Estoy entre los elegidos

Dicen que lo dijo, pero yo no me lo creo. ?C¨®mo iba a decir eso? Que no, que no me lo creo. Es que la prensa exagera mucho, ya se sabe, pero esta vez se han pasado. Mira que afirmar que el presidente Zaplana dijo que estaba entre los elegidos, que cosa m¨¢s absurda. Parece ser que se refer¨ªa a su nombramiento como presidente del congreso nacional del PP. Bueno, pues es igual, no puede ser. ?Y si lo dijo? ?Dios m¨ªo, que miedo!

No pudo ser as¨ª, y si lo hizo seguro que fue un rasgo de ese humor tan mediterr¨¢neo que a veces le caracteriza y que asoma con frecuencia en sus discursos y declaraciones. Porque sentirse elegido resulta peligroso y puede ser el primer paso de algo peor, mucho peor. Siento escalofr¨ªos al pensar que los representantes que elegimos se crean realmente entre los elegidos, en lugar de sentirse eso, simplemente representantes. Imag¨ªnense por un momento que el rector de la Universidad, el presidente de la comunidad de vecinos o el candidato de la oposici¨®n se sientan aut¨¦nticamente entre los elegidos. Ya s¨¦ que eso explicar¨ªa muchas de las cosas que ocurren a nuestro alrededor, pero no seamos c¨ªnicos, hay que reconocer que ser¨ªa una de las peores pesadillas que podemos sufrir.

El segundo paso, despu¨¦s de sentirse elegido, casi siempre es pensar que se tiene una misi¨®n que cumplir. Y entonces es el momento de apartarse, porque todos los que tienen una misi¨®n que cumplir se vuelven insoportables, son peligrosos y hasta capaces de cualquier cosa. Y yo no me creo eso de ninguno de nuestros representantes y menos de ¨¦l. Claro que la otra posibilidad tampoco es agradable porque los elegidos y los misionarios, cuando no son peligrosos, pueden terminar con la mano derecha apoyada entre los botones de la chaqueta, la izquierda en la espalda protegi¨¦ndose los ri?ones y en la cabeza un sombrero de papel. Y tampoco es eso, no es el caso, es desmedido, no nos lo creemos, al margen de que seamos adversarios o simpatizantes.

En definitiva, que no lo pudo decir. Aunque tambi¨¦n puede ser que yo est¨¦ exagerando las cosas, sac¨¢ndolas de quicio y d¨¢ndoles m¨¢s importancia de la que realmente tienen. Tengo que moderarme y frenar esta fantas¨ªa, que tampoco es para tanto lo que cuentan que dijo. Busco 'elegido' en el primer diccionario que tengo a mano, porque los diccionarios y las academias siempre tranquilizan la mala conciencia, dicho sea sin segundas intenciones. La ¨²nica acepci¨®n que encuentro para 'elegido' dice: 'predestinado, escogido por Dios para lograr la gloria'. Que horror, me lo estaba temiendo, tengo que comprar m¨¢s diccionarios.

En cualquier caso, la culpa de todo la tienen estos congresos que en lugar de convenciones pol¨ªticas parece que organizan belenes. El pastorcito aqu¨ª, el soldado romano all¨¢, el Rey Mago acull¨¢. Al final, la gente se siente manipulada y entonces pasa lo que pasa, por compensaci¨®n se creen entre los elegidos y poco despu¨¦s predestinados. De todas formas y al margen de razonamientos, no me creo que lo dijera. Porque todos sabemos que los elegidos est¨¢n m¨¢s all¨¢ de esas cosas, miran hacia el futuro y no se entretienen en estas peque?eces. O sea, que no.