El m¨¢ximo tribunal franc¨¦s garantiza la inmunidad de Chirac como presidente
La decisi¨®n judicial impide procesar al l¨ªder gaullista mientras sea el jefe del Estado
El m¨¢ximo tribunal de Francia franque¨® ayer el camino de Jacques Chirac hacia su reelecci¨®n como jefe del Estado al quitarle de encima a los jueces encargados de instruir diversos casos de corrupci¨®n. El Tribunal de Casaci¨®n declar¨® su inmunidad penal 'durante la duraci¨®n del mandato presidencial', libr¨¢ndole as¨ª de la pol¨¦mica que acompa?aba cada una de sus negativas a someterse a los jueces. El ¨²nico pero de esta sentencia es que sit¨²a a Chirac, de 68 a?os, ante la obligaci¨®n de ganarse la reelecci¨®n en mayo pr¨®ximo si quiere seguir gozando de inmunidad.
La sentencia significa que un presidente emanado de las urnas no puede ser perturbado por juez alguno. En tanto que 'elegido directamente por el pueblo para asegurar el funcionamiento regular de los poderes p¨²blicos, as¨ª como la continuidad del Estado', el presidente no est¨¢ obligado a declarar, ni puede ser procesado, ni enviado a la jurisdicci¨®n ordinaria. Tampoco puede ser convocado como testigo, porque, si se negara a acudir, tendr¨ªa que ser 'obligado por la fuerza p¨²blica', subrayan los miembros del alto tribunal, a los que, evidentemente, esa situaci¨®n les pondr¨ªa los pelos como escarpias.
No obstante, el amor de los franceses por sus instituciones corre en paralelo al gusto por el matiz. Y los 19 magistrados del Tribunal de Casaci¨®n han usado la paleta de los grises para pintar el cuadro del horizonte penal del jefe del Estado. Si, por una parte, le pone al abrigo de jueces y tribunales -y esto es lo principal, a efectos pol¨ªticos-, tambi¨¦n aclara que, terminado el mandato, el ciudadano desigual vuelve a ser un ciudadano corriente, y si tiene cuentas con la justicia, no le ser¨¢ ahorrada ninguna.
Para evitar que el paso del tiempo provoque la prescripci¨®n de los hechos, ¨¦sta queda en suspenso hasta el fin del mandato. Tres sumarios pasan as¨ª al estado de durmientes. El primero se refiere al pago de remuneraciones a miembros del partido neogaullista RPR, que presid¨ªa Chirac, por el Ayuntamiento de Par¨ªs, que tambi¨¦n presid¨ªa Chirac. El segundo versa sobre irregularidades en la adjudicaci¨®n de viviendas sociales del Ayuntamiento de Par¨ªs durante la ¨¦poca en que aqu¨¦l era alcalde y primer ministro. Y en el tercero, relacionado con el pago de viajes privados de Chirac y de su familia, se discute si el dinero proced¨ªa de los fondos reservados del Estado o bien de comisiones abonadas por adjudicatarios de obras en centros de ense?anza.
Pocos pol¨ªticos de primera fila reaccionaron ante la sentencia. S¨®lo el ex ministro Jean-Pierre Chev¨¨nement, candidato a las presidenciales, se declar¨® satisfecho, porque prefiere 'una Rep¨²blica de ciudadanos que una Rep¨²blica de jueces'. La Uni¨®n Sindical de Magistrados, mayoritaria en la judicatura, se lament¨® de una sentencia que 'consagra la inmunidad del presidente incluso frente a hechos criminales'.
S¨®lo se mantiene en pie la posibilidad de exigir la responsabilidad del jefe del Estado en el supuesto de 'alta traici¨®n', y ninguno de los asuntos citados puede entrar en esa consideraci¨®n. Aun en ese caso, el jefe del Estado s¨®lo puede ser juzgado por un 'alto tribunal de justicia', que en realidad se compone de 12 diputados y 12 senadores. Es decir, la alta traici¨®n de un presidente electo s¨®lo puede ser decidida por parlamentarios electos.
Popularidad en alza
El entorno de Chirac evit¨® lanzar las campanas al vuelo. S¨®lo alguna cr¨ªtica al primer ministro Lionel Jospin, a quien suponen detr¨¢s de los esfuerzos para llevar a Chirac ante los jueces. Un dirigente neogaullista prefiri¨® subrayar el aspecto pr¨¢ctico de la decisi¨®n: 'El presidente no puede reunir un Consejo restringido sobre Afganist¨¢n por la ma?ana y dirigirse por la tarde al despacho de un juez'.
La sentencia se produce adem¨¢s en un buen momento de popularidad de Chirac, que coincide con un progreso considerable de Jospin. Este ¨²ltimo cuenta con un 61% de apoyo, seis puntos m¨¢s que hace un mes, mientras que Chirac se mantiene en el 64%, el mismo porcentaje que en septiembre, seg¨²n un sondeo del Instituto Louis Harris.
Omnipresente en la escena internacional desde los atentados, Chirac no saca gran ventaja sobre Jospin, quien ha preferido dedicarse a la inspecci¨®n de las medidas de seguridad internas y a garantizar que ¨¦l ser¨¢ el valladar de cualquier intento de arrastrar al pa¨ªs a un 'engranaje' estadounidense, en el que Francia no pueda decidir por s¨ª misma.
Aunque la crisis beneficia a los dos, la derecha parece m¨¢s unida en torno a Chirac de lo que se presenta la izquierda tras Jospin, en cuyo seno los comunistas y Los Verdes tuercen el gesto al menor paso que ven hacia una mayor implicaci¨®n en la guerra.
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