Los saxofonistas Donald Harrison y Carolyn Breuer act¨²an en Euskadi

La agenda cultural de los pr¨®ximos d¨ªas en Euskadi contiene tres citas de entidad dentro del g¨¦nero del jazz. Dos est¨¢n protagonizadas por el saxofonista estadounidense Donald Harrison Jr., quien act¨²a hoy en el Altxerri Jazz Bar de San Sebasti¨¢n (21.00) y el mi¨¦rcoles en el Palladium de Bilbao (21.00). La tercera tiene como reclamo el saxof¨®n de la alemana Carolyn Hester, quien se colocar¨¢ al frente de su cuarteto, el mi¨¦rcoles 21 (21.00), en el citado Altxerri donostiarra.

Donaldson (Nueva Orle¨¢ns, 41 a?os) repasar¨¢ su repertorio dejando la puerta abierta a la improvisaci¨®n y respaldado por el pianista Johnathon Lefcoski, el bajista Chris Higgins y el bater¨ªa Ozie Davis. Es de suponer que sus recitales se centren en dar a conocer Paradise Found (First Orleans Music Productions), un ¨¢lbum, grabado en formato quinteto, que recoge nueve composiciones propias y tres adaptaciones.

'Cada vez que escucho algo me esfuerzo en ver qu¨¦ puedo extraer de ello, d¨®nde puedo hallar su parte swing. Siempre hay algo que puedes aprovechar y, de hecho, en mis discos se reconocen todas las texturas que he recopilado. Con ello, intento mostrar a la gente que dice que el jazz est¨¢ viejo, que est¨¢ muerto, que mi banda de jazz puede sonar tan moderna como cualquier otra', explica el norteamericano.

Por su parte, Carolyn Breuer promociona en su actual gira Fate smiles on tose who stay cool (Notnowmom! Recods), un tercer disco grabado en directo en Augsburg. En ¨¦l se recogen ¨²nicamente seis temas, si bien ninguno dura menos de nueve minutos. As¨ª, es f¨¢cil deducir el gusto por los largos desarrollos de una saxofonista afincada en Amsterdam que fue introducida en el universo del jazz por su padre, el trombonista Herman Breuer.

'Empec¨¦ estudiando saxof¨®n cl¨¢sico, al principio no improvisaba nada. Pero lleg¨® un momento en el que le dije a mi padre: ens¨¦?ame los est¨¢ndars. Entonces empez¨® a acompa?arme con el piano; hac¨ªamos una especie de m¨²sica de andar por casa. As¨ª, el jazz se convirti¨® en un idioma en el que yo pod¨ªa hablar con mi padre', detalla la instrumentista.