Encuentro tard¨ªo entre dos viejos padrinos
Esta divertida pel¨ªcula de acci¨®n y de enigma -aunque argumentalmente es bastante mec¨¢nica y est¨¢ pasada de rosca en su busca y rebusca de una zona final con el efectismo de una traca de sorpresas que resulta que no lo son tanto- tiene dentro algo m¨¢s que los ingredientes comunes de un simple entretenimiento bien hecho y eficaz. Porque tambien es Un golpe maestro el encuentro delante de una c¨¢mara de Marlon Brando y Robert de Niro, dos genios, dos leyendas vivientes, que d¨¦cadas antes actuaron juntos y, sin llegar a enfrentarse e incluso sin llegar a conocerse, interpretaron el mismo personaje en la misma pel¨ªcula.
Ambos gigantes son due?os de rostros identificadores de un rinc¨®n iluminado por el genio del cine en estado puro. Marlon Brando es el viejo padrino Vito Corleone en la primera entrega de la inmortal saga de Francis Ford Coppola, y Robert de Niro es el joven padrino Vito Corleone en la segunda entrega de esa misma obra. Sin que sus voces y sus rasgos tengan un solo hilo de parentesco, all¨ª sin embargo se identificaron, se hicieron r¨¦plica rec¨ªproca y fueron rev¨¦s y derecho de un milagro interpretativo irrepetible. Y es ahora aqu¨ª, en esta -tan lejana en el tiempo y en las estancias de la imaginaci¨®n- Un golpe maestro, donde han tenido que ir a parar sus ya trabajados huesos para lograr el cara a cara que se merec¨ªan.
UN GOLPE MAESTRO
Director: Franz Oz. Guionistas: Daniel E. Taylor, Kario Salem, Lem Dobbs, Scott Marshal Smith. Int¨¦rpretes: Robert de Niro, Marlon Brando, Edward Norton, Angela Basset. G¨¦nero: thriller, Estados Unidos, 2001. Duraci¨®n: 124 minutos.
Y es ese cara a cara lo ¨²nico de esta agradable peliculilla que concierne al arte del cine. El resto es solvente chatarra, viejos nobles desechos gen¨¦ricos de thriller, lo que no es poco si se tiene en cuenta el penoso estado en que se encuentra el estrujado g¨¦nero negro, tras el degradante sobo a que los programadores del negocio al por mayor de Hollywood le vienen sometiendo ¨²ltimamente. Estamos ante un thriller bien hecho, decentillo, que cae en un exceso de juego de giros de ocultamientos, lo que a veces le hace previsible, que es exactamente lo contrario de lo que busca.
Y cuentan que las c¨¦lebres malas pulgas de Marlon Brando se encresparon al percatarse de la nula talla art¨ªstica del director Frank Oz, un realizador de rutinas. Al parecer, Brando no soport¨® verse (es un decir) dirigido por este colega, o coleguilla, aunque hay otra manera de ver el feo asunto: lo que en realidad Brando quer¨ªa es ser dirigido por Robert de Niro y, para lograrlo, ech¨® a Oz poco menos que a patadas de detr¨¢s de la c¨¢mara, imponiendo la presencia, mientras ¨¦l actuaba, de ese su disc¨ªpulo y su reverso, aquel joven padrino ya hecho un magn¨ªfico viejo.
Y un fugaz destello de la bella revancha que hay dentro del encuentro tard¨ªo entre los dos m¨¢s ilustres padrinos del mundo se percibe en el d¨²o que ambos inmensos actores -pese a que Brando est¨¢ varado en un brutal exceso de volumen, que frena su precisi¨®n y su velocidad gestual- mantienen en la escena de la sala de ba?os, donde logran un delicado instante de roce y de choque, una intensa interacci¨®n emocional rec¨ªproca que, en una pel¨ªcula tan com¨²n, desvela s¨²bitamente un inesperado brote de descomunal talento.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.