La fuerza de 'Las viudas' neoyorquinas
Los familiares de los bomberos muertos el 11 de septiembre se oponen a que se especule con el solar de las Torres Gemelas
El nombre oficial es Asociaci¨®n de Familiares de V¨ªctimas y Viudas del 11 de Septiembre, pero Nueva York las conoce como Las viudas. Y se han convertido en una fuerza pol¨ªtica local con la que el alcalde, el ya saliente Rudy Giuliani, necesita pactar continuamente. El n¨²cleo de la asociaci¨®n son las viudas de los 343 bomberos muertos en acto de servicio durante el incendio y desmoronamiento del World Trade Center. Su principal exigencia consiste en que los 70.000 metros cuadrados de la zona cero sean considerados como un cementerio, y que las cenizas de los desaparecidos no queden olvidadas bajo un futuro proyecto inmobiliario.
Pero su influencia, establecida sobre el compromiso moral que sienten los neoyorquinos hacia los 'h¨¦roes del 11 de septiembre', se extiende a todo lo relacionado con las tareas de desescombro y a la gesti¨®n del dolor infligido a la ciudad. Cuando, hace tres semanas, Giuliani orden¨® reducir la presencia de bomberos en la zona cero, varios centenares de ellos se manifestaron en torno a las barreras de seguridad, las cruzaron y se enfrentaron a pu?etazos con la polic¨ªa. Hubo varios heridos y 18 detenciones entre los bomberos. Entonces intervino Marian Fontana, de 35 a?os, presidenta de Las viudas: exigi¨® una entrevista privada con el alcalde, la consigui¨® inmediatamente y logr¨® que Giuliani se echara atr¨¢s en sus decisiones. No s¨®lo fueron retirados los cargos contra 17 de los 18 detenidos; el n¨²mero de bomberos destinados en la zona cero se increment¨® y se suprimieron las vacaciones previstas para el D¨ªa de Acci¨®n de Gracias.
'Hay un principio b¨¢sico en el c¨®digo de los bomberos: no se van del lugar del siniestro hasta que todos los cuerpos han sido recuperados. Eso hab¨ªa que cumplirlo', declar¨® Marian Fontana a The New York Times. La presidenta de la asociaci¨®n, viuda de un bombero cuyo cad¨¢ver no ha sido recuperado, madre de un ni?o de cinco a?os y escritora, admiti¨® que su influencia sobre las decisiones municipales era muy grande. 'Me doy cuenta del poder que tenemos, y quiero utilizarlo a favor de las familias y de los bomberos', explic¨®. 'El nivel cero puede convertirse en el lugar donde reposen para siempre los restos de muchos de nuestros seres queridos, y debemos ser tenidos en cuenta cuando, una vez concluido el trabajo de limpieza, se decida qu¨¦ se hace con el solar', dijo. 'Mi temor radica en que los intereses econ¨®micos se impongan sobre la sensibilidad de las v¨ªctimas; quiero asegurarme de que eso no ocurra', a?adi¨®.
Fontana es una interlocutora casi diaria de Giuliani. Pero la tensi¨®n emocional es muy alta dentro de Las viudas, y algunas de sus reivindicaciones resultan irracionales. El 12 de noviembre, m¨¢s de cien viudas (bajo el nombre gen¨¦rico hay padres, madres, hermanos e hijos de desaparecidos) se reunieron con las autoridades locales; el jefe de los servicios forenses, Charles Hirsch, tuvo que enfrentarse a una tormenta de protestas. Hirsch explic¨® que muchos de los cad¨¢veres no ser¨ªan recuperados nunca porque la alt¨ªsima temperatura bajo las ruinas (el incendio a¨²n no se ha extinguido, es el m¨¢s duradero registrado nunca) los hab¨ªa convertido en vapor y ceniza. 'Mentira', gritaron las viudas. 'Me enfrent¨¦ a Hirsch', explic¨® a The New York Times Robin Freund, que perdi¨® a su marido en la cat¨¢strofe, 'porque recuper¨¦ el cuerpo de mi esposo el 22 de octubre, y mi prima acaba de recuperar el cuerpo del suyo. ?Qu¨¦ es todo eso de la gente reducida a polvo? Eso no es cierto'.
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