El intruso del 'calcio'
El Chievo, segundo en la Liga italiana, representa a un barrio de 3.000 habitantes en Verona
La del Chievo, equipo debutante en la serie A italiana y segundo clasificado del campeonato, es una de esas historias que de tanto en tanto aparecen para contrariar al f¨²tbol empresarial de nuestros d¨ªas. Representante no de una ciudad, como todos los otros equipos de la Liga, sino de un barrio de Verona, el Chievo sorprende por algunos de los datos: no llega a los tres mil habitantes, pero supera las cinco mil abonados, y pone en el campo un equipo valorado alcanza los 35 millones de d¨®lares (unos 6.400 millones de pesetas) para enfrentarse a rivales que raramente bajan de los 400 millones de d¨®lares (unos 72.000 millones de pesetas). Su presidente, Luca Campedelli, el m¨¢s joven del la Serie A (32 a?os), sonr¨ªe cuando le recuerdan que con el sueldo de una de las grandes estrellas de los otros equipos, pongamos por ejemplo Del Piero, ¨¦l paga a los 22 componentes de su plantilla. El capit¨¢n, Maurizio D'Angelo, lleva la cinta al brazo desde que el equipo militaba en la Cuarta Divisi¨®n. Su llegada a la ¨¦lite ha sido condimentada con la cl¨¢sica rivalidad que suele darse entre equipos de la misma localidad. Los aficionados del Verona, que hasta ahora se reputaba como el ¨²nico club de la ciudad, durante muchos a?os sol¨ªan entonar un canto en dialecto veron¨¦s que traducido dec¨ªa: 'Jugaremos el derby en serie A / el d¨ªa que los asnos volar¨¢n'. Pues bien, desde hace unos meses los hinchas del Chievo se pasean por las calles exibiendo camisetas con la nueva mascota del club: un asno con alas. El equipo del barrio es el orgullo de sus habitantes, que por las tardes se re¨²nen en el ¨²nico bar, para jugar a las cartas y conversar de este sue?o que se les hizo realidad. En una mesa, con los naipes en la mano, Lino Ottolini, unos de los fundadores del club en 1948 y ex jugador de la instituci¨®n, recuerda y confiesa: 'Ni siquiera nosotros sabemos c¨®mo surgi¨®. Dijimos: hacemos el equipo, pero el dinero ?d¨®nde lo vamos a buscar?... Y bueno, uno compraba esto, otro compraba aquello, salimos a pedirle a los vecinos que nos ayudaran con lo que pudieran. Cada jugador se compraba su camiseta, su pantal¨®n, sus botas. Y as¨ª comenzamos la aventura.
El Chievo es la imagen clara de una nostalgia, el s¨ªmbolo de un f¨²tbol que en Italia no existe m¨¢s. El ¨²nico que se resiste al modelo superempresa que domina la Liga italiana, el ¨²nico libre de las ataduras pol¨ªticas o de los compromisos del marketing y la televisi¨®n. Su presidente reconoce que este a?o las presiones han crecido: 'Nos han puesto sobre los hombros una responsabilidad enorme. Nos pintan como salvaci¨®n del f¨²tbol rom¨¢ntico, as¨ª que estamos obligados a dar el m¨¢ximo siempre si queremos evitar la desilusi¨®n de muchas personas'. En los ¨²ltimos d¨ªas en varias ciudades italianas, entre las cuales Roma y N¨¢poles, se han abierto pe?as de aficionados que prefieren simpatizar por el Chievo que por cualquiera de los grandes clubes. 'Lo dif¨ªcil -contin¨²a Campedelli- es mantenernos a este nivel. Nosotros somos conscientes de que hoy ocupamos un lugar que seguramente no es el nuestro, pero vamos adelante por el camino trazado'. El intruso de este campeonato visitar¨¢ ma?ana al Brescia que en el campo pondr¨¢ por primera vez a Pep Guardiola. Ser¨¢ un nuevo ex¨¢men y quiz¨¢ nos dar¨¢ la verdadera medida de la f¨¢bula.
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