Usos y costumbres
El nuevo programa ideado por Segovia y Ruiz pone de manifiesto los peligros que trae consigo el arar sobre los propios cultivos. La estilizaci¨®n del folclore tiene sus reglas, que no admiten el que las danzas sean manipuladas a placer. Otra cosa es inspirarse libremente en ellas, que no es este caso. En anteriores ocasiones, estos artesanos, bien instruidos en las tradiciones, hicieron algunos n¨²meros de inter¨¦s, pero esta vez han ido demasiado lejos. El producto es mim¨¦tico a sus anteriores hallazgos, pero no se reconocen ya los estilos, y el abusivo papel de la m¨²sica unifica absurdamente sones y ritmos de muy diversa procedencia. A veces hay unas poses que recuerdan la Escuela Bolera, en otras ocasiones hay frases de jotas; incluso una danza de varas, tan sofisticada, que incluye evoluciones ballet¨ªsticas, otro desprop¨®sito est¨¦ticamente hablando.
Ib¨¦rica de Danza
La memoria del olvido. Coreograf¨ªas: Manuel Segovia, Violeta Ruiz, Mar¨ªa Jos¨¦ Ruiz y Diana San Andr¨¦s; m¨²sica: La Musga?a, Eliseo Parra, Javier Paxari?o y otros; vestuario: Violeta Ruiz. Festival de Oto?o. Teatro de Madrid. 3 de noviembre.
El problema es que estas coreograf¨ªas no son ni una cosa ni la otra: son confusas. Las instrumentaciones, a veces de raras sonoridades ajenas, completan el galimat¨ªas esc¨¦nico, con combinaciones imposibles entre el saxof¨®n y el chequer¨¦ afrocubano, a los que no veo relaci¨®n con el txistu ni con ning¨²n flolclore peninsular. Paxari?o tiraniza el espect¨¢culo y lo hace demasiado largo y reiterativo con la clara intenci¨®n de su lucimiento individual como instrumentista, cuanto que, en este caso, la m¨²sica es el complemento, indispensable s¨ª, pero en su sitio, en su justa proporci¨®n.
El uso de textos tampoco ayuda. Es innecesario. El baile debe valerse por s¨ª mismo y decir lo que tenga que decir con el movimiento. El vestuario tampoco acierta; es una especie de aglomeraci¨®n de elementos de distinta ¨ªndole, algunos orientalistas, otros apegados a figurines populares, o con una idea algo err¨¢tica de la cortesan¨ªa tardorrenacentista.
Se piensa con preocupaci¨®n en lo prometedoras que fueron las anteriores obras de estos creadores, y c¨®mo la suficiencia de medios de producci¨®n ha hecho el efecto menos deseado sobre el producto final.
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