Olor a ciudad
Sobreviviendo a la saturaci¨®n del estilo buen rollito, la banda del barcelon¨¦s Dani Carbonell presenta en directo las canciones de su segundo elep¨¦, Rumbo submarino, tratando de hallar una salida musical a la ya gastada estela de Mano Negra. En ese sentido, parece que el numeroso combo lo ha conseguido enfilando la senda del jazz latino, con matices urbanos y descargas instrumentales casi al estilo de los a?os setenta, aunque uni¨¦ndolas siempre a esa herencia hip hop que a la banda le corresponde por intenci¨®n. Movi¨¦ndose siempre a velocidad acelerada, el grupo enfil¨® la recta de sus temas m¨¢s conocidos y de las canciones nuevas con parada en todos los estilos musicales de matiz caribe?o posibles y profusi¨®n de desarrollos mel¨®dicos y r¨ªtmicos a cargo de vientos y percusiones. Hasta dos cantantes apoyaron en diversos tramos del concierto la voz del solista Daniel y el p¨²blico goz¨® una vez m¨¢s de esa visi¨®n de libertad en forma de fiesta r¨ªtmica que se produce al lanzarse uno a bailar Gacho pele¨®n, Pirata de agua salada o Incomunicado.
Macaco
Daniel Carbonell (voz), Martin Fus (guitarra y voces), Sebasti¨¢n Su¨¢rez (bajo), Jos¨¦ Antonio Mato (bater¨ªa), Marc Artis (voz y samplers), Wicho Rodr¨ªguez (piano), Denis el Huevo (trompeta), Alexandro Lustosa y Peto Bedoya (percusi¨®n). Sala Arena. 2.000 pesetas. Madrid, 18 de diciembre.
El sonido del grupo ha sufrido tambi¨¦n un tratamiento lleno de efectos, con lo cual tampoco se abusa de clich¨¦s caribe?os. Hay algo que huele a ciudad en la m¨²sica de este Macaco rebelde y nervioso, que recuerda a barrio portuario de calles oscuras y mil razas mezcladas a la espera de un destino m¨¢s amable.
Con respecto a anteriores presentaciones de Macaco en la capital, se nota la experiencia acumulada en un mont¨®n de conciertos, as¨ª como la perfecta compenetraci¨®n de elementos que hacen de esta numerosa formaci¨®n una correcta maquinaria que factura ritmo y armon¨ªa a partes iguales. Eso lo agradeci¨® el p¨²blico, dispuesto en todo momento a participar en el ambiente de fiesta que el grupo dispone con sus sonidos mestizos. El final de fiesta tuvo ese componente de verbena revolucionaria que resulta imprescindible a todos aquellos grupos que nacieron al calor de Manu Chao y su mezcolanza musical rebelde. Afortunadamente, Macaco parece tener m¨¢s armas musicales para defenderse.
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