El concierto de san Ovidio
No hace falta ser mel¨®mano -tampoco mel¨®n- para percatarse de que el Concierto est¨¢ saliendo desafinado. Cada cual parece tirar el acuerdo o el acorde por donde le parece; ahora bien, la manera en que los nacionalistas est¨¢n presentando las cuentas tiene sus bemoles. Por ejemplo, cuando se quejan de una Seguridad Social que no se les concede, pero que querr¨ªan con unas pensiones que las pagara Madrid o bien cuando se detalla lo que se est¨¢ entregando, pero no lo que se est¨¢ recibiendo. Si el flaut¨ªn Larreina y el fagot Arzalluz tremolan lo que a los vascos les cuesta Espa?a lo hacen, como vio muy bien Patxo Unzueta, sin contar no s¨®lo lo que reciben, sino lo que tendr¨ªan que gastar en concepto de materias que son hoy por hoy competencia del Estado: Defensa, Exterior, Poder Judicial, etc¨¦tera. Pero se trata s¨®lo del sonsonete. El verdadero do de pecho se llama participaci¨®n directa en la UE -es decir soberan¨ªa- y si no la consiguen arg¨¹ir¨¢n que hicieron todo lo posible, que Madrid se neg¨® y que la renovaci¨®n por decreto del Concierto resulta vergonzosa. En suma, que obtendr¨¢n lo mismo, pero haci¨¦ndolo pasar por un agravio.
Con lo que la mediaci¨®n de Zapatero para que se traslade lo de la UE a otra partitura parece un pizzicato. Porque la indignaci¨®n nacionalista ya ha ostentado sus verdaderas razones. El propio Larreina entiende que los empresarios vascos, al hablar de lo que costar¨ªa la secesi¨®n, se equivocan dado que tienen, a su juicio, un concepto de naci¨®n propio del siglo XIX. M¨¢s vale que ah¨ª est¨¢ el director de orquesta para ilustrarnos c¨®mo debe ser la naci¨®n del siglo XXI. A tal fin, qu¨¦ obsesi¨®n, vuelve a tararear los michelines. El concepto de patria constitucional de Aznar ser¨ªa como una gorda que se pone piercings y vaqueros para ocultar que sigue siendo la misma dama venerable. Con ello Arzalluz est¨¢ pidiendo, sin darse cuenta, a su n¨¦mesis que entienda la patria como se debe entender, como los vascos entienden que debe ser la patria: la tierra donde se nace -naci¨®n- y la tierra donde se es hijo de los de la tierra, porque patria vienen de padres. Si esto no es un concepto etnicista completamente decimon¨®nico e inspirado por el gran decimonon¨®logo Sabino Arana, que baje Larreina y lo vea. Resulta que la idea de patria del siglo XX propugnada por Habermas en la que se inspirar¨ªa el PP -habr¨¢ que ver hasta qu¨¦ punto- para despojar el patriotismo de la caspa y la peineta raciales, encuentra el desprecio de quien cree que no debe despojarse de nada porque de lo contrario no podr¨ªa defender su propia caspa y su txapela.
Pero, ?c¨®mo lo ve el tercer componente del tr¨ªo? La fanfarria Batasuna empuja a que el PNV y su combo se mantengan en la l¨ªnea soberanista afe¨¢ndoles cualquier conducta que huela a Estatuto para que tiendan ineluctablemente a la independencia. Pero se trata s¨®lo de una parte de la partitura, el resto la ejecutan sus capos. ETA est¨¢ matando para que el PNV y EA permanezcan aislados de cualquier tentativa de formar d¨²os o duetos con el PSE, entendiendo que ya no debe hacer nada para impedir que los forme con el PP pues al menos en eso han progresado, mientras les azuza mediante ertzainas muertos para que no retrocedan un ¨¢pice en su l¨ªnea soberanista.
Si no es posible un programa de m¨¢ximos y de hechos consumados por la v¨ªa Udalbiltza, se conformar¨ªan con que el PNV les llevara aunque fuera por medios legales y m¨¢s lentos hacia la Euskal Herria independiente y soberana. Los tienen por la cinta transportadora que les conducir¨¢ al ma?ana donde podr¨¢n entablar la verdadera lucha por el poder entre nacionalismos a fin de que triunfe y se imponga su postura. Por eso seguir¨¢ matando mientras pueda ya que as¨ª mantiene la cinta transportadora en la l¨ªnea correcta y conserva el poder que le garantizar¨¢ la hegemon¨ªa en el futuro. No verlo es de ciegos. Predicar que ETA dejar¨¢ las armas en cuanto se den pasos firmes hacia la soberan¨ªa es entonar una canci¨®n para dormir no a las piedras, sino a los incautos. Antonio Buero Vallejo escribi¨® El concierto de san Ovidio a fin de mostrar c¨®mo el desaprensivo que ve explota a los ciegos sin importarle la muerte, la ruina y la destrucci¨®n que les causa. Antes bien canturre¨¢ndolas.
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