"El cine ha dejado de ser un arte popular"
La publicaci¨®n del gui¨®n de La promesa de Shanghai (Aret¨¦), proyecto frustado del director V¨ªctor Erice (Carranza, Vizcaya, 1940) para adaptar al cine la novela de Juan Mars¨¦ El embrujo de Shanghai, cierra un espinoso episodio entre el realizador y Andr¨¦s Vicente G¨®mez, que ha acusado al cineasta de pretender que se le reconozca por lo que no hace. Erice, reacio a las entrevistas, afirma que el productor le someti¨® a una estrategia de desgaste.
'El cine que me interesa es el que intenta alejarse del modelo r¨ªgido que impone la industria'
La imagen de Lillian Gish en Lirios rotos ilustra la portada de La promesa de Shanghai. Un icono del cine fundacional que V¨ªctor Erice ha elegido para la edici¨®n de su gui¨®n. Un gui¨®n sin pel¨ªcula que quiere ser testimonio de lo que pudo haber sido el cuarto filme del director de El sur.
Pregunta. ?Qu¨¦ le impuls¨® a publicar este gui¨®n?
Respuesta. La propia obra, que, por su mismo incumplimiento, parec¨ªa reclamar una peque?a satisfacci¨®n, una forma de existencia, aunque fuera bastarda. Hay adem¨¢s mucha gente que ha pedido su publicaci¨®n. Tambi¨¦n han influido en mi decisi¨®n las declaraciones que el productor Andr¨¦s Vicente G¨®mez hizo este pasado verano, afirmando que mi proyecto de pel¨ªcula nunca hab¨ªa existido. Me pareci¨® que significaban un menosprecio no s¨®lo de mi trabajo, sino tambi¨¦n del de todos los profesionales que estuvieron implicados en la preparaci¨®n del rodaje. El gui¨®n da cuenta no s¨®lo de la existencia del proyecto, sino de su verdadera naturaleza, y puede contribuir a despejar una parte de los falsos rumores que han circulado a su alrededor.
P. ?A qu¨¦ se refiere?
R. A rumores de todo tipo, algunos muy disparatados. Desde que yo no hab¨ªa sido capaz de terminar de escribirlo, hasta que su producci¨®n costaba 3.000 millones de pesetas. Por otro lado, el texto revela que no se trataba de una obra de ruptura o vanguardista, sino probablemente de mi pel¨ªcula m¨¢s popular. De ah¨ª que su frustraci¨®n no signifique, al menos en primer t¨¦rmino, un cap¨ªtulo m¨¢s del viejo conflicto entre el arte y el dinero.
P. ?Por qu¨¦ cree entonces que el proyecto se frustr¨®?
R. Porque estuvo en manos de un productor que, a la postre, y as¨ª lo ha declarado, no quiso en absoluto comprometerse con ¨¦l. Hice todo lo que pude por sacarlo adelante, incluso escribiendo una versi¨®n m¨¢s corta, atendiendo de forma razonable sus demandas. Y todo para comprender finalmente que formaban parte de una estrategia de desgaste: llevarme una y otra vez a situaciones l¨ªmite a fin de descolgarme del proyecto y as¨ª poder depositarlo en otras manos.
P. Andr¨¦s Vicente G¨®mez ha aludido a la falta de ¨¦tica que supone la publicaci¨®n del gui¨®n.
R. S¨ª, y no deja de ser un poco chocante. Por mi parte, he sentido el deber de, al menos, salvar algo que ten¨ªa mejor destino que el olvido. Y en cuanto a los derechos, el asunto lo ha llevado la editorial, que ha contado con la autorizaci¨®n del autor de la novela, Juan Mars¨¦.
P. El productor tambi¨¦n ha dicho que usted cobr¨® 30 millones de pesetas, y que por lo tanto no puede decir que ha perdido tres a?os de su vida con este proyecto.
R. Yo no he dicho que haya perdido tres a?os de mi vida. La vida no es un libro de contabilidad. Es algo m¨¢s que la escritura de un gui¨®n o la realizaci¨®n de una pel¨ªcula. Y por si acaso, ya sabemos lo que dice el Evangelio: 'El que pierde su vida, la ganar¨¢...'. Pero descendiendo del cielo a la tierra, y para ser precisos, lo que Andr¨¦s Vicente G¨®mez ha declarado es que yo hab¨ªa recibido esa cantidad global no s¨®lo por mi labor como guionista, sino tambi¨¦n como director, a ra¨ªz de la preparaci¨®n de la pel¨ªcula. Pues bien, esa cifra es absolutamente falsa. La verdad es que por esos dos conceptos percib¨ª en total 19 millones y medio de pesetas brutos, a lo largo de m¨¢s de tres a?os de trabajo, que en el caso del gui¨®n supon¨ªa solamente el 1,5% del presupuesto. Que quede tambi¨¦n claro que no he cobrado un solo c¨¦ntimo de indemnizaci¨®n, a pesar de que durante ese tiempo tuve que rechazar tres ofertas para dirigir otras tantas pel¨ªculas. No ha sido precisamente el dinero lo que me ha movido en mi larga y exclusiva dedicaci¨®n a este proyecto.
P. Se trata de un gui¨®n muy literario. ?Era as¨ª originalmente?
R. S¨ª, incluso estaba dividido en cap¨ªtulos, una medida que me serv¨ªa para controlar el ritmo y la claridad de la narraci¨®n.
P. El libro incluye fotograf¨ªas, textos complementarios y unas detalladas notas de autor. ?Ese material pretende dar m¨¢s pistas de lo que hubiera sido su pel¨ªcula?
R. La mejor gu¨ªa es, sin duda, el texto. Pero, es verdad, algunas de esas fotos, los objetos que en ellas aparecen reflejados, eran muy importantes para m¨ª: la novela de Alf Manz, los programas de las pel¨ªculas de Josef von Sternberg y Manoel de Oliveira, la foto del equipo de f¨²tbol del Europa.... Todo ello iba a aparecer en la pel¨ªcula. En cuanto a las notas, pens¨¦ que era necesario tener en cuenta a un lector no iniciado, que quiz¨¢ no sepa con exactitud, por ejemplo, qui¨¦n fue Von Sternberg. La mayor¨ªa de esas referencias constituyen solamente una peque?a parte de la enorme cantidad de datos e im¨¢genes -sobre todo de los fot¨®grafos catalanes de la ¨¦poca, que son magn¨ªficos- que fui reuniendo.
P. Parece que La promesa de Shanghai va m¨¢s all¨¢ de la adaptaci¨®n de una novela...
R. No lo s¨¦. Hay muchas adaptaciones posibles, quiz¨¢ tantas como miradas. A veces pienso que yo no adapt¨¦ esa novela, sino que la adopt¨¦; es decir, que trat¨¦ de incorporar lo que en ella encontr¨¦ de m¨¢s genuino a mi propia experiencia vital. De ah¨ª que el gui¨®n no sea una adaptaci¨®n literal. Es m¨¢s, en alg¨²n aspecto esencial se aleja bastante de la novela. Su mismo t¨ªtulo lo sugiere ya. He tratado el tema del exotismo de una forma simb¨®lica, haciendo que la fantas¨ªa permanezca en el imaginario, en la oscuridad, en el silencio. Para viajar a Shanghai, la ni?a protagonista cierra los ojos: eso es todo.
P. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le interesaba del proyecto?
R. Quiz¨¢ la posibilidad que me ofrec¨ªa de ahondar en la esencia de aquello que el cine fue como arte popular. Porque una de las p¨¦rdidas m¨¢s dram¨¢ticas del cine actual es que ha dejado de ser un arte popular para convertirse en un rampl¨®n entretenimiento de masas, en un amueblamiento de la televisi¨®n. Yo quer¨ªa buscar esa vieja ra¨ªz. Por eso mis gu¨ªas eran los cineastas primitivos, como Griffith y Chaplin. El melodrama unido a cierto tipo de humor, la tragicomedia. Y de alguna manera, tambi¨¦n Cervantes, en el lado quijotesco de la relaci¨®n entre el viejo capit¨¢n y el ni?o protagonista.
P. ?Este libro cierra definitivamente su vinculaci¨®n a El embrujo de Shanghai?
R. No, es imposible. Porque ese t¨ªtulo evoca en m¨ª muchas cosas: una tarde lejana de infancia, en San Sebasti¨¢n; las im¨¢genes de la pel¨ªcula de Von Sternberg vistas en un cine que hab¨ªa en el Monte Igueldo. Pero, sobre todo, la s¨²bita revelaci¨®n de una misteriosa belleza, su aura mortal.
P. Ahora acaba de rodar un cap¨ªtulo de diez minutos de una pel¨ªcula sobre el tiempo, en la que participan otros cineastas internacionales...
R. S¨ª, mi cap¨ªtulo se titula Alumbramiento. Lo que he intentado es expresar los diez minutos de la vida de un reci¨¦n nacido, alguien que todav¨ªa no tiene conciencia del tiempo, que est¨¢ suspendido en el umbral del mundo. La criatura es el catalizador de todo lo que respira a su alrededor: juegos y trabajos. En esos diez minutos, al comp¨¢s del reloj, percibimos algo de lo que le espera, tanto en la penumbra como a la luz del sol. La ¨²ltima imagen que muestro es la de un peri¨®dico donde figura una fecha, es decir, lo que los hombres hacen con el tiempo, cifrarlo, contabilizarlo, quiz¨¢s para poder as¨ª escribir la historia.
P. ?Qu¨¦ le interesa del cine actual?
R. Hoy m¨¢s que de cine se habla de lo que se ha dado en llamar el audiovisual: una mezcla heterog¨¦nea donde hay sobre todo publicidad, mucha publicidad. El cine que m¨¢s me interesa es el que se plantea como medio de descubrimiento, el que intenta alejarse de los modelos r¨ªgidos que impone la industria del espect¨¢culo, el que no trata de seducir al espectador a toda costa, el que no es solamente un pretexto para especular y mover dinero. No estoy en contra del cine comercial, ser¨ªa absurdo, sino de esa especie de ley que, en la actualidad, impone que la mayor¨ªa de las pel¨ªculas nazcan ya vendidas, en todos los sentidos, o bien condenadas a desaparecer sin pena ni gloria.
P. ?Tiene alg¨²n proyecto entre manos? ?Cu¨¢ndo veremos una pel¨ªcula suya otra vez?
R. Ten minutes older, el largometraje para el que he rodado Alumbramiento, se estrenar¨¢ el a?o pr¨®ximo. En cuanto a proyectos, tengo alguno y espero poder realizarlo a pesar de esa leyenda que parece acompa?arme.
P. ?De qu¨¦ leyenda habla?
R. De la leyenda de dif¨ªcil y perfeccionista. La que han fabricado algunas gentes del cine en este pa¨ªs, y a la que han dado cr¨¦dito los que por comodidad prefieren hablar de o¨ªdas. No pretendo ponerme como ejemplo de nada, pero rod¨¦ El esp¨ªritu de la colmena en 4 semanas y 2 d¨ªas; El sur, en 9; y El sol del membrillo, en 8.
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