La chamarra met¨¢lica

El redoble del tambor del soldado Enrique Salvador -tocarlo fue lo ¨²nico ¨²til que aprendi¨® en sus nueve meses de cuartel- sirve de tel¨®n sonoro al reportaje 'Historias de la ¨²ltima mili', emitido el pasado domingo por L¨ªnea 900 (20.30, La 2). 'Es una p¨¦rdida de tiempo y dinero', sentencia.

No es que sea un descubrimiento. Pero el trabajo de David Moncasi y Nacho Rodr¨ªguez es algo menos y algo m¨¢s que el RIP del servicio militar obligatorio. Menos, porque se echa en falta una m¨ªnima documentaci¨®n hist¨®rica sobre este impuesto en especie que ha marcado a millones de espa?oles en los dos ¨²ltimos siglos. M¨¢s, porque sus estampas del ¨²ltimo reemplazo de la mili trazan un cuadro, a veces inquietante, del estado de las Fuerzas Armadas.

Aunque el t¨ªtulo sugiera otra cosa, sus escenas no recuerdan tanto al sargento Arensivia de Iv¨¤ como al instructor de La chaqueta met¨¢lica, de Stanley Kubrick, quien parece haber encontrado un ¨¦mulo en la Escuela de Formaci¨®n de Tropa de Infanter¨ªa de Marina en Cartagena.

Mientras les ense?a c¨®mo 'romper la mand¨ªbula' o 'partir el cuello' al imaginario enemigo, el instructor recrimina a los reclutas por moverse como 'putas nenazas', sin que la presencia de la c¨¢mara parezca inhibirle. Al contrario, se dir¨ªa que se crece en su papel de jefe brutal, zafio y machista. 'Es lo que esperan, el militar duro que est¨¢n acostumbrados a ver en las pel¨ªculas', alega el cabo primero Jos¨¦ Luis Lucas, a quien ser¨ªa dif¨ªcil convencer de que Kubrick film¨® un alegato antimilitarista.

Una virtud del reportaje es prescindir del narrador y dejar toda la voz a los protagonistas. Y algunos son muy elocuentes. Como el soldado Miguel Moreno: 'Yo lo que quer¨ªa', explica mientras pela al rape a un compa?ero, 'era liberar mi ego, pasar de ¨¦l un rato, y aqu¨ª lo consigo, me dicen lo que tengo que hacer, comer, vestir, a qu¨¦ hora me tengo que levantar'.

La obediencia ciega, la obsesi¨®n por tener limpias las botas o saludar correctamente al general tienen poco que ver con un Ej¨¦rcito moderno y profesional. Afortunadamente, el reportaje deja una luz de esperanza a su evoluci¨®n cuando, ya al final, el soldado Pedro Ruiz, el m¨¢s entusiasta del grupo, a quien hemos visto empu?ar dos cetmes imitando a Rambo, confiesa que no ha sido admitido como profesional por problemas psicol¨®gicos. 'Ellos se lo han perdido. Yo habr¨ªa sido un buen soldado', replica. Kubrick habr¨ªa estado de acuerdo.

[L¨ªnea 900 fue seguido el pasado domingo por una media de 1,5 millones de espectadores, con una cuota de pantalla del 11,4%].