"Es muy peligroso que los directores de escena elijan a los cantantes"
Fue empezar a hablar y de su boca salieron reivindicaciones de esencias que est¨¢n a punto de perderse en el mundo de la ¨®pera. Para Edita Gruberova, soprano de Bratislava (Alemania), lo importante es la m¨²sica y no el efectismo en el escenario. 'Es muy peligroso que sean los directores de escena los que elijan hoy los repartos y no los directores musicales', empieza diciendo. Lo hace consciente de estar en un montaje dirigido por Graham Vick, el de Lucia de Lammermoor, de Gaetano Donizetti, que se estrena hoy en el Teatro Real protagonizado por la que est¨¢ considerada una de las reinas del bel canto, y que interpreta al personaje asfixiado, enjaulado, tr¨¢gico y desquiciado de Lucia bajo las ¨®rdenes de su marido, Friedrich Heider, como director musical. Jos¨¦ Bros, Anthony Michaels Moore y Alistair Miles, entre otros, la acompa?an en el reparto.
Gruberova, con tono de voz fino, sonriente, de naranja y negro, con algo de oro y brillantes encima, ha visto el Rigoletto de Giuseppe Verdi, que tambi¨¦n ha dirigido Vick en el Real con algunos cuadros de escatolog¨ªa de dise?o que le han molestado. 'Y yo me pregunto cu¨¢ndo el p¨²blico va a empezar a protestar. Yo me niego a hacer ciertas cosas. Me dicen que tengo suerte, que yo me lo puedo permitir mientras hay j¨®venes que no lo hacen porque se les despide. Yo les animo a plantarles cara. Pl¨¢cido Domingo, por ejemplo, se neg¨® a copular con un cerdo en escena hace poco en Viena para un montaje de El profeta, de Meyerbeer', cuenta. La direcci¨®n corr¨ªa a cargo del iconoclasta y provocador Hans Neuenfels, director de escena elegido por G¨¦rard Mortier para su despedida de Salzburgo, ocasi¨®n para la que eligieron hacer El murci¨¦lago. '?Hasta cu¨¢ndo lo vamos a tener que soportar? Me parece atroz y una verg¨¹enza lo que pasa. La ¨®pera es algo visual, de acuerdo, pero su l¨®gica y su est¨¦tica no deben ir nunca en contra de la m¨²sica'.
'Antes, la m¨²sica, despu¨¦s las palabras', es el lema de esta mujer que en 34 a?os de carrera ha interpretado m¨¢s de 200 veces el papel de Lucia, quiz¨¢ su favorito, en 14 montajes diferentes. Por si las moscas, ella siempre pregunta el nombre de los directores de escena con los que trabaja. Con la visi¨®n que Graham Vick tiene de Lucia no ha tenido problemas. Al parecer, el de Liverpool se ha moderado en esta ocasi¨®n para la producci¨®n del Maggio Musical Fiorentino y el Grand Th¨¦?tre de Ginebra, que estar¨¢ en cartel en Madrid hasta el 12 de noviembre. Con otros ya ha tenido sus m¨¢s y sus menos. Lo que m¨¢s la enerva es que no le den explicaciones cuando las pide. 'Una vez quer¨ªan que cantara metida en un saco y columpi¨¢ndome. Por supuesto, me negu¨¦. Era para hacer la Gilda en Rigoletto. El director hab¨ªa puesto estatuas de Hitler, Stalin y Chaplin en el jard¨ªn. Yo quise saber qu¨¦ ten¨ªa que ver Verdi con todos esos personajes y no me contest¨®. Ni ¨¦l mismo lo sab¨ªa, estoy segura'.
An¨¦cdotas y ataques aparte, lo que m¨¢s le atrae a Gruberova de una obra es el papel que le ofrecen: 'S¨®lo interpreto los papeles que me producen un nudo en las tripas', cuenta. Suelen ser hero¨ªnas y criaturas rom¨¢nticas, belcantistas casi siempre, como la Elvira de Il puritani y la Amina de La son¨¢nbula, ambas de Bellini, o la Ana Bolena, de Donizetti o Mar¨ªa Estuardo.
Y es fundamental que sienta ese cosquilleo en el est¨®mago durante todo el d¨ªa. 'Desde que me levanto, mientras me visto en el camerino, necesito sentirlo para poder cantarlo bien despu¨¦s. Antes, cuando era m¨¢s joven me preocupaba por la t¨¦cnica y pensaba poco en el personaje. La t¨¦cnica ya la tengo, ya va conmigo, empec¨¦ a despreocuparme por eso cuando ya llevaba 15 a?os de carrera. Desde entonces s¨®lo me preocupo por la m¨²sica y la emoci¨®n y esa emoci¨®n que yo siento es fundamental para que tambi¨¦n la viva el p¨²blico', dice.
Gruberova, mujer dulce, de cara redonda y risa f¨¢cil, que ya debut¨® en el Real con un recital que ofreci¨® sola, siente mucha piedad por Lucia de Lammermoor, la protagonista de una ¨®pera basada en la obra La novia de Lammermoor, de Walter Scott. 'Se la ve loca desde el principio, pero a m¨ª me enternece m¨¢s su soledad en un mundo de hombres, en el que es manipulada, utilizada. Desde su hermano, que la quiere casar, a Edgardo, su amante'.
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