Estados Unidos duda de la fuerza del euro como rival del d¨®lar
El euro ha llegado sin ceremonia previa a Estados Unidos, donde s¨®lo en las ¨²ltimas jornadas de 2001 ha recibido el ciudadano noticia de la inminente aparici¨®n de la nueva divisa al otro lado del Atl¨¢ntico. Los estadounidenses que pasaron el fin de a?o en Europa atesoraron los nuevos billetes como un trozo de historia, mientras a sus compatriotas en casa, amantes de las estad¨ªsticas, se les informaba de la gesta de poner en circulaci¨®n de la noche a la ma?ana el equivalente a 600.000 millones de d¨®lares repartidos en 15.000 millones de billetes y 52.000 millones de monedas en 12 pa¨ªses.
Ayer, los medios de comunicaci¨®n hablaban de lo suavemente que fue la transici¨®n, en un marco de bienvenida a la nueva divisa cuya potencial rivalidad no preocupa por ahora al d¨®lar.
El primer efecto obvio para los norteamericanos es el de los beneficios de lidiar con una divisa ¨²nica. Comodidad para el viajero, que se ahorra quebraderos de cabeza y las subsiguientes p¨¦rdidas cada vez que pasa de un pa¨ªs a otro. Como editorializaba el Chicago Tribune, basta con imaginarse lo que supondr¨ªa para un ciudadano de Illinois tener que cambiar de lengua y moneda cada vez que cruza a los vecinos Indiana o Wisconsin. Beneficios tambi¨¦n para las empresas, que ya llevaban tres a?os disfrut¨¢ndolos al hacer transacciones virtuales con una divisa con la que las monedas nacionales fijaron paridad en 1999.
Instrumento de unidad
Al euro se le ve como el catalizador de la integraci¨®n europea y se le considera un ¨¦xito a pesar de que no haya respondido por ahora a las optimistas expectativas ante el d¨®lar, frente al que ha ca¨ªdo un 25% en tres a?os. Entre sus activos est¨¢ haber contribuido a la eficacia del sistema econ¨®mico y financiero de la UE y haber inducido disciplina fiscal.
'El euro ha llegado para quedarse', se?ala The New York Times, pero los economistas discrepan sobre su capacidad para convertirse en rival serio del d¨®lar. Frente a quienes mantienen que su simple aparici¨®n como moneda de un sistema econ¨®mico tan s¨®lido como el europeo lo hace atractivo, otros subrayan que las perspectivas, la apertura y la transparencia del sistema americano son imbatibles.
Quienes ven la botella del euro medio vac¨ªa se?alan que las pol¨ªticas vacilantes del Banco Central Europeo contribuir¨¢n a mantener al euro bajo. Alan Greenspan, presidente del banco emisor de EE UU, subrayaba recientemente el mayor atractivo del d¨®lar frente al euro. Uno de los datos que infunde confianza en la econom¨ªa estadounidense es el ¨ªndice de producci¨®n manufacturera, que creci¨® el mes pasado hasta su m¨¢ximo nivel desde octubre de 2000. El indicador, que alcanz¨® un valor de 48,2, refleja que las f¨¢bricas comienzan a recuperarse de una ca¨ªda que ha durado 17 meses.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.