El botell¨®n
?A saco! pertenece a ese tipo de programas diarios, de corta duraci¨®n, concebidos como un entrem¨¦s teatral. Lo que importa es llenar de forma vertiginosa el tiempo muerto entre dos espacios de peso con algo que se pueda seguir sin demasiada atenci¨®n y que permita al espectador levantarse para ir al ba?o, acostar a los ni?os o fregar los platos del almuerzo o la cena, sin que luego le exija el m¨ªnimo esfuerzo reengancharse. Lo malo es que ese pacto debiera quedar impl¨ªcito y no ser demasiado evidente, cosa que no ocurre si la estructura del programa es confusa o, como en este caso, arbitraria.
El concurso se divide en tres fases. En la primera son los tres participantes que inician el programa los que se enfrentan, en la segunda los dos que quedan tras la eliminaci¨®n del primero, y en la tercera el ganador del programa, que repetir¨¢ al d¨ªa siguiente. Cada fase consta de tres pruebas que consisten en una tanda de preguntas que el concursante deber¨¢ contestar en un tiempo determinado. No puede equivocarse porque tendr¨¢ que volver a enfrentarse a una nueva tanda sin que el reloj se detenga y sin que las preguntas que contest¨® bien de la anterior le sirvan de nada. Si el reloj se para en medio de una tanda, se queda con el dinero que sumen las preguntas que ha logrado contestar. El porqu¨¦ de que se llame ?A saco! es porque cada una de esas tandas de preguntas se supone que representa un saco que el concursante deber¨¢ llevarse lleno si responde a todas, medio lleno si responde a la mayor¨ªa, medio vac¨ªo si s¨®lo a unas pocas, y vac¨ªo del todo si a ninguna. Igualmente pod¨ªa llamarse El botell¨®n y el esquema no cambiar¨ªa.
Pero es el cariz de concurso cultural con el que se presenta lo m¨¢s preocupante. Por un lado, porque en un concurso como ¨¦ste ha de primar la exigencia de que, m¨¢s all¨¢ de que cuente la rapidez al contestar, quien se lleve el gato al agua debe ser el m¨¢s sabio, y no como aqu¨ª, que, por una mera cuesti¨®n de suerte en una sola pregunta se lo puede llevar el m¨¢s merluzo. Por otro lado, porque junto a preguntas de cultura general como si es cierto que Neruda y Garc¨ªa M¨¢rquez obtuvieron el Nobel conviven otras que no lo son tanto (?o quiz¨¢ s¨ª?) como la de si Ana Rosa Quintana fue pareja de Jos¨¦ Luis Garci. Una sugerencia por si todo lo anterior cae -nunca mejor dicho- en saco roto: no vendr¨ªa mal que el histri¨®nico presentador hablara m¨¢s pausadamente. Gracejo hay que reconocer que tiene, pero a veces no se le entiende.
[A saco obtuvo en su estreno del lunes 2.300.000 espectadores, con una cuota de pantalla del 6,7%. El martes logr¨® 1.026.000 seguidores, con una cuota del 7,7%].
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