Ins¨®litas versiones

En su Ciclo de Grandes Int¨¦rpretes, la conjunci¨®n Scherzo, Canal +, Inaem y Hazen Hosseschrueders nos trajo, una vez m¨¢s, la presencia y el arte sorprendente del pianista Christian Zacharias (Jamshedpur, India, 1950). Hay que agradecer la propuesta, sobre todo si se apoya en un programa dual en el que Domenico Scarlatti y Claude Debussy se dan la mano por encima del tiempo.

Aseguraba Falla, extraordinario admirador de Scarlatti y tambi¨¦n su int¨¦rprete, que al gran italiano pod¨ªamos considerarlo espa?ol con tanta raz¨®n como a El Greco. Zacharias comparte la idea y subraya la influencia profunda de lo ib¨¦rico en las sonatas clavecin¨ªsticas del napolitano que devienen un ejemplo fuera de serie de 'este viajero errante entre dos mundos'.

Cuando un int¨¦rprete de la t¨¦cnica, la autenticidad, la afectividad sonora y el preciosismo natural como Zacharias ilumina esta impar m¨²sica scarlattiana en el piano, la exalta y engrandece a trav¨¦s de inmensas lecciones de ejemplaridad y comunicatividad sensible superlativamente admirables.

Frente a otro genio innovador de otra ¨¦poca, el franc¨¦s Claudio Debussy, que tambi¨¦n ejerci¨® su magisterio sobre los maestros espa?oles, Zachar¨ªas opera con id¨¦ntica o an¨¢loga pureza para escarbar hasta en los ¨²ltimos rincones de unas invenciones m¨¢gicas por su nueva armon¨ªa, ¨ªntimas y, al mismo tiempo, sugerentemente pl¨¢sticas. Otro espa?ol est¨¢ cercano al nacimiento y divulgaci¨®n del nuevo pensamiento impresionista que modifica los supuestos musicales europeos: el catal¨¢n Ricardo Vi?es, estrenista de toda la parte debussyana recreada con ins¨®lita fantas¨ªa por Zacharias, pues los dos cuadernos de Im¨¢genes y la suite Children' corner se unen por vez primera en Par¨ªs en el piano de Vi?es en 1906 y 1908.

Son medidas extremas de un pianista especialmente raveliano, pero no menos mensajero de Mozart o Schubert. La m¨²sica se explica por s¨ª misma y la claridad de Zacharias resulta literalmente inexplicable en palabras, pero reconocible en su entera belleza. La tarde fue de las que se disfrutan con rareza y se ovacionan con emocionada gratitud.