Im¨¢genes de im¨¢genes

Esta muestra retoma un viejo discurso fotogr¨¢fico (posiblemente periclitado a estas alturas) que analiza las divergencias existentes entre realidad y el infinito universo de posibilidades de manipulaci¨®n de la 'verdad' fotogr¨¢fica. Lo cual evidencia que, a veces, 'las im¨¢genes se convierten en intermediarias entre los hombres y los dioses', como explica el comisario de la muestra Alejandro Castellote, citando a Juan Jos¨¦ Mart¨ªnez. Y lo hacen, trazando un puente similar al de los 'textos del Concilio de Trento que manifiestan la importancia que la Iglesia siempre ha otorgado a la imaginer¨ªa: porque para ella es necesario defenderlas y conservarlas, ya que el honor que se rinde a las im¨¢genes se dirige a los originales que representan (...), si sustituimos los dioses por l¨ªderes, Iglesia por Estado, y saltamos en el tiempo hasta la actualidad, comprobamos que esa capacidad de intermediaci¨®n se mantiene', tanto en el documento como en el imaginario fant¨¢stico.

La totalidad de la obra expuesta bajo el gen¨¦rico La subversi¨®n de la realidad no deja de ser un repertorio de 'im¨¢genes de im¨¢genes' realizado por cinco autores cuya producci¨®n nada tiene en com¨²n entre s¨ª, pero que sin embargo, ahora, colocadas en sala establecen un congruente di¨¢logo entre ellas. As¨ª, Mart¨ª Llorens (Barcelona, 1961), Isabel Flores (Santa Cruz de Tenerife, 1971), Aitor Ortiz (Bilbao, 1971), ?ngel Marcos (Medina del Campo, 1955) y Vari Caram¨¦s (Ferrol, 1953) utilizan la c¨¢mara como un instrumento cuya funci¨®n esencial no consiste en el registro de lo emp¨ªrico, 'sino el resultado de la puesta en escena con su representaci¨®n como ¨²nico prop¨®sito'. Para Caram¨¦s, la fotograf¨ªa perdi¨®, desde hace a?os, su car¨¢cter representativo cambi¨¢ndolo por el universo de lo sugerente. Mart¨ª Llorens e Isabel Flores recurren a lo literario de una historia reinventada cuyas tomas precisan textos. Llorens reconstruye un frente de nuestra pasada contienda civil protagonizado por burocr¨¢ticas fichas fotogr¨¢ficas de milicianos, acotadas mecanogr¨¢fica y caligr¨¢ficamente. Flores lo hace con lo sepia de sus gelatinobromuros virados al t¨¦, remiti¨¦ndonos a un viaje imaginario ?ngel Marcos busca los referentes en el mundo urbano de las pantallas y las cajas de luz publicitarias y Aitor Ortiz juega geom¨¦tricamente con los laberintos del espacio.