Sharon contra Palestina
El Gobierno israel¨ª, en opini¨®n de la autora, identifica su lucha contra los palestinos con la que EE UU realiza contra el terrorismo.
Desde los atentados terroristas del 1 y 2 de diciembre pasados, Ariel Sharon declar¨® a la Autoridad Nacional Palestina como una 'organizaci¨®n que apoya el terrorismo' y acus¨® a Yasir Arafat de 'ser el responsable de la situaci¨®n actual' y de ser 'el gran obst¨¢culo para la paz y la estabilidad en el Oriente Pr¨®ximo', iniciando una ofensiva militar radical contra la Autoridad Palestina. Asimismo, el Gobierno israel¨ª, desde su perspectiva, ha realizado una identificaci¨®n total entre su lucha y la lucha de EE UU contra el terrorismo, y, en consecuencia, ha reclamado su 'leg¨ªtima defensa' para actuar libremente contra los terroristas y los que apoyan el terrorismo, e incluso Ariel Sharon, en su discurso a la naci¨®n del 3 de diciembre, utiliz¨® los mismos registros y las mismas palabras que el presidente Bush (declaraci¨®n de la 'guerra contra el terrorismo' utilizando 'todos los medios a su disposici¨®n', afirmaci¨®n de que no ser¨¢ una guerra 'corta ni f¨¢cil'), y recurri¨® igualmente a la fibra patri¨®tica ante los ciudadanos israel¨ªes ('el objetivo de los terroristas y de los que los apoyan es expulsar a los israel¨ªes del pa¨ªs, hacernos caer en la desesperaci¨®n e impedirnos ser un pueblo libre en nuestro pa¨ªs'..., 'ciudadanos de Israel, esto no ocurrir¨¢').
No hay que olvidar las condiciones que Israel ha generado para llegar a la situaci¨®n actual
EE UU cerr¨® filas con Israel y, sin ni siquiera una llamada a la moderaci¨®n, reconocieron el derecho de Israel a responder, conminando en¨¦rgica y categ¨®ricamente a Arafat a poner fin a dichos atentados. De hecho, los americanos lo ¨²nico que han pedido a Sharon es que no mate a Arafat.
De esta manera, el Gobierno israel¨ª pretende centrar y encapsular toda la cuesti¨®n en la existencia de un terrorismo palestino, convirti¨¦ndolo en 'el' problema y forzando un estado de amnesia colectiva sobre las causas que lo engendran y sobre el terrorismo de Estado que Israel lleva a cabo en los territorios ocupados palestinos. Lamentablemente, hay mucha violencia y muchos muertos inocentes en las dos partes, aunque no se debe olvidar que son muchos m¨¢s los del lado palestino, como tampoco se debe olvidar la perspectiva hist¨®rica del conflicto ni ignorar todas las condiciones que Israel ha generado sobre el terreno para desembocar en la violencia actual, y que tiene un solo nombre: una larga y cruel ocupaci¨®n colonial de los territorios palestinos. El reciente testimonio de Nourit Elkhaman, hija del general israel¨ª Matti Peled, que perdi¨® una hija en un atentado en 1997, no puede pasar inadvertido: 'La m¨¢quina de adoctrinamiento israel¨ª logra presentar estos atentados desconectados de toda la realidad israel¨ª. Hay 'asesinos ¨¢rabes' y 'v¨ªctimas israel¨ªes'. Pero quien tiene memoria... sabe que estos atentados no son m¨¢s que los ¨²ltimos de una cadena de espantosos acontecimientos sangrientos que ocurren desde hace 34 a?os y que no tienen m¨¢s que una raz¨®n: una ocupaci¨®n cruel. Una ocupaci¨®n que significa humillaci¨®n, hambre, imposibilidad de ganarse la vida, demolici¨®n de casas, destrucci¨®n de campos, asesinatos de ni?os, encarcelamiento de menores sin proceso en condiciones abominables...' (Le Monde, 5 de diciembre de 2001).
Es evidente que la estrategia de Sharon se basa en una manifiesta b¨²squeda de escalada militar para someter a los palestinos, cueste lo que cueste, y forzarlos a aceptar un miniEstado bajo total control israel¨ª, en tanto que Israel se anexionar¨ªa una determinante parte de los territorios palestinos, que de hecho ya tiene colonizados a trav¨¦s de los asentamientos (el 60% del territorio de Cisjordania y Gaza) y de la red de inmensas autopistas que los comunican. Ese Estado-bantust¨¢n es necesario para Israel, porque existen tres millones y medio de personas de poblaci¨®n palestina que no quiere evidentemente absorber. Quiere la tierra, pero no a su poblaci¨®n (el dilema del mito fundador sionista y el origen de la tragedia del pueblo palestino). De ah¨ª que la actual pol¨ªtica israel¨ª consista en debilitar a Arafat, para apoyarse en ese debilitamiento, y acusarlo de ineficaz en la contenci¨®n de los atentados suicidas, a la vez que el Ej¨¦rcito israel¨ª inicia una nueva escalada en los territorios ocupados para debilitarlo a¨²n m¨¢s y llevar la situaci¨®n a un nuevo punto en que Israel dice que tiene que 'actuar' de manera m¨¢s radical.
Porque lo que es evidente es que Sharon plantea condiciones imposibles a Yasir Arafat para que ponga fin a 'toda la violencia', en tanto que ¨¦l mismo no rebaja un ¨¢pice la violencia que ejerce con un ej¨¦rcito que es uno de los mejores del mundo. Como tambi¨¦n fue evidente que mientras Sharon reclamaba a Arafat que controlase los ataques terroristas, el asesinato de Mahmud Abu Hanud, l¨ªder carism¨¢tico de Ham¨¢s, vino a torpedear exactamente esa labor. Desde el 11 de septiembre se hab¨ªa abierto una actividad negociadora entre la Autoridad Palestina y los l¨ªderes pol¨ªticos de Ham¨¢s que llev¨® a un cierto entendimiento a favor de una contenci¨®n de ataques contra Israel en la consideraci¨®n de que calmar los ataques suicidas ayudar¨ªa a mostrar la posici¨®n de los palestinos como contrarios al terrorismo y reforzarlos internacionalmente. Y, de hecho, desde esa fecha se hab¨ªa dado un significativo descenso en el n¨²mero de operaciones y ataques llevados a cabo por Ham¨¢s. Sin embargo, los responsables israel¨ªes no quisieron en ning¨²n sentido valorar esta circunstancia teniendo alguna iniciativa, relajando la diaria guerra de desgaste que ejerce sobre la poblaci¨®n palestina que permitiese profundizar en la contenci¨®n de la violencia. Por el contrario, las acciones militares israel¨ªes contra los palestinos se recrudecieron hasta desembocar en el asesinato del l¨ªder de Ham¨¢s el 23 de noviembre, la v¨ªspera de la llegada de los emisarios norteamericanos a la regi¨®n enviados por Colin Powell para tratar de llevar a las partes al di¨¢logo, y desencaden¨¢ndose lo que todos tem¨ªamos que ocurriera a continuaci¨®n, la organizaci¨®n de ataques terroristas en respuesta.
Es decir, el Gobierno israel¨ª ha creado un c¨ªrculo vicioso del que saca partido: cualquier intento de contener el terrorismo por parte de la Autoridad Palestina es torpedeado por Israel con nuevos asesinatos, invasiones militares o bombardeos, que conducen sistem¨¢ticamente a una nueva bomba suicida, despu¨¦s de la cual se acusa a Arafat de ser responsable del terrorismo y se le fuerza a enfrentarse a su propia poblaci¨®n. Asimismo, cuando Arafat ha logrado que Ham¨¢s y Yihad acepten contener los ataques suicidas para no caer en un marco catastr¨®fico de guerra civil palestina, Sharon sigue acosando y sitiando a la poblaci¨®n civil palestina con sus tanques y helic¨®pteros Apache, sin reducir lo m¨¢s m¨ªnimo las acciones militares y la guerra de desgaste cotidiana ni dar el m¨¢s m¨ªnimo signo para debilitar la violencia y entrar en la negociaci¨®n. Por el contrario, el Gobierno israel¨ª acaba de sitiar definitivamente a toda la poblaci¨®n palestina prohibi¨¦ndoles utilizar los aeropuertos israel¨ªes, lo que significa aislarlos del mundo. Unido a esto, Sharon contin¨²a ordenando al Ej¨¦rcito israel¨ª atacar, asesinar o detener a cuantos palestinos quiere bajo la acusaci¨®n de ser terroristas, siendo la ¨²nica evidencia de ello la dudosa palabra de Sharon que se erige en fiscal, juez y jurado. Sin duda, es un ¨²til recurso para seguir impunemente provocando la c¨®lera palestina, su desesperaci¨®n y sometimiento constante a castigos colectivos, ante el indigno silencio c¨®mplice de todos los que tienen poder para impedirlo. ?Qu¨¦ paz se va a poder construir con un primer ministro israel¨ª que act¨²a como un oficial del Ej¨¦rcito en una guerra colonial? ?Con una clase pol¨ªtica israel¨ª entre la cual las posiciones a favor de medidas ultrarradicales, que anta?o representaban a la extrema derecha, se escuchan cada vez m¨¢s entre pol¨ªticos considerados hasta ahora m¨¢s moderados? ?Qu¨¦ m¨¢s esperan EE UU y la Uni¨®n Europea para actuar con firmeza, llamar las cosas por su nombre, proteger a la poblaci¨®n palestina y afrontar el conflicto en su verdadera dimensi¨®n, internacionaliz¨¢ndolo a trav¨¦s de la ONU y aplicando sus resoluciones?
Por parte palestina, Yasir Arafat deber¨ªa de una vez por todas mostrar que es capaz de ser un l¨ªder digno para los palestinos aprovechando la decisi¨®n de contenci¨®n de Ham¨¢s y Yihad, y junto con la nueva generaci¨®n de l¨ªderes de Al Fatah, agrupar a todos los sectores pol¨ªticos para dar coherencia a la movilizaci¨®n palestina desarrollando una estrategia -y no simples t¨¢cticas err¨¢ticas y desconcertantes para los propios palestinos, como en muchas ocasiones ha hecho- que generase un movimiento pol¨ªtico fuerte y unido dirigido m¨¢s hacia la resistencia civil que hacia la violencia. Sin olvidar establecer lazos consistentes con quienes defienden la paz y la negociaci¨®n en Israel y un trabajo intensivo a todos los niveles de la comunidad internacional, porque, sin un apoyo determinante de ¨¦sta, el futuro para los palestinos es cada d¨ªa m¨¢s incierto.
Gema Mart¨ªn Mu?oz es profesora de Sociolog¨ªa del Mundo ?rabe e Isl¨¢mico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid.
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