Anabel Medina se abre paso
A sus 19 a?os, la tenista valenciana vive su gran momento al ganar el Masters Nacional tras derrotar a Arantxa y Conchita
?Anabel? 'S¨ª, por favor. El WTA Tour me inscribi¨® en el libro de jugadoras como Ana Isabel, pero me suena raro. En casa siempre me han llamado Anabel'. Medina Garrigues, ?por qu¨¦ los dos nombres? 'Porque, cuando se habla de m¨ª, me gusta que la gente se acuerde tambi¨¦n de mi madre'.
Anabel Medina Garrigues tiene 19 a?os y ayer vivi¨® el d¨ªa m¨¢s feliz de su a¨²n corta carrera como tenista profesional. ?El motivo? La mediana de una familia de tres hermanos afincada en Torrent, a 10 kil¨®metros de Valencia, consigui¨® imponerse a Marta Marrero en la final del Masters Nacional. La gan¨® por 6-2, 6-7 (4-7) y 6-4 tras m¨¢s de dos horas de partido y se proclam¨® maestra ante unos 4.000 espectadores en el Palau Sant Jordi, de Barcelona.
'La satisfacci¨®n fue enorme', confiesa; 'desde que ¨¦ramos cadetes, nunca hab¨ªa conseguido superar a Marta. Y, por otra parte, lo logr¨¦ justo en un gran torneo. Siento una gran alegr¨ªa. Y espero que esta victoria sea el inicio de una nueva etapa en mi carrera deportiva'.
Lo que realmente da valor al ¨¦xito de Anabel en este Masters es m¨¢s el hecho de haber superado a Arantxa S¨¢nchez y Conchita Mart¨ªnez en su trayectoria hacia la final que el de haber concluido como campeona. De haber ganado, a Marrero se le habr¨ªa colgado el sambenito de que Anabel le hab¨ªa limpiado el camino.
Pero no fue as¨ª. Medina demostr¨® m¨¢s car¨¢cter durante el torneo y en la final. Gan¨® porque busc¨® la victoria con m¨¢s decisi¨®n que la canaria. Dio m¨¢s profundidad a su juego, busc¨® m¨¢s angulaciones, rompi¨® el ritmo con dejadas y encontr¨® la red cuando le hizo falta. Marrero fue probablemente demasiado conservadora. Su error fue no valorar el car¨¢cter arrebatado de su rival.
'Tengo mal car¨¢cter', confiesa Anabel; 'o mejor: tengo mala leche. Y eso me perjudica a veces y tengo que controlarlo, pero en otras ocasiones me da la garra necesaria para superar situaciones dif¨ªciles o para seguir arriesgando cuando las cosas no funcionan como hoy'.
Este car¨¢cter lo arrastra desde que cogi¨® la raqueta a los siete a?os en el Club Deportivo Saladar. Su padre jugaba al front¨®n. Pero ella prefiri¨® el tenis. Comenz¨® a entrenarse en la escuela del club con Salvador Ros. Y destac¨®. ?Vaya si destac¨®! Pero no s¨®lo por su tenis. El primer d¨ªa de entrenamiento se olvid¨® las zapatillas deportivas y jug¨® con zapatos de calle. '?Qu¨¦ verg¨¹enza!', recuerda.
Sin embargo, aquello qued¨® pronto olvidado, puesto que el tenis se convirti¨® en una aut¨¦ntica pasi¨®n para ella. Se divert¨ªa en la pista, pero sufr¨ªa en los torneos. La tensi¨®n lleg¨® a ser tan fuerte que sus padres tomaron una decisi¨®n. 'As¨ª no puedes seguir', le dijeron; 'si no te diviertes, olv¨ªdate del tenis'. Y lo hizo. Ten¨ªa 11 a?os. 'Pero yo no pod¨ªa dejar aquello. Era mi mundo'. Durante seis meses no pis¨® las pistas. 'Pero en casa me paseaba por los pasillos haciendo saques, jugando reveses o haciendo drives', explica divertida; 'me gustaba demasiado todo aquello. Y volv¨ª'.
Regres¨® al tenis convencida de que ser¨ªa profesional. Y sus primeros ¨¦xitos a nivel nacional, finalista en el nacional cadete y junior, le abrieron la opci¨®n de desplazarse al grupo de ¨¦lite de la federaci¨®n espa?ola en el CAR de Sant Cugat: 'Prefer¨ª quedarme en casa y entrenarme con la valenciana, que igual¨® la oferta. Mejor en casa que en ning¨²n lado'.
Y la idea funcion¨®. En Valencia cuenta con un grupo de jugadoras como Marian Ram¨®n y Mar¨ªa Jos¨¦ Mart¨ªnez, 'una de mis mejores amigas desde que formamos doble el pasado mes de enero', y con varios chicos cadetes. 'Funciona', afirma. Y es cierto. El a?o pasado fue campeona de Espa?a absoluta y esta temporada acaba de ganar su primer t¨ªtulo en Palermo y con Mart¨ªnez fue campeona del doble junior en Roland Garros 2000 y de los torneos de Bol, Basilea, Oporto y Acapulco.
'?Igualar a Arantxa y Conchita? Eso es muy dif¨ªcil. Este Masters demuestra que tanto Marta como yo estamos ah¨ª. Pero ganar un grande y mantenerse arriba no es cosa de dos d¨ªas'. Anabel promete.
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