Cuerda de presos en Tora Bora

Para los vecinos de Agam fue todo un espect¨¢culo. Dieciocho militantes de Al Qaeda, capturados durante el asedio al ¨²ltimo santuario de la organizaci¨®n en Afganist¨¢n, fueron obligados ayer por sus captores a desfilar delante de la prensa internacional y de todos los habitantes de esta aldea cercana a Tora Bora. En palabras de uno de los l¨ªderes muyahidin de la Alianza del Este, Haji Zahir, se trataba de demostrar que est¨¢n cumpli¨¦ndose 'las leyes internacionales y la Convenci¨®n de Ginebra'.

Primero les toc¨® el turno a los extranjeros, que posaron de uno en uno en una arboleda situada junto a la casa de adobe donde est¨¢n encarcelados. Algunos apenas pod¨ªan sostenerse en pie y necesitaron ayuda de sus captores para salir del calabozo y acercarse a las c¨¢maras. Casi todos agachaban la cabeza y varios se taparon la cara con las manos para no ser reconocidos. S¨®lo uno de ellos, un joven vestido con un pa?uelo de estilo palestino, sonri¨® a los periodistas en actitud desafiante e hizo brevemente con dos dedos la se?al de la victoria.

Algunos apenas pod¨ªan sostenerse en pie y otros ten¨ªan manchas de sangre en sus ropas

Los prisioneros, cuyas edades oscilan entre los 18 y los 60 a?os, est¨¢n siendo aparentemente bien tratados, aunque alguno de ellos estaba visiblemente herido y ten¨ªa manchas de sangre en sus ropas.

Varias gallinas revoloteaban en torno a los seguidores de Osama Bin Laden, mientras los ni?os de la aldea presenciaban sonrientes la escena desde los tejados de las casas pr¨®ximas. Algunos mayores no lo encontraban tan divertido. 'Son musulmanes, como nosotros', dijo un vecino de mediana edad con gesto contrariado. 'No me gusta verlos as¨ª'. En las calles de Agam, como en tantos pueblos afganos, no se ve¨ªa una sola mujer.

Un comandante muyahidin con un radiotel¨¦fono en la mano coordinaba la operaci¨®n, mientras sus hombres manten¨ªan a raya a los periodistas. Alineados tras una cuerda roja, los informadores pugnaban por obtener las mejores im¨¢genes de los presos. 'Al que se pase de la cuerda, le pego un tiro', advirti¨® uno de los muyahidin.

Despu¨¦s les toc¨® el turno a nueve talibanes, que fueron presentados en bloque. Los afganos est¨¢n encarcelados en un lugar distinto y ten¨ªan mejor aspecto que los extranjeros. En apariencia, no se diferenciaban en absoluto de cualquier habitante de la aldea.

Agam, cuartel general de los muyahidin de la Alianza del Este, estaba de fiesta ayer, segundo d¨ªa posterior al mes sagrado del Ramad¨¢n. Situada a s¨®lo 10 kil¨®metros de Tora Bora, la aldea estuvo en manos de los talibanes hasta hace s¨®lo dos semanas.

Los comandantes no precisaron las nacionalidades de los prisioneros ni explicaron en qu¨¦ circunstancias se produjo su captura. Pero Hazo Bellah, un muyahidin que ha combatido contra los seguidores de Bin Laden en las ¨²ltimas semanas, dio algunos detalles sobre la operaci¨®n: 'Los rodeamos. Ellos ten¨ªan una metralleta y un lanzagranadas. Matamos a uno y finalmente los capturamos. Algunos lloraban y gritaban en ¨¢rabe algo que no entend¨ªamos'.

?Qu¨¦ har¨¢n con los prisioneros? Haji Zahir no fue muy preciso al ser preguntado sobre el asunto y se limit¨® a decir que la shura de Jalalabad, formada por notables, l¨ªderes religiosos y comandantes de la zona, tomar¨¢ la decisi¨®n que estime pertinente.