'Insisto en la belleza cotidiana'
Tres cuadros de Xavier Valls (Horta, Barcelona, 1923) cuelgan en las salas del realismo de la colecci¨®n permanente del Museo Nacional Reina Sof¨ªa, de Madrid, junto a otras obras de Antonio L¨®pez, los L¨®pez Hern¨¢ndez y Carmen Laff¨®n. 'Estoy en compa?¨ªa de buenos artistas pero no soy ni me considero un pintor realista. Soy un figurativo que quiere trascender la realidad. Insisto en la belleza cotidiana', declara el pintor. La galer¨ªa Juan Gris, de Madrid (Villanueva, 22, www.galeriajuangris.com) expone desde el jueves una treintena de ¨®leos de los ¨²ltimos a?os junto a otros cuadros anteriores que tambi¨¦n ilustran la monograf¨ªa Escuchando a Xavier Valls (ediciones Guadalimar), de Miguel Fern¨¢ndez-Braso, director de la galer¨ªa Juan Gris y de la revista de arte Guadalimar.
'En los 50 y 60 se impuso una divisi¨®n total entre modernos y anticuados'
'Nunca he querido que me trataran de pintor realista. Represento las cosas pero me interesa m¨¢s la luz, el cuadro, el lado po¨¦tico que se ha de descubrir. No pinto el paisaje de tal sitio, es una manera de c¨®mo ve las cosas el pintor. Hay pintores que son muy figurativos y un bodeg¨®n contiene un melocot¨®n o un mantel pero lo m¨ªo tiene un fondo m¨¢s metaf¨ªsico que la realidad de todos los d¨ªas. Quiero trascender la realidad, lo que envuelve. A m¨ª me gusta la realidad, no hay nada tan bonito como las frutas de verdad. Es la realidad m¨¢s bella, con la luz sobre la fruta, pero a la hora de pintar se ha de trascender, llevarlo a un nivel po¨¦tico'.
Bodegones, paisajes, un autorretrato, vistas de Par¨ªs desde su estudio frente al Sena, donde vive desde hace 50 a?os, se repiten en distintos tama?os y composiciones, en un trabajo lento y riguroso. El pintor asegura que las frutas se estropean durante la realizaci¨®n de los bodegones. Los paisajes se mantienen m¨¢s tiempo en la retina y sobre todo en los apuntes y notas sobre los colores que despu¨¦s se trasladan al lienzo. Como es un pintor que pinta lo que ama los retratos m¨¢s habituales son los de su mujer, sus hijos e ¨ªntimos amigos, tras sesiones 'de tortura'. 'Lo que pasa ante la mirada del pintor y lo que est¨¢ mirando es muy dif¨ªcil de pintar. Los cuadros se terminan casi sin mirar esa realidad y hay que quedarse con lo po¨¦tico, con ese impacto que han recibido de la belleza. Lo bello, las cosas bonitas y cotidianas son los que repito en mi temas, los objetos son los mismos pero con un cariz distinto. La luz es lo que m¨¢s me interesa desde hace muchos a?os, la luz del norte de Par¨ªs'.
La insistencia del pintor en la 'belleza cotidiana', en lo que tiene a su alrededor. 'Las cosas m¨¢s insignificantes tienen un valor pict¨®rico, ya sean un jarrito con un ramito de laurel o membrillos o cerezas. Son cosas que a m¨ª me encantan y son las que tengo todos los d¨ªas en mi casa, que es tambi¨¦n mi taller. Me gusta estar rodeado de pocas cosas, sencillas y bonitas'.
Xavier Valls dice que pinta muy lento, en medio de un sal¨®n, sin ninguna escenograf¨ªa, donde la pintura no deja rastro ni mancha, con el ¨²nico testigo del caballete. 'La composici¨®n en el cuadro funciona por s¨ª misma. Soy lento y al mismo tiempo muy torpe. No soy un pintor que le salen las cosas inmediatamente, las tengo que trabajar. Los objetos que pinto se mueven a medida que pasa el tiempo, pero no hay muchos arrepentimientos. Tras el dibujo llega el color, que cambia continuamente. Me ayudo mucho con la geometr¨ªa y la composici¨®n es lo que da el misterio en el cuadro. Me gusta que la composici¨®n est¨¦ bastante estudiada porque si no el cuadro pasa de un lado a otro. El cuadro es el que te llama y te dice la luz que necesita'.
El pintor se convierte en espectador. 'Mis cuadros los veo como una pintura que aporta una cierta tranquilidad, algo que no tenga nada de inquietante. Por mi car¨¢cter soy inquieto, pero despu¨¦s salen cuadros de un silencio como de un hombre que est¨¢ tranquilo. Quiz¨¢ es lo que yo busco, lo que no tengo y me sale en los cuadros'.
Valls vive en Francia desde 1949, tras conseguir una beca del Instituto Franc¨¦s. Trabaja los primeros a?os en un taller de vidriero y en los cincuenta comienza a exponer. La exposici¨®n de 140 cuadros en la Biblioteca Nacional, de Madrid, en 1982, es el primer reconocimiento oficial, junto con la antol¨®gica tres a?os despu¨¦s en el Museo de Arte Moderno de Barcelona. Valls dice que admira a muchos pintores abstractos, aunque le molesta ver instalaciones en los museos, con 'salas llenas de escombros o sacos de carb¨®n, que ya hicieron los dada¨ªstas'. 'Hubo un malestar, que no s¨®lo lo padec¨ª yo, en los a?os 50 y 60, en que se impuso totalmente la abstracci¨®n, con una divisi¨®n total entre los modernos y los anticuados. En Par¨ªs hubo a?os duros pero en Barcelona era mucho peor, con capillitas que se odiaban. Tuve la gran suerte de tener grandes amigos, como Balthus, Giacometti y Luis Fern¨¢ndez, que me animaron a pintar lo que me sal¨ªa. Nunca he estado contra los abstractos. Lo que importa es la buena pintura (Feito, Sempere), con poes¨ªa y luz'.
Babelia
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