Maldito 'calcio'
Pese a que en 1992 recibi¨® el premio Bravo como la mejor promesa del f¨²tbol europeo, Guardiola mantiene un desencuentro constante con el calcio, un campeonato que siempre le mir¨® como un jugador demasiado fr¨¢gil para ser competitivo, una especie en extinci¨®n como es la del medio centro que tan bien representa y un futbolista muy intervencionista para avenirse a un campeonato tan pautado de por vida que no admite singularidades. Inter, Juventus, Milan, Parma y Lazio mercadearon con el ex capit¨¢n del Bar?a para despu¨¦s darle un portazo disuasorio que tuvo un gran impacto por cuanto significaba: no hab¨ªa sitio en el campeonato italiano para un jugador que se cre¨ªa tan universal.
En Italia no sab¨ªan, sin embargo, de la tozudez de Guardiola, que encontr¨® una salida no prevista para cumplir su deseo de jugar en el calcio por encima de cualquier otra Liga: se rebaj¨® a fichar por el Brescia. Y all¨ª estaba, tan tranquilo, a rebujo de Baggio, agradecido a Camacho por recuperarle para la selecci¨®n, cuando lleg¨® el CONI y le acus¨® de dar positivo por nandrolona.
La noticia ha provocado un gran revuelo y, como siempre que est¨¢ Guardiola entremedias, hay una tendencia a caer en el proteccionismo o en el linchamiento. El marco no invita, por lo dem¨¢s, a juicios reflexivos. Ocurre que, al igual que el Tour con el ciclismo, el calcio abandera la lucha contra el dopaje en el f¨²tbol. Desde que Zeman, ex t¨¦cnico del Roma, denunciara en 1998 que el f¨²tbol italiano deb¨ªa 'salir de las farmacias' y se supiera que los documentos relativos a los controles antidopaje de la Liga hab¨ªan desaparecido del laboratorio de Acqua Cetosa, Italia dio un vuelco en su pol¨ªtica antidopaje y de la permisividad se pas¨® a la intransigencia. Llegados a tal punto, Guardiola quiere saber si es una pieza m¨¢s que se ha cobrado el calcio en su cruzada por limpiar su f¨²tbol o se trata de un error, pues entre quienes le conocen no cabe la posibilidad de dopaje a consciencia.
Al igual que los italianos, Guardiola tampoco parar¨¢ hasta conocer la respuesta. En su caso no vale el t¨¦rmino medio, as¨ª que no aceptar¨¢ ninguna rebaja sino la declaraci¨®n de inocencia. Y, en el supuesto de que no le den la raz¨®n, dejar¨¢ a buen seguro como referente un tratado sobre la nandrolona tan completo como el que se escribi¨® sobre su lesi¨®n de isquiotibiales.
Hoy, de momento, se sabe que en tanto que no prohibida cualitativamente sino cuantitativamente, la nandrolona se puede medir de varias maneras, y en Italia la vara es m¨¢s alta que en cualquier pa¨ªs u organismo, raz¨®n de peso por lo menos para que a Guardiola se le conceda al menos el derecho a seguir combatiendo en su maldito calcio.
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