Obras que no acaban
La demora de las reformas reduce la biblioteca central de la Polit¨¦cnica a una plaza por cada 100 alumnos
Para los alumnos de la Universidad Polit¨¦cnica, las obras que se dilatan en el tiempo empiezan a interferir en la vida cotidiana estudiantil m¨¢s de lo aceptable. La biblioteca central del campus de Vera recibe el mayor n¨²mero de quejas. Durante el curso 2000-2001 ofreci¨® 300 plazas para los m¨¢s de 30.000 alumnos matriculados. Su remodelaci¨®n, iniciada coincidiendo con los ex¨¢menes de junio de 2000, gener¨® las incomodidades previsibles, pero la resignaci¨®n se ha apoderado de los estudiantes: 'Las obras parecen perpetuas y lo peor es que no tienen visos de acabar. Tocamos a menos de una plaza por cada cien alumnos. Estamos bajo m¨ªnimos y nos hemos habituado a utilizar el ¨²nico acceso: una escalera subsidiaria', reconoce Jorge Mata, alumno de Arquitectura de la Universidad Polit¨¦cnica.
'Diez profesores dan simult¨¢neamente clases en el vest¨ªbulo de Arquitectura', explican alumnos afectados
El sindicato STEPV y la asociaci¨®n estudiantil Entesa se suman a la denuncia de una 'remodelaci¨®n' del edificio que 'deber¨ªa estar acabada desde hace cuatro meses' culpabilizando, en primera instancia, a la empresa aunque recriminan a la universidad y a la direcci¨®n de la biblioteca la falta de previsi¨®n y la ausencia del consiguiente castigo por la tardanza.
'Es indignante', a?ade Nuria Gonz¨¢lez, estudiante de Ingenier¨ªa de Montes. 'Ni siquiera se han percatado de quitar los carteles reservados para discapacitados, cuando saben que por la escalera es inaccesible su paso', ironiza recordando los proyectos integradores y cursos con dise?os sin barreras arquitect¨®nicas de las universidades.
Emilio Izquierdo, portavoz del STEPV en esta universidad, sostiene que pod¨ªa haberse instalado un montacargas y fue m¨¢s all¨¢ en el ¨²ltimo comit¨¦ de Seguridad y Salud de la universidad, al que asistieron miembros del rectorado, descubriendo la inexistencia de una salida de emergencia en la biblioteca 'porque el acceso est¨¢ obstruido por el cami¨®n de obras'.
Los alumnos consultados aseguran haber suscrito hojas de recogida de firmas para protestar por el 'escaso servicio' prestado, aunque ignoran su paradero y efectividad. 'En la ¨¦poca de ex¨¢menes las colas son interminables. Es pr¨¢cticamente imposible hacerse con un sitio. Guardias de seguridad custodian la puerta para evitar disturbios', hace memoria Almudena, estudiante de Industriales.
Las dos salas tienen un aforo de 260 personas sentadas y 40 de pie. Las estanter¨ªas para la consulta de libros se abren paso entre ordenadores y mesas de estudios. Desde la universidad se asegura que se han habilitado aulas en los diferentes centros para atemperar la situaci¨®n. Los sindicatos tambi¨¦n reconocen esta versi¨®n, aun as¨ª, expresan que los espacios son insuficientes y reprochan la dispersi¨®n del personal de la biblioteca y de los vol¨²menes en el campus. Los estudiantes aducen, adem¨¢s, que la biblioteca central permanece cerrada todos los s¨¢bados, excepto en ¨¦poca de ex¨¢menes.
Otro estudiante, Jorge Mata, destaca la importancia de que los alumnos se preocupen por la b¨²squeda de la calidad, en todos los ¨¢mbitos: 'Deber¨ªa ser una prioridad para la universidad que se ejecutaran las obras previstas en el menor tiempo posible'. El problema afecta a este estudiante de quinto de arquitectura por partida doble. La Escuela Superior de Arquitectura est¨¢ ampliando un piso m¨¢s y los alumnos se api?an en los talleres: 'Diez profesores dan simult¨¢neamente sus clases en espacios abiertos del vest¨ªbulo, separados por biombos de corcho, para delimitar as¨ª cada cub¨ªculo', aduce Mata explicando que m¨¢s de 800 personas reciben docencia de esta manera, entre proyectos finales de carrera. 'Merecemos un espacio mejor. Adem¨¢s del estado de estas dependencias por las que se puede filtrar agua, el ruido generado por las obras nos impide dar las clases. El otro d¨ªa una profesora tuvo que interrumpir su intervenci¨®n porque le era imposible continuar', dice Roc¨ªo se?alando el lugar sobre el que proyectan su mirada miles de futuros arquitectos.
La entrada en vigor del nuevo plan de estudios en Arquitectura Superior est¨¢ condicionada, seg¨²n la matr¨ªcula del curso 2000-2001, al final de las obras. Con respecto a los profesores, los estudiantes comentan que encajan con una naturalidad desconcertante esta situaci¨®n: 'Sus quejas no nos llegan'. El a?o pasado los estudiantes de esta escuela recogieron firmas para que la biblioteca del centro ampliara el horario de consulta a todas las tardes, ya que s¨®lo estaba abierta la de los jueves. La situaci¨®n contin¨²a igual. 'Esta universidad carece de servicios b¨¢sicos fundamentales. Los alumnos de Bellas Artes tambi¨¦n padecen deficiencias infraestructurales y el personal de la estafeta de correos carece de aseos, en un lugar donde la correspondencia supera a la generada en muchos municipios', reprocha el STEPV.
Pero estas obras no son las ¨²nicas. Las pistas de atletismo -inauguradas hace un a?o- est¨¢n levantadas. El material utilizado para la uni¨®n de las calles se ha filtrado corroyendo la chapa de los veh¨ªculos aparcados en el subterr¨¢neo. Y una de las chinas le ha tocado a un representante del STEPV, que ha cobrado 50.000 pesetas del rectorado para subsanar los desperfectos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.