Djalminha exige la titularidad
El brasile?o, reemplazado con ¨¦xito por Valer¨®n, amenaza al Depor con marcharse si no juega m¨¢s porque quiere ir al Mundial
Se agot¨® la paciencia de Djalma Feitosa Dias, Djalminha. Ayer se puso frente a las c¨¢maras y los micr¨®fonos para repetirlo dos, tres y hasta cuatro veces: 'Ya no tengo paciencia'. A sus 31 a?os, el brasile?o es toda una instituci¨®n en el Deportivo. Es la estrella y est¨¢ obsesionado con ir al Mundial de Corea y Jap¨®n de 2002. Luiz Felipe Scolari, el seleccionador de su pa¨ªs, se lo ha prometido. Pero para ello debe jugar con m¨¢s frecuencia. Desde que se recuper¨® de una rotura muscular ve que no cuenta con los suficientes minutos. Vive sentado en el banquillo a la espera de aprovechar el tiempo que le sobra a Valer¨®n en cada partido. Ayer estall¨®. Confes¨® que su estado f¨ªsico declina y que necesita ser titular para ganar fuerza con muchos minutos de juego. De lo contrario, amenaz¨® con dejar el club.
'Lo que quiero es jugar lo m¨¢s pronto posible porque, la verdad, me he cansado de esperar y se me est¨¢ acabando la paciencia', advirti¨® Djalminha, que sufri¨® una lesi¨®n muscular en agosto y no volvi¨® a entrar en una convocatoria hasta quince d¨ªas atr¨¢s, contra el Zaragoza, en la Liga. Acudi¨® con la expedici¨®n coru?esa a Manchester en la Liga de Campeones, pero no volvi¨® a competir hasta el s¨¢bado pasado, contra el Sevilla, en Riazor: 15 minutos. Frente al Lille, el martes, en la Liga de Campeones, sali¨® otros 20. Pero no est¨¢ conforme. Considera que esos segmentos que le concede el t¨¦cnico, Javier Irureta, son poco menos que cacahuetes: 'A m¨ª 20 minutos no me sirven para nada. Para m¨ª, lo m¨¢s importante es jugar desde el principio, no 20 o 15 minutos. A este ritmo, estoy perdiendo fondo f¨ªsico. Voy a peor'.
Los reclamos del genial media punta se enroscaron una y otra vez en su declaraci¨®n: 'Lo m¨ªo es jugar. Si no es aqu¨ª, en otro lado. Necesito jugar y respeto a mis compa?eros. Por eso digo que, si no puedo jugar aqu¨ª, porque no tengo sitio o no tengo lugar, lo har¨¦ en otro club. Yo respeto a mis compa?eros. No he hablado con nadie de esto y en este momento estoy trabajando porque necesito jugar'.
'Hay equipos interesados en contratarme', explic¨® el jugador, que tiene contrato con el Depor hasta 2005; 'yo estoy muy contento y a gusto en esta ciudad, me encanta. Los aficionados me quieren... Pero me quieren por lo que hago en el campo, no fuera de ¨¦l. Todo el cari?o que me tiene la gente es por mi juego y se lo quiero retribuir jugando. Si no juego, no me siento ¨²til. Otros esperan su oportunidad, pero yo no soy as¨ª'.
El presidente del club, Augusto C¨¦sar Lendoiro, no piensa por el momento dar trascendencia a las declaraciones de Djalminha. 'Estamos por encima de declaraciones y actitudes de los jugadores. El ambiente es bueno y no creo que esto lo vaya a enturbiar. Ser¨¢ el mister el que decida imponer una sanci¨®n o no hacer nada. Pero eso se quedar¨¢ en el vestuario', dijo una fuente del club; 'hace mucho tiempo que Lendoiro no se mete en asuntos del vestuario'.
Djalminha se pronunci¨® en un tono algo desafiante con la autoridad de Irureta: 'No he hablado con el entrenador. El entrenador es quien manda en el equipo y lo acepto. Si tengo que hablar, lo har¨¦ con el presidente'.
La unidad de una plantilla que se mostraba cada vez m¨¢s s¨®lida a la cabeza de la tabla de la Liga amenaza con resquebrajarse. En el vuelo de Manchester a Santiago ya se vio que el equipo est¨¢ formado por grupos de futbolistas de diverso car¨¢cter que pueden actuar de modo centr¨ªfugo. En la cola del avi¨®n, Djalminha, Emerson, Nuno y Helder rumiaban cierto malestar por ser suplentes. Mientras, Valer¨®n, Amavisca, Fran y Trist¨¢n -que cada d¨ªa juegan mejor- caminan con paso firme. Los tres han creado un nuevo grupo de influencia y los nacionales parecen haber tomado el mando en un vestuario que hace pocos a?os parec¨ªa la ONU. Ahora los celos amenazan con romper a un potencial campe¨®n.
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