El precio de la miseria
Un joven valenciano relata su experiencia en aldeas rurales de la India como cooperante de la Fundaci¨®n Vicente Ferrer
Jos¨¦ Moscard¨® esperaba en la entrada de un centro sanitario situado en una aldea del distrito de Anantapur de la India a una de las m¨¦dicos cuando un veh¨ªculo lleg¨® al lugar a toda velocidad. Corri¨® al coche y abri¨® la puerta, pero el fuerte hedor a pesticida que emanaba del hombre que yac¨ªa tumbado en el asiento trasero le ech¨® hacia atr¨¢s. Cogi¨® al hombre y lo llev¨® al centro. 'D¨¦jale en la camilla porque va a morir', le coment¨® David, el m¨¦dico argentino responsable del centro de salud, nada m¨¢s verlo. El hombre ten¨ªa unos 33 a?os y se hab¨ªa suicidado ingiriendo herbicida. La experiencia que Jos¨¦ acababa de vivir marc¨® un antes y un despu¨¦s de su estancia en la India.
Jos¨¦ lleg¨® a este pa¨ªs para participar en uno de los proyectos que la Fundaci¨®n Vicente Ferrer desarrolla en la paup¨¦rrima provincia de Anantapur, donde reside la casta m¨¢s baja y miserable de la India, los conocidos como intocables. Este valenciano de 29 a?os, ingeniero agr¨ªcola de profesi¨®n, hab¨ªa obtenido una beca del Fons Valenci¨¤ de la Solidaritat para colaborar en el proyecto ecol¨®gico que la fundaci¨®n promueve en este territorio, con el objetivo de paliar los devastadores efectos de la sequ¨ªa en la zona. A esta tarea, que contempla la construcci¨®n de cuencas hidrogr¨¢ficas, pozos, plantas de biog¨¢s y la introducci¨®n de nuevos cultivos, entre otros proyectos, se hab¨ªa dedicado desde su llegada a la India el pasado junio. Pero la escena que presenci¨® en el centro hospitalario le mostr¨® una realidad para ¨¦l, hasta ese momento, desconocida que le perseguir¨ªa desde entonces.
'Me interes¨¦ por cu¨¢ntos casos como el de ese hombre se hab¨ªan dado en la zona, y fui descubriendo que se hab¨ªan dado situaciones parecidas con anterioridad', recuerda. 'No exist¨ªan estad¨ªsticas, ni el gobierno se hab¨ªa preocupado por el tema'. Los casos, adem¨¢s, 'se daban cuando las cosechas eran malas'. Jos¨¦ fue atando hilos, y en una revista descubri¨® un dato revelador, en el ¨²ltimo a?o se hab¨ªan dado unos 500 casos de campesinos muertos por suicidio. 'Los campesinos se ven obligados a pedir pr¨¦stamos para pagar las semillas y el abono de los campos. Si un a?o la cosecha no va bien la deuda aumenta. Entonces deciden hipotecar la tierra', comenta Jos¨¦. Estos hombres llegan a veces a situaciones extremas, incapaces de asumir la deuda. 'En la India la deuda es personal e intransferible. Si el deudor muere su familia no pierde la tierra y la deuda est¨¢ saldada'. Esto explica el alto ¨ªndice de suicidios de agricultores en la zona. Sacrifican su propia vida para sacar a su familia del fondo del pozo de la miseria.
Jos¨¦ ha regresado a Valencia tras cinco meses de estancia en la India. Hace unos d¨ªas estuvo en Gandia para contar su experiencia. El ayuntamiento gandiense participa en el programa de cuencas hidrogr¨¢ficas que la fundaci¨®n inici¨® hace un a?o. El pr¨®ximo mes de enero volver¨¢ a la India con un nuevo proyecto en mente dirigido a evitar los suicidios entre los campesinos de la regi¨®n. Para ello est¨¢ dise?ando un programa de huertos familiares, que ya han empezado a implantarse en algunas aldeas con ¨¦xito, y que espera extender en unos cinco mil hogares. Jos¨¦ ya ha desarrollado un programa similar en los centros para ni?os discapacitados ps¨ªquicos y f¨ªsicos en Bathalapalli y Kalyandurg, con la creaci¨®n de peque?os huertos en bancales profundos que son cultivados por los propios ni?os. Una actividad terap¨¦utica que adem¨¢s les proporciona un aporte vitam¨ªnico a su pobre dieta alimenticia diaria, sustentada en el arroz y el cacahuete. 'Muchos de los casos de ceguera y raquitismo que se dan entre los menores de esta regi¨®n se deben a su deficiente nutrici¨®n', relata.
Jos¨¦ cont¨® la historia de estos ni?os a uno de los profesores del colegio p¨²blico La Encarnaci¨®n de Torrent, que recientemente se ha hermanado con el centro de discapacitados de Kalyandurg. De las aulas del centro valenciano salen estos d¨ªas paquetes de plantas arom¨¢ticas, cuya venta ir¨¢ destinada al colegio indio. La beca de Jos¨¦ Moscard¨® expira en mayo, pero el joven valenciano, aunque rehuye hacer planes de futuro, tiene multitud de proyectos en mente. 'La Providencia (pilar de la fundaci¨®n Vicente Ferrer) dir¨¢', augura.
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