Frenazo econ¨®mico

Las previsiones de la Comisi¨®n Europea, expuestas ayer por el comisario Pedro Solbes, han confirmado la profunda desaceleraci¨®n que est¨¢n registrando las econom¨ªas europeas. La tasa de crecimiento que se anticipa para el ¨¢rea del euro (1,6% al t¨¦rmino de este a?o y 1,3% en el pr¨®ximo) reconoce el brusco frenazo en la actividad econ¨®mica respecto a las previsiones optimistas de abril y rectifica la err¨®nea apreciaci¨®n defendida entonces de que la desaceleraci¨®n de la econom¨ªa estadounidense tendr¨ªa 'consecuencias limitadas' en Europa. En este trasfondo depresivo, la econom¨ªa espa?ola sale relativamente bien librada: cerrar¨¢ el a?o con un crecimiento del 2,7%, se proyecta un 2% para el pr¨®ximo (nueve d¨¦cimas por debajo de la previsi¨®n oficial del Gobierno) y a partir de 2003 se recupera el ritmo con un 3,2%. El principal pagano ser¨¢ el empleo, ya que la tasa de paro (la m¨¢s alta de los pa¨ªses de nuestro entorno) no bajar¨¢ del 13% durante este a?o y el pr¨®ximo.

Las instituciones econ¨®micas nacionales e internacionales carecen de poderes prof¨¦ticos, pero tienen la estimable virtud de corregir sus propias previsiones al ritmo que establecen los indicadores. A la luz de los ¨²ltimos informes coincidentes de la OCDE y de la Comisi¨®n Europea, no cabe duda de que la desaceleraci¨®n ha desembarcado en Europa y se mantendr¨¢ aqu¨ª al menos durante los pr¨®ximos 12 meses. Cabe esperar que las autoridades econ¨®micas espa?olas se bajen de la nube que crearon en julio y revisen sus incre¨ªbles proyecciones para el a?o pr¨®ximo, tercamente mantenidas como soporte de los devaluados Presupuestos Generales del Estado que discuten las Cortes.

Puesto que tanto Rodrigo Rato como Crist¨®bal Montoro ya han admitido que revisar¨¢n las proyecciones macroecon¨®micas, la cuesti¨®n ahora es comprobar si la revisi¨®n se aproximar¨¢ a las proyecciones de la Comisi¨®n Europea o, por el contrario, se limitar¨¢n a un t¨ªmido reconocimiento formal de que las cosas no van a ir tan bien como sostiene el triunfalismo oficial. De nada servir¨¢ que los departamentos de Econom¨ªa y Hacienda var¨ªen sobre el papel las cifras del cuadro macroecon¨®mico si al mismo tiempo no sacan las conclusiones adecuadas en el cap¨ªtulo de ingresos presupuestarios para el a?o pr¨®ximo y, en consecuencia, no revisan las cuentas p¨²blicas. La insistencia de ambos en que 'se revisar¨¢n las previsiones, pero no la pol¨ªtica econ¨®mica', hace temer lo peor: que se impondr¨¢ el principio de que, si la realidad atenta contra los deseos del Gobierno, peor para la realidad.