'Los ecuatorianos que trabajamos aqu¨ª somos clase media, la gente pobre no puede salir'
P. ?Cu¨¢nto ahorran? - R. Somos austeros, queremos volver pronto y vivimos con treinta mil pesetas al mes.
Hern¨¢n Constante naci¨® en la Amazon¨ªa ecuatoriana hace 33 a?os. Trabaja en una explotaci¨®n agr¨ªcola de la Ribera y vive en Valencia, en compa?¨ªa de una hermana y de un hermano. Est¨¢n felices porque han conseguido que su madre venga a pasar unas semanas con ellos. Es el presidente de la Asociaci¨®n de Inmigrantes Ecuatorianos y Latinoamericanos Rumi?ahui (asielru@latimail.com), que junto a las asociaciones de inmigrantes argelinos y marroqu¨ªes ha denunciado el acoso policial al que se ven sometidos estos d¨ªas.
Pregunta. ?A qu¨¦ se dedicaba en Ecuador?
Respuesta. Estudiaba el ¨²ltimo curso de derecho. Despu¨¦s de tremendo esfuerzo me cost¨® dejarlo
P. ?Su familia lo necesitaba?
R. S¨ª, pero no es nada raro. Los emigrantes ecuatorianos somos de clase media. Realmente la gente pobre pobre no puede salir para ac¨¢ a trabajar. En su gran mayor¨ªa somos gente profesional o casi profesional, hay cientos y miles de maestros, hay universitarios como mi persona, hay enfermeras, gente con educaci¨®n. Pero tampoco nos denigra el hecho de venir a trabajar en el campo. Sabemos a lo que venimos, pero queremos percibir un salario en igualdad con el de un ciudadano espa?ol y recibir un trato digno, con un contrato y con todas las garant¨ªas sociales.
P. ?Por qu¨¦ la asociaci¨®n lleva el nombre de Rumi?ahui, un caudillo inca que se luch¨® contra los conquistadores espa?oles?
R. Reivindicamos a un h¨¦roe que fue capaz de enfrentarse en desigualdad de condiciones al genocidio que se cometi¨®. Es algo que nos impulsa a mantener latente en s¨ª una bravura enfocada hacia mejores d¨ªas, mas no para enfrentarnos con las cosas del pasado.
P. ?Qu¨¦ es la operaci¨®n Ludeco?
R. Una operaci¨®n policial que generaliza en el colectivo colombiano y ecuatoriano la ola de delincuencia que azota el territorio espa?ol y que nos identifica como los causantes. Responde a una pol¨ªtica del Gobierno para criminalizar a la emigraci¨®n, cuando la gran mayor¨ªa estamos contribuyendo con nuestro trabajo a generar riqueza.
P. ?En qu¨¦ medida es una violaci¨®n de los derechos fundamentales?
R. Este dispositivo policial incluso violenta la propia Ley de extranjer¨ªa en lo que se refiere a actos discriminatorios por el hecho de se?alar a un colectivo espec¨ªfico por la procedencia, el color o la religi¨®n. Todos estamos bajo sospecha violentando un principio constitucional y de derechos humanos fundamental, cual es la presunci¨®n de inocencia y la libre circulaci¨®n de personas. Creemos que adem¨¢s crea racismo.
P. ?D¨®nde se producen los controles?
R. Fundamentalmente en la calle, por las ma?anas, por ejemplo, en las salidas del metro se pide la identificaci¨®n.
P. ?Qu¨¦ efectos tiene?
R. Es un asedio que conduce al p¨¢nico y dificultar¨¢ la integraci¨®n porque la gente comenzar¨¢ a esconderse por nerviosismo.
P. ?Usted ha sentido la xenofobia?
R. Tenemos muchos problemas para conseguir que los empresarios nos den de alta en la Seguridad Social. En la calle, aqu¨ª en Valencia, no ha habido una expresi¨®n de rechazo, cosa que s¨ª que sucede en Barcelona y Alicante.
P. ?Las relaciones con los sindicatos espa?oles han sido buenas?
R. El contacto con ellos ha sido fundamental: por ejemplo saber el tel¨¦fono de un abogado de CC OO al que poder llamar en el caso de que te detengan. Tambi¨¦n de UGT y de la Casa de la Caridad, a la que a veces ha habido que ir para servirse un bocado. Uno se deambula tratando de buscar una protecci¨®n. Excepto que tengas familia, cuando llegas s¨®lo, de alguna manera, te quedas ciego y buscas tener a alguien a quien acudir.
P. ?Cu¨¢nto suele ahorrar un emigrante?
R. Los que tenemos documentaci¨®n podemos hablar de un salario m¨ªnimo de cien mil pesetas. La gente que efectivamente quiere ahorrar, con treinta mil pesetas al mes puede vivir, puede alquilarse una habitaci¨®n por diez mil pesetas y el resto se gasta en comida, por lo que se puede enviar entre sesenta mil y setenta mil pesetas.
P. Es muy poco gasto.
R. S¨ª, lo que pasa es que nuestra comida tampoco tiene mucha variedad porque nosotros nos alimentamos de arroz y lo acompa?amos con carne, o con patatas o con huevo. Eso s¨ª, hay que ajustarse el cintur¨®n, porque lo que queremos es irnos pronto, all¨¢ nos esperan muchas cosas y tratamos de ser austeros.
P. Para su pa¨ªs se han convertido en una f¨¢brica de divisas.
R. Somos cuatro millones de emigrantes y con la ca¨ªda del petr¨®leo hemos pasado a ser el primer flujo de ingresos del pa¨ªs. Estamos en una contradicci¨®n: nosotros cuando volvamos queremos encontrar el pa¨ªs de otra manera, que haya trabajo, bienestar, educaci¨®n para todos y sin embargo, mientras nosotros ingresamos fuertes sumas de dinero, los banqueros sacan sus fondos para Suiza y para Miami.
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