Un arquitecto del sonido

No hay concesiones al virtuosismo en el arte del pianista italiano Maurizio Pollini (Mil¨¢n, 1942) y, aunque su apabullante t¨¦cnica es la de un gigante del piano, su actitud ante el teclado es la de un m¨²sico honesto y comprometido que respeta hasta la obsesi¨®n la verdad escrita en las partituras. Pollini cumpli¨® 60 a?os el pasado 5 de enero y para celebrar su aniversario el sello Deutsche Grammophon lanza una edici¨®n que resume en 12 discos tres d¨¦cadas de incesante actividad en los estudios de grabaci¨®n. Los Tres movimientos de Petrouchka, de Stravinski, grabados en 1971, abren una portentosa discograf¨ªa en la que no existen fiascos ni concesiones comerciales. Ya en su primer disco Pollini firm¨® una versi¨®n antol¨®gica que ha quedado como un cl¨¢sico por el control del ritmo y el implacable pulso que no tiembla ni en los m¨¢s endiablados pasajes de una obra que pone a prueba todas las cualidades de un pianista de ¨¦lite.

La Edici¨®n Pollini retrata con acierto el repertorio que ha centrado su fabulosa carrera en los escenarios, marcada por la fidelidad al repertorio rom¨¢ntico y la apuesta por la m¨²sica del siglo XX. Beethoven, con seis de sus mejores sonatas, y Chopin, su compositor favorito, representado por sus insuperables versiones de los 12 Estudios, opus 25 y la Sonata n¨²mero 2 de Brahms, centran un retrato discogr¨¢fico que en el terreno instrumental comprende p¨¢ginas de Schubert, Schumann, Liszt, Debussy, Webern, Schoenberg, Boulez y el citado Stravinski.

En el repertorio concertante destaca su colaboraci¨®n con Claudio Abbado, que, dirigiendo a la Filarm¨®nica de Berl¨ªn y la Sinf¨®nica de Chicago, le acompa?a en los conciertos n¨²meros 3 y 4 de Beethoven, el primero de Brahms, los dos de Bart¨®k y los de Schumann y Schoenberg. El apartado concert¨ªstico se cierra con dos registros cl¨¢sicos con Karl B?hm y la Filarm¨®nica de Viena -el Concierto n¨²mero 23 de Mozart y el quinto de Beethoven- y dos testimonios de su dedicaci¨®n a la m¨²sica contempor¨¢nea: Como una ola de fuerza y luz, de Luigi Nono, y Masse, de Alessandro Manzoni, dirigidos respectivamente por Abbado y Giuseppe Sinopoli.