Rato y Montoro
Desde que el vicepresidente Rato tom¨® el mando de las operaciones, la estrategia del Gobierno en relaci¨®n al esc¨¢ndalo de Gescartera se ha basado en tres ideas: que se trata de una estafa privada, sin otra implicaci¨®n p¨²blica que la del hermano de la presidenta de esa sociedad, Enrique Gim¨¦nez-Reyna, ex secretario de Estado de Hacienda, cuyas responsabilidades pol¨ªticas fueron depuradas con su dimisi¨®n y la aceptaci¨®n de la misma por parte del ministro; que los ¨®rganos de supervisi¨®n, y en particular la CNMV, estuvieron en su lugar al detectar y denunciar el fraude ante la Audiencia Nacional; y que la voluntad de transparencia del Gobierno qued¨® demostrada al impulsar la creaci¨®n de una comisi¨®n de investigaci¨®n, algo sin precedentes en Gobiernos con mayor¨ªa absoluta.
Para empezar, esto ¨²ltimo es falso por partida doble. El Gobierno no impuls¨® la comisi¨®n, sino que la acept¨® tras intentar sustituirla por una subcomisi¨®n de estudio. Y s¨®lo en la primera legislatura socialista, con una mayor¨ªa socialista m¨¢s holgada que la actual, hubo tres comisiones de investigaci¨®n: sobre Rumasa, sobre seguridad en los aeropuertos (despu¨¦s de dos accidentes en Barajas) y sobre el llamado caso Flick, en torno a la financiaci¨®n de los partidos pol¨ªticos. Aznar se apunt¨® al argumento de Rato al declarar (en T¨²nez) que 'jam¨¢s' antes un Gobierno con mayor¨ªa absoluta hab¨ªa facilitado investigaciones parlamentarias como la de Gescartera. Es falso por mucho que se repita.
La comparecencia del secretario de Estado de Econom¨ªa, Jos¨¦ Folgado, el viernes, aclara el porqu¨¦ del inter¨¦s del PP en utilizar un formato ad hoc para las comparecencias de los miembros del Gobierno. Ley¨® un discurso preparado de antemano y pudo escabullirse f¨¢cilmente de las preguntas m¨¢s comprometedoras contestando las que le vinieron en gana del racimo de las planteadas por los portavoces parlamentarios.
Ser¨ªa un esc¨¢ndalo que siguieran su ejemplo Rato y el ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro, en quienes confluye la responsablidad pol¨ªtica de toda la cadena de errores, contradicciones y conductas sospechosas en la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Agencia Tributaria. Los ciudadanos tienen derecho a que se les explique c¨®mo es posible que una juez y un fiscal hayan encaminado en tres meses una seria investigaci¨®n judicial, mientras que a la CNMV y a la Agencia Tributaria los expedientes de Gescartera se les escurr¨ªan entre los dedos, a pesar de las irregularidades acumuladas durante a?os. El PP est¨¢ en su derecho de arropar a Rato, como ha anuncido Javier Arenas, pero no puede utilizar las instituciones como parapeto frente a las preguntas, molestas o no, de la oposici¨®n.
El cambio en el procedimiento pretende evitar la posibilidad de repreguntas de los diputados. El PP sostiene que el formato propuesto es el previsto por el Reglamento del Congreso para los ministros y es el que se ha utilizado siempre. Tampoco esto es cierto. Rato compareci¨® en la comisi¨®n sobre la indemostrada amnist¨ªa fiscal a los amiguetes del PSOE siguiendo un procedimiento diferente al indicado en el art¨ªculo del Reglamento que se invoca. El ministro respondi¨® a las preguntas de cada portavoz y no al conjunto de ellas. Adem¨¢s, parece evidente que el art¨ªculo invocado, el 202, se refiere a las comparecencias informativas previstas en el art¨ªculo 109 de la Constituci¨®n: 'Las c¨¢maras podr¨¢n recabar (...) la informaci¨®n y ayuda que precisen del Gobierno y de sus departamentos'. Una comisi¨®n de investigaci¨®n es otra cosa, y lo que al respecto dice el Reglamento es que las propias comisiones 'elaborar¨¢n su plan de trabajo'. En este caso, la comisi¨®n, presidida por Luis Mardones, hab¨ªa acordado el formato de preguntas-respuestas como el m¨¢s adecuado para indagar datos que permitan establecer las eventuales responsabilidades pol¨ªticas.
Lo que se dilucida es si hubo intervenciones por parte de miembros del Gobierno o de personas a sus ¨®rdenes destinadas a dar credibilidad a Gescartera y ocultar su verdadera situaci¨®n; si hubo omisiones deliberadas por parte de miembros del Gobierno o personas a sus ¨®rdenes para cerrar los ojos ante las irregularidades detectadas ya en 1999; si hubo informaci¨®n privilegiada que evitara a algunos inversores los efectos del agujero producido. Esto es lo que deber¨ªan aclarar hoy Rato y Montoro ante la comisi¨®n de Gescartera.
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