El hijo 'yuppy' del Tigre de las Nieves
Jamling Tenzing Norgay narra su subida al Everest en 'M¨¢s cerca de mi padre'
'Las condiciones no parecen favorables. Esta temporada hay algo maligno en la monta?a'. Jamling Tenzing Norgay sinti¨® como si recibiera un pu?etazo en el est¨®mago al o¨ªr los augurios de Gesh¨¦ Rimpoch¨¦, un lama respetado del budismo tibetano. A Jamling, a sus 30 a?os, se le vino el mundo abajo en el invierno de 1996. So?aba desde a?os con el Everest, el techo del mundo, y si no iba, sab¨ªa que lo lamentar¨ªa el resto de su vida. Era su ¨²ltima oportunidad. Desde ni?o hab¨ªa o¨ªdo hablar de la hist¨®rica ascensi¨®n de su padre, Tenzing Norgay Sherpa, con el neozeland¨¦s Edmund Hillary, en 1953. Las adivinaciones del monje asustaron a Jamling. Educado en una familia religiosa, era consciente del riesgo que corr¨ªa por preguntar a los lamas. Ten¨ªa grabada en su memoria las palabras que de ni?o le dijo su padre: 'Hijo, cuando pidas una profec¨ªa, hay que estar dispuesto a guiarse por la respuesta'. Estos y otros muchos recuerdos los cuenta en el libro M¨¢s cerca de mi padre (RBA), que recientemente ha presentado en Barcelona.
'Yo escal¨¦ el Everest para que t¨² no tuvieras que hacerlo', le dijo su padre
Paralizado por el presagio, Jamling no pod¨ªa esperar otros 12 a?os para cumplir su sue?o. El Everest era una obsesi¨®n que le imped¨ªa conciliar el sue?o. La fama de su padre, un h¨¦roe en Nepal, se hab¨ªa convertido en una carga para ¨¦l y sus hermanos. Fue 'un hombre estricto y disciplinado', seg¨²n cuenta Jamling, que nunca dio la espalda a sus obligaciones como el s¨ªmbolo de la esperanza y de la inspiraci¨®n para millones de indios, nepaleses y tibetanos que era. Jamling recuerda que su padre dejaba sola a su familia durante meses. 'Estas ausencias me dol¨ªan mucho cuando era peque?o, porque quer¨ªa seguir sus pasos y estar con ¨¦l'.
A los 18 a?os, a punto de terminar sus estudios de ense?anza media en el colegio Saint Paul's, en Darjeeling, uno de los internados privados m¨¢s elitistas de India, se le present¨® la ocasi¨®n de integrarse en una expedici¨®n india al Everest. Pero Tenzing -'siempre pap¨¢', susurra- se neg¨® en redondo. 'No est¨¢s preparado', le dijo de manera brusca. 'Esos hombres s¨ª lo est¨¢n y t¨² no tienes experiencia'. Jamling suplic¨® y suplic¨® en vano. Tenzing fue a¨²n m¨¢s terminante: 'Yo escal¨¦ el Everest para que t¨² no tuvieras que hacerlo. Desde la cima no se puede ver todo el mundo y hay muchas otras cosas por ver y aprender'. Jamling se qued¨® mudo.
Al poco tiempo ingres¨® en la universidad Northland College, en Wisconsin (Estados Unidos). Permaneci¨® los 10 a?os siguientes en aquel pa¨ªs, la mayor parte de ellos en Nueva Jersey; lo m¨¢s lejos que se pod¨ªa estar del Everest, del Khumbu, de la tierra sherpa, pero el sue?o de alcanzar la cima m¨¢s alta del mundo nunca desapareci¨® de sus pensamientos.
Tenzing Norgay, el Tigre de las Nieves, falleci¨® en 1986. Pese a la muerte del h¨¦roe, Jamling no renunci¨® a caminar por el Everest. Diez a?os despu¨¦s, tuvo al fin la oportunidad de cumplir su anhelo. David Breashears, un alpinista y reconocido filmador americano, le invit¨® a sumarse a la expedici¨®n IMAX 1996, y Jamling acept¨®. Pero los augurios de Rimpoch¨¦ hac¨ªan dudar al sherpa occidental. ?Deb¨ªa comunicar los malos presagios del sabio lama a sus compa?eros de la expedici¨®n? Call¨® y comparti¨® el secreto con Soyang, su esposa. ?l, una alpinista japonesa y la catalana Araceli Segarra formaban el cartel de protagonistas para un ambicioso documental. Jamling y Araceli coronaron la cumbre del Everest en la primavera de 1996, siguiendo la autopista del sur, la ruta m¨¢s transitada por Nepal.
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