Libertad contra seguridad
Hace meses el partido socialista lanz¨® una breve idea: hay que elegir entre igualdad y libertad. Una disquisici¨®n de filosof¨ªa pol¨ªtica antigua seg¨²n la cual Estados Unidos es libertad sin igualdad, y la Uni¨®n Sovi¨¦tica (RIP), igualdad pero sin libertad. Ahora nos desarrollan la elecci¨®n entre seguridad y libertad. A los pobres de esp¨ªritu y de todo lo dem¨¢s siempre se nos han planteado estos dilemas est¨²pidos y obligados. Y se nos va mermando todo, incluso la inteligencia, que tanto depende de los que ordenan y mandan suave, discretamente.
Perdamos la igualdad por la libertad; luego, la libertad por la seguridad; despu¨¦s, la seguridad para combatir al mal en nombre del bien, y nos encontraremos sin igualdad, sin libertad y sin fraternidad. Poco a poco han ido apareciendo reencarnaciones infernales para saber que hay que reprimirse. Yasir Arafat (luego, blanqueado; ahora, otra vez convertido en pirata, el pobre tipo, por los escritores de Israel en el mundo); el libio Gaddafi; el nuevo Hitler, Sadam Husein; Milosevic. Ahora, Bin Laden. Para defendernos de cada uno y para su aislamiento aunque no ca¨ªda (el ¨²nico encarcelado es Milosevic: no musulm¨¢n, pero es eslavo del sur, que tambi¨¦n es raza muy mala) nos han ido quitando muchas de nuestras convicciones. Los m¨¢s ancianos de la localidad recordamos el dilema aciago de 'ca?ones o mantequilla': dejemos de comer y de ahorrar para construir las armas con las que defendernos: a) del comunismo; b) del nazismo. Bin Laden / Terrorismo nos hacen renunciar a ciertos derechos. Comienzan las detenciones indefinidas, sin jueces ni abogados, de los sospechosos; Tony Blair ya lo ha propuesto, y Bush lo ha hecho.
Vengan las escuchas telef¨®nicas; y, ya, el asalto a Internet. Se hab¨ªa intentado con los sustos habituales: amenaza al pudor de los ni?os, lanza noticias inventadas para desestabilizar, y supuestas recetas de bombas caseras, hace trampas bancarias, permite las peligrosas comunicaciones individuales de las que sale sexo con menorcitas. Ahora difunde terrorismo, por emisi¨®n de mensajes cr¨ªpticos. Los que no somos sospechosos aceptamos: perdemos democracia, parlamentarismo, prensa libre, pensamientos plurales, pero podremos salvar Torre Picasso o las oblicuas de la Castellana, que ya han sido citadas. Pero ?cu¨¢ndo seremos sospechosos nosotros mismos? Yo creo que lo soy.
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