A escena

Guillermo Heras, director de la Muestra de Teatro de Autores Contempor¨¢neos, se soltaba hace unos d¨ªas la coleta con una sentencia del calibre que sigue: 'En la actual escena nacional existe un gusto por el fe¨ªsmo y abundan producciones casposas que dan pena...'. El responsable de la 9? edici¨®n de ese ciclo de teatro contempor¨¢neo que conclu¨ªa el pasado domingo en Alicante reconoc¨ªa ante la prensa que el criterio de selecci¨®n de los espect¨¢culos ha de ser m¨¢s riguroso en el futuro. Comprendo sus palabras y apoyo sus prop¨®sitos. Lo que no s¨¦ muy bien es cu¨¢les han sido hasta ahora esos criterios selectivos. ?Las compa?¨ªas proponen y los organizadores disponen? ?Los responsables de la Muestra buscan, comparan y seleccionan? ?Un poco de todo? ?Quiz¨¢s? La respuesta a tales interrogantes es, sin duda, decisiva, porque uno desea hallar sentido a ciertos fen¨®menos del actual panorama dram¨¢tico que me trasponen un poco. Y me explico. Hay grupos que deambulan por la escena espa?ola, trepan a los escenarios con un paup¨¦rrimo sentido de la profesionalidad y del rid¨ªculo y saludan al final del espect¨¢culo como si los ascos del p¨²blico no fueran con ellos. Cuando los cr¨ªticos teatrales rubrican la faena poni¨¦ndolos a caldo, algunas de estas compa?¨ªas se sacuden la verg¨¹enza acusando al autor de falta de talento y otras memeces exculpatorias. Pero tambi¨¦n hay compa?¨ªas que pasan de soslayo, hacen su modesto recorrido de provincia en provincia y dejan en las salas, en los espectadores y en el aire un sabor a grandeza y a verdad dram¨¢tica que justifica toda reconciliaci¨®n con el teatro. Si les vale un buen ejemplo, ah¨ª lo tienen: Teatro Meridional. Su ¨²ltimo montaje: Miguel Hern¨¢ndez. Disfrut¨¦ de ellos y de su obra hace un par de semanas. Recalaron en la Casa de Cultura de Guardamar tras el estreno el pasado mes en el Festival de Oto?o de Madrid. Van de sencillos por la vida, pero el resultado tiene hechuras soberbias. La direcci¨®n de Marina Seresesky y ?lvaro Lav¨ªn, el texto de Julio Salvatierra, los cinco actores que resucitan a Miguel, Josefina, Sij¨¦, Neruda y Ella, simplemente, nos restituyen de tanto acopio de vulgaridad y de mal gusto. Pru¨¦benlos.