Caricaturas de una ¨¦poca

En un pr¨®logo explicativo, directo y mordaz, el autor justifica la publicaci¨®n de este libro por ser una muestra de sus desahogos literarios que quedaron in¨¦ditos por ser excesivamente desvergonzados incluso para lo que se estilaba en los a?os finales de la dictadura. Son relatos escritos en el estilo bronco del autor en los que predomina la caricatura y la deformaci¨®n grotesca, con curiosas notas a pie de p¨¢gina, calificadas de eruditas por el mismo autor, que cumplen una funci¨®n higi¨¦nica. Casi todos tienen un mismo tema con variantes, la da?osa educaci¨®n y triste cultura de la ¨¦poca franquista.

Es un libro curioso e interesante con buenos fragmentos que llegan a producir la carcajada, pasajes cr¨ªticos y observaciones agudas sobre la vida pol¨ªtica y las dificultades de la vida corriente de la ¨¦poca, pero lastrado por una propensi¨®n a la monoton¨ªa y por la tendenciosidad excesiva en la caracterizaci¨®n de algunos personajes y en algunas observaciones del propio autor.

En el relato inicial que se completa en una nota al final, el ¨²nico que ha sido escrito recientemente, una especie de prolongaci¨®n de su libro m¨¢s conocido, El a?o que viene en T¨¢nger, novela iconoclasta donde las haya, hace literatura de su propia vida y de los acontecimientos pol¨ªticos y sociales y propone un marco en el que situar el resto de las historias del libro. Como un buen complemento, figura a continuaci¨®n una desternillante parodia de la vida del autor, Don Anselmo Cordojo y Algafac¨¢n, cr¨ªtica demoledora de la educaci¨®n de la ¨¦poca, que un narrador profundamente reaccionario potencia literariamente hasta el delirio.

Despu¨¦s podemos leer una breve par¨¢bola inspirada en La metamorfosis, de Kafka, otra caricatura de la educaci¨®n a trav¨¦s del relato de la t¨¦trica venganza de una mujer virgen y m¨¢rtir y una historia aleg¨®rica sobre la vida sexual en una sociedad en la que impera una inquebrantable lucha de sexos. Pero, en mi opini¨®n, los dos mejores cuentos del libro son Ma?anicas soleadas y el que da t¨ªtulo al conjunto. El primero se ennoblece por la utilizaci¨®n muy h¨¢bil de la ret¨®rica autoritaria propia del franquismo y por los ecos que incluye del di¨¢logo medieval entre el Amor y un viejo en una conversaci¨®n de dos personajes, el capitoste pol¨ªtico y la jovencita, muy bien perfilados. El segundo es una jocosa carta que un marido burlado env¨ªa a su mujer en el que contrasta la gravedad del sentir del narrador con la forma del discurso.