Un concierto ib¨¦rico
En su nuevo programa del mi¨¦rcoles, en el Auditorio Nacional, con la Orquesta de la Comunidad de Madrid, volvi¨® Jos¨¦ Ram¨®n Encinar por sus fueros. Esto es: renuncia a lo sabido y consabido sin parar en riesgos. Y hay que informar, de entrada, que si no hubo lleno -en esto entran muchos factores- s¨ª asistimos a un claro ¨¦xito, especialmente en lo m¨¢s vistoso: el Concierto para piano (1943) de Joaqu¨ªn Rodrigo en revisi¨®n y gran interpretaci¨®n de Joaqu¨ªn Ach¨²carro, como nueva contribuci¨®n al centenario del m¨²sico. El pianista bilba¨ªno dome?¨® todas las dificultades de la obra. Sonaron toques, llamadas y fanfarrias, se enfrent¨® la gran orquesta con el solista, como si quisiera vencerla. Con todos sus arrestos, fuerza r¨ªtmica, intensidad en los ataques o exactitud plena en el continuo en octavas del tiempo final, Ach¨²carro recibi¨® una vez m¨¢s la adhesi¨®n de los madrile?os.
Dedicado a uno de sus maestros italianos, Virgilio Mortari, el Divertimento del portugu¨¦s y siempre recordado Braga Santos acusa en sus tres partes una sensibilidad muy perfilada a trav¨¦s de una textura transparente como el cristal. Tambi¨¦n una buena dosis de saudade que acompa?¨® en todo momento al hombre y al artista.
Compleja y sabia, la Sinfon¨ªa 2? (Ricordiana, 1958) de Juli¨¢n Bautista no se escuchaba desde 1988. Demasiado larga espera para una de las creaciones ¨²ltimas de Bautista, muerto en Buenos Aires, en donde resid¨ªa desde el final de la guerra civil, en 1961. Fue un talento musical grande y su maestro, y el de tantos, Conrado del Campo hablaba de ¨¦l como uno de sus mayores disc¨ªpulos y en la Argentina, Manuel de Falla, lleg¨® a solicitar de Juan Jos¨¦ Castro que sustituyese una de sus partituras por otra de Bautista.
La Ricordiana, sin abandonar la tonalidad, sit¨²a sus l¨ªmites en la modernidad y contrapuntismo a base de ideas m¨¢s condensadas que breves y se alza entre las m¨¢s meritorias consecuciones del sinfonismo en la generaci¨®n del 27, a la que perteneci¨® Bautista, nacido en 1901, como Rodrigo. Espl¨¦ndida la versi¨®n de Encinar y otro tanto la prestaci¨®n de la Sinf¨®nica. Un concierto, en fin, de gran nivel, inter¨¦s y af¨¢n inconformista.
Babelia
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