Favores a la Iglesia

El partido del Gobierno, en este caso con el apoyo de los grupos nacionalistas (PNV incluido), ha hecho nuevamente una interpretaci¨®n confesionalista de los acuerdos Iglesia-Estado de 1979 para otorgar un trato de favor a las asociaciones cat¨®licas, excluy¨¦ndolas del r¨¦gimen general de la nueva ley que regula el derecho de asociaci¨®n. El r¨¦gimen espec¨ªfico que el Estado reconoce a las asociaciones cat¨®licas les exime de rendir cuentas y de regirse por principios democr¨¢ticos y de transparencia, al tiempo que les permite competir con las asociaciones a las que afecta la nueva ley en el reparto de subvenciones procedentes del Estado.

El Partido Popular ha optado por una interpretaci¨®n de los acuerdos de 1979 que otorga igual trato legal a las ¨®rdenes y congregaciones religiosas e institutos como el Opus Dei y a las asociaciones de diverso signo promovidas por la Iglesia. Sin embargo, los citados acuerdos distinguen entre las primeras, sujetas a la legislaci¨®n can¨®nica y cuya personalidad civil se adquiere por su mera inscripci¨®n en el correspondiente registro del Estado, y las segundas, sometidas en todo lo referente a su estado jur¨ªdico-civil a lo dispuesto en el ordenamiento del Estado.

No es la primera vez que el PP, desde el Gobierno o desde su posici¨®n mayoritaria en el Parlamento, adopta posiciones discriminatorias a favor de la Iglesia tomando como punto de apoyo los acuerdos de 1979 y al margen de cualquier referencia a la Constituci¨®n. La actitud de la jerarqu¨ªa espa?ola en el tema de la ense?anza de la religi¨®n cat¨®lica en los colegios p¨²blicos, despidiendo a profesores por motivos concernientes a su vida privada, se debe en gran medida a las concesiones hechas por el Gobierno de Aznar en el convenio econ¨®mico-laboral firmado con los obispos en febrero de 1999. De esos lodos proceden estos polvos de tinte confesional, que se hacen notar en un a?o en el que se conmemora el 25? aniversario de la renuncia por el rey Juan Carlos -como adelanto del cambio democr¨¢tico que se avecinaba- al privilegio franquista de presentaci¨®n de ternas para el nombramiento de los obispos. El r¨¦gimen de mutua independencia entre Iglesia y Estado, reclamado a Franco sin ¨¦xito por Pablo VI y por los obispos espa?oles liderados por el cardenal Taranc¨®n, qued¨® plenamente plasmado en la Constituci¨®n de 1978. Casi cinco lutros despu¨¦s esta situaci¨®n corre el riesgo de diluirse en el lado del Estado, al tiempo que se vigoriza en el de la Iglesia, por obra del Gobierno del PP.