lo cual implica una idea especial de la vida y del material que es capaz de producirla en circunstancias determinadas, que ellos quisieran controlar. Los respeto, aunque pienso que una de las bases de la izquierda es huir de todo dogma, hasta de los dogmas de la izquierda.
Soy partidario de las parejas de hecho, y de las org¨ªas de las que me hablaban desde ni?o, pero que no he tenido ocasi¨®n de ver 'en vivo y en directo'; y creo que el sexo no puede tener m¨¢s l¨ªmite que el deseo de quienes lo comparten. Soy m¨¢s partidario de que la curia no tenga nada que ver con este asunto, y que las aprobaciones o denegaciones oficiales sean abolidas: quiero decir, sobre todo, se deber¨ªa suprimir el matrimonio legal (no hablo de los m¨ªos, sobre los que tengo juicios individuales, como los tienen ellas). En cambio, no lo soy del aborto. M¨¢s bien lo odio, sobre todo por c¨®mo puede ser vulnerada la mujer; m¨¢s que por la leve cirug¨ªa, por el choque que sufre contra la vieja civilizaci¨®n obligatoria, la idea de pecado y las acusaciones de asesinato. Soy partidario de todos los sistemas anticonceptivos, que deber¨ªan ser gratuitos y hasta estimulados.
Hay quien quiere poner m¨¢quinas que dispensen condones en los institutos; deb¨ªan ser regalados por los padres y los profesores. Odio el aborto: odio m¨¢s que una muchacha quede embarazada por falta de previsi¨®n de sus familiares y educadores, o que sea castigada por la justicia, o que el m¨¦dico que la podr¨ªa ayudar tenga prejuicios (los prejuicios deber¨ªan estar prohibidos: s¨®lo deb¨ªan quedar vivos el pensamiento, la l¨®gica).
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