Miedo a la seguridad
Las nociones correlativas de seguridad y libertad son sencillas. Los poderes omn¨ªmodos encarcelaban hasta el final de la vida, asesinaban, o torturaban a sus enemigos; la civilizaci¨®n fue arrebatando a aquellas bestias su poder religioso para ir hasta el camino actual, poco seguro pero infinitamente mejor. El juez de carrera como poder independiente, las garant¨ªas procesales, la supresi¨®n de las torturas, la necesidad de pruebas, y mil figuras m¨¢s contenidas en los procedimientos, han mantenido la seguridad de estas sociedades sin la vesania del poder. Es una forma de buscar un pacto entre los due?os de todo y los pobres de todo. No evita que quien se eleva al poder pol¨ªtico tenga vocaci¨®n de castigar m¨¢s all¨¢ de lo que las conquistas del Estado de derecho permiten a sus enemigos o a los de la sociedad que ¨¦l quiere y que otros consideran injusta. Es posible que los desaf¨ªos al orden desde fuera de las leyes sean graves; est¨¢ tambi¨¦n en lo posible que el orden se vaya haciendo injusto.
El atentado a Nueva York puede dar la ocasi¨®n de que el Gobierno de Estados Unidos olvide su obligaci¨®n de mantener la seguridad dentro de las esencias humanas que empezaron a sellarse en la Declaraci¨®n de la Independencia. Sobre todo, con un Gobierno y un presidente de los que llamamos 'conservadores', partidarios del antiguo poder absoluto. La pena de muerte en ese pa¨ªs es una amenaza severa a las conquistas humanas; Bush las aumenta ahora con detenciones sin huellas, campos de concentraci¨®n ocultos, jueces militares sustituyendo a los civiles y con capacidad de dictar la pena de muerte: la noci¨®n de 'seguridad' destroza el derecho, la libertad; y la inocencia mientras no se demuestre lo contrario. En Espa?a, con el uso de la misma palabra 'terrorismo', se han cometido atentados contra el derecho y las libertades: el hecho de que algunos de los perpetradores hayan pasado del poder a la c¨¢rcel es una buena se?al. Pero hay nuevas nociones de atentados en nombre de la 'seguridad'. La veloz escolta ideol¨®gica de Aznar y sus pensadores a Bush y sus generales, la exaltaci¨®n de la derecha antigua y la reconvertida y los pactos de partidos globalizados en nombre de la seguridad son muy graves. Se empieza por ceder en unas libertades, se termina perdiendo todas.
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