Los 'talibanes' y los 'ch¨ªldrenes'
Afganist¨¢n vivi¨® el 27 de septiembre de 1996 el derrocamiento de su Gobierno a manos de un movimiento revolucionario musulm¨¢n, y nos encontramos entonces en EL PA?S con la palabra 'talib¨¢n'. Las primeras investigaciones sobre ese t¨¦rmino, de la mano del arabista Alberto G¨®mez Font, nos hicieron saber que se trataba de un vocablo del dialecto persa llamado past¨²n que se habla en aquel pa¨ªs, y que tal palabra tiene origen ¨¢rabe. Procede de la ra¨ªz 't¨¢laba', que significa 'estudiar'. El sustantivo (el estudiante) se expresa en singular como 't¨¢lib', y su plural nominativo es 'talib¨²n'; el genitivo, 'talibin', y el acusativo, 'talib¨¢n'. Al proceder del ¨¢rabe, en past¨²n se entiende que significa 'los estudiantes de teolog¨ªa', con la misma asimilaci¨®n que nos hace entender 'los tifosi' como 'hinchas italianos', aunque en italiano s¨®lo significa 'hinchas'; o 'ikurri?a' como 'bandera vasca', aunque en euskera o vascuence s¨®lo significa 'la bandera'. Los afganos que estudian en ¨¢rabe (y no en past¨²n) son los estudiantes de teolog¨ªa, como ahora en Espa?a quienes estudian lat¨ªn suelen ser curas.
En aquel tiempo (1996), el Libro de estilo del diario contaba con t¨¦rminos similares, tambi¨¦n procedentes del ¨¢rabe, cuyos plurales se respetaban. As¨ª, en el peri¨®dico escribimos 'los fedayin' (singular, fedai) o guerrilleros palestinos; 'muyahidin' (singular, muyahid) o luchador isl¨¢mico... Y no s¨®lo respet¨¢bamos los plurales en esa lengua, sino tambi¨¦n en alem¨¢n o italiano: se usa 'los l?nder', y no 'los l?nderes' (singular, land), para referencias a los Estados que forman la Rep¨²blica Federal de Alemania; y 'los azurri' (singular, azurro) para designar a los 'azules' que integran cualquier selecci¨®n deportiva de Italia, o 'los carabinieri' para referirnos a sus agentes del orden.
Tuvimos presentes todas estas reflexiones cuando los talib¨¢n empezaban a hacerse notar en los diarios, y por eso recogimos esa expresi¨®n como plural: los talib¨¢n. Durante estos a?os aparecieron y desaparecieron de nuestras p¨¢ginas, igual que los fedayin o los azurri. No pasaron al lenguaje popular hasta que se les ocurri¨® acabar con sus seculares estatuas de Buda. Ah¨ª se hicieron realmente famosos; pero volvieron al ostracismo enseguida.
Hasta ahora.
Y ahora la palabra 'talib¨¢n' corre por todas las calles del mundo hispanohablante, y va tomando carta de naturaleza propia. ?Se acabar¨¢ instalando en nuestro idioma?
Fernando L¨¢zaro Carreter ha defendido ya el t¨¦rmino plural 'los talibanes' como aceptable en espa?ol. Y lo asimila a 'espaguetis' (en italiano, spaguetti), donde tambi¨¦n se forma doble plural. Pero as¨ª como llevamos decenios comiendo espaguetis, los talib¨¢n apenas nos acompa?an desde hace unos meses.
Espa?a estuvo a punto de librar una guerra con Canad¨¢ en 1995 por culpa de la pesca del flet¨¢n. Y hubo entonces quien se extra?¨® de que el flet¨¢n no figurase en el diccionario. Hab¨ªa que incluirlo urgentemente, pues no par¨¢bamos de hablar de semejante pescado. ?C¨®mo era posible que estuvi¨¦ramos comi¨¦ndolo sin saber c¨®mo se llamaba? Una vez resuelto aquel conflicto diplom¨¢tico y econ¨®mico, la palabra 'flet¨¢n' desapareci¨®; ya nadie se acuerda de ella... y seguimos comiendo lenguado sin distinci¨®n de procedencias.
En el anterior cambio de siglo (1899-1902) se registr¨® en Sur¨¢frica 'la guerra de los boers' (nada que ver con los gemelos futbolistas holandeses), que consumi¨® miles de p¨¢ginas en la prensa de la ¨¦poca. Ahora, los boers (palabra que lleg¨® a acentuarse: b¨®ers) tambi¨¦n se nos han olvidado, y no hay problema alguno con su extra?o plural.
?Qu¨¦ terminar¨¢ ocurriendo con 'los talib¨¢n'? No lo sabemos. Si despu¨¦s de esta guerra desaparecen del mapa los talib¨¢n, se ir¨¢ con ellos la palabra. Tal vez, s¨ª, se recupere entonces la f¨®rmula etimol¨®gica m¨¢s correcta, 'los talib¨¢n', en alguna referencia hist¨®rica o en alg¨²n art¨ªculo de documentaci¨®n sobre los conflictos del siglo XXI. Pero puede ocurrir que no pase a formar parte del l¨¦xico com¨²n del castellano y que, por tanto, se mantenga en el lugar de 'azurri', 'l?nder' o 'fedayin'.
Pero puede ocurrir lo contrario. El prestigioso traductor y acad¨¦mico Valent¨ªn Garc¨ªa Yebra ha defendido con s¨®lidos argumentos (Abc, 13 de octubre de 2001) la formaci¨®n 'los talibanes' (aportando ejemplos similares de arabismos espa?oles o de palabras de origen hebreo equiparables morfol¨®gicamente). Y en efecto, esos ejemplos incluyen de nuevo palabras muy antiguas y que tuvieron y tienen un gran uso: los serafines, los querubines...; el ulema (en este caso, no tan extendido).
Como defiende Garc¨ªa Yebra, no repugna fon¨¦ticamente al espa?ol 'los talibanes', y eso facilitar¨ªa su entrada. Y ha de tenerse en cuenta el escas¨ªsimo empleo del singular 't¨¢lib' (nunca hemos escrito, pese a recomendarlo el Libro de estilo, 'el r¨¦gimen t¨¢lib' o 'un soldado t¨¢lib', como tampoco 'un paparazzo' o 'un jugador azurro'). Y tambi¨¦n es cierto que las palabras procedentes de otros idiomas registran casi siempre alg¨²n tipo de transformaci¨®n. 'Football' deriva en 'f¨²tbol' (transformaci¨®n ortogr¨¢fica); 'vestir de sport' no es vestir para jugar al f¨²tbol, sino ponerse ropa desenfadada o c¨®moda con la que no haremos deporte (lo cual implica una transformaci¨®n sem¨¢ntica). Y con 'talibanes', finalmente, se produce una transformaci¨®n morfol¨®gica (al asimilar el doble plural).
El nuevo diccionario, presentado con motivo del II Congreso Internacional de la Lengua Espa?ola, incluye 'talib¨¢n' y no prev¨¦ expresamente 'talibanes' (si bien se deduce, al no figurar el singular 't¨¢lib'). Algunos acad¨¦micos discrepan..., los periodistas dudan... Pero el propio director de la Academia, V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, ha recordado, citando a Horacio, que 'el uso es m¨¢s poderoso que los C¨¦sares'. Habr¨¢ que esperar un tiempo para saber si la palabra arraiga entre las gentes. Si se extiende en las capas populares, no hay duda: diremos 'los talibanes'; si se queda en el lenguaje culto, reaparecer¨¢ probablemente como 'los talib¨¢n' cuando alguien se refiera a ellos, como encontramos ahora 'los fedayin'. Mientras tanto, es probable que convivan; y deberemos considerar correctas las dos f¨®rmulas (como 'quiz¨¢' y 'quizas', por ejemplo, siendo de mejor etimolog¨ªa la primera).
Ahora bien: imaginemos que el conflicto se hubiera producido en Indonesia (donde el ingl¨¦s funciona como lengua franca, rodeado por m¨¢s de 100 variedades aut¨®ctonas), y no en Afganist¨¢n. Y que el grupo de revolucionarios se autodenominara, por su juventud, 'the children' (los ni?os). ?Estar¨ªamos hablando ahora de 'los ch¨ªldrenes'? No. Y eso tal vez resulte m¨¢s preocupante: el idioma ingl¨¦s, que nuestro absurdo complejo de inferioridad nos hace ver como una lengua superior, parece intocable. Respetamos sus graf¨ªas, aceptamos sus extra?os sonidos, clonamos sus frases hechas y confundimos nuestros significados con los de sus palabras hom¨®fonas. Pero ese respeto reverencial no lo aplicamos a la lengua del pueblo de Afganist¨¢n, tal vez porque su cultura milenaria no nos merece ninguna consideraci¨®n. ?Lo correcto es 't¨¢lib' y 'talib¨¢n'? No importa. Usemos 'talib¨¢n' y 'talibanes'. Pero que nadie ose decir 'mercadotecnia'.
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