Homenaje al 'constructor de Madrid'
El C¨ªrculo de Bellas Artes gu¨ªa cada fin de semana visitas a las mejores obras del arquitecto Antonio Palacios
El af¨¢n de todo jugador consiste en embridar el azar. Ponerle sujeci¨®n. Dominarlo. Si el jugador es arquitecto, el azar coincide inevitablemente con el espacio, y su desaf¨ªo principal es la mesura.
Madrid rinde cada s¨¢bado, a las 10.30, desde el C¨ªrculo de Bellas Artes, homenaje guiado -y gratuito- a las principales obras del arquitecto que ancl¨® en la ciudad hitos como el propio C¨ªrculo de Bellas, el Palacio de Correos, el Banco Central y el hospital de Maudes. Un autob¨²s de dos pisos, con cubierta descapotada, pasea a los interesados, profesionales y universitarias en su mayor¨ªa, por las principales obras edificadas por Antonio Palacios, maestro de arquitectura.
Nacido en Porri?o en 1874, Antonio Palacios fue un enamorado de los casinos y de los trasatl¨¢nticos, del azar y de los viajes. Siendo muchacho, Palacios recorri¨® con devoci¨®n los parajes gallegos donde los d¨®lmenes se alzan silenciosos desde hace centurias y qued¨® fascinado por los misterios que dormitan calladamente en el seno de la piedra.
Porri?o era entonces una de las mejores canteras de Europa. Al lado de los picapedreros, el arquitecto descubri¨® intuitivamente que la piedra habla un lenguaje de geometr¨ªas cuyas cristalizaciones, lejos de ser caprichosas, permiten a las gentes atentas como ¨¦l descifrarlas y descubrir los ejes que signan su traza, el aplomo con el que se asientan sobre el suelo. Aprendi¨® la lecci¨®n: ser¨ªa arquitecto y har¨ªa una arquitectura de peso, soldada en la tierra.
En Madrid culmin¨® sus estudios en 1900. Casado con la malague?a Adela Ram¨ªrez, sin hijos, habit¨® en la calle de Maldonadas, mont¨® su estudio en la de Cedaceros, y vivi¨® y muri¨® en un chalecito de El Plant¨ªo, en 1945. 'Fue el arquitecto que m¨¢s -y mejor- Madrid construy¨®', asegura Jacobo Armero, joven alarife entusiasmado con su figura y, comisario, con su padre Gonzalo Armero, de la espl¨¦ndida exposici¨®n que el C¨ªrculo le tributa: Antonio Palacios, constructor de Madrid.
En ella se dice que en 1904, con Joaqu¨ªn Otamendi, concurs¨® al proyecto de construir un palacio de las Comunicaciones. Versaron la fachada principal del edificio hacia la reina de la plaza, Cibeles.
Desde el autob¨²s se ve al palacio de Correos eclipsar la presencia del Banco de Espa?a y remarcar el protagonismo de la diosa. Fue el primer trazo castizo del eje del Madrid innovado, la Gran V¨ªa, hasta 1868 afrancesada con mansardas. Le encargar¨¢n el Banco del R¨ªo de la Plata, luego Central, que poblar¨¢ de columnas de orden gigante y de cari¨¢tides, r¨²brica del quicio oriental de la plaza.
En 1926 coronar¨¢ el C¨ªrculo de Bellas Artes, tercer v¨¦rtice del tri¨¢ngulo ¨¢ureo sobre el que quiso asentar Madrid, escenograf¨ªa de una monumentalidad singular por ¨¦l ideada. Quiz¨¢ de la mano de Palacios, Madrid recibi¨® la cuota de universalismo galaico que, transformado en cosmopolita, desde entonces atesora.
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